Capítulo 21

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Luego de pestañear un par de veces, Wei Wuxian miró en silencio el lugar en dónde se encontraba. Se sentó sobre la cama y solo entonces pudo sentir un tipo de temblor que lo hizo contraerse hacia adelante.  Soltó un quejido y cerró los ojos para intentar reprimir el dolor. Un dolor originado por la marca en su nuna.

—Joven Maestro. —murmuró una voz, aguda y suave.

—¿quién...?

Wei Wuxian comenzó a pestañear un par de veces, tratando de acostumbrarse a la luz.

Debido a lo mareado que se encontraba, Wei WuXian no pudo mirarlo todo claramente. Pero cuando finalmente pudo hacerlo, abrió los ojos.

Wei Wuxian miró alrededor, notando que estaban en una lugar completamente diferente del que recordaba. La habitación en la que estaba ahora era espaciosa e iluminada, pero lo que más lo descolocó fue notar a una pequeña figura tras la puerta. Un niño estaba escondido tras él, mirándolo con cautela.

Miró al niño acercarse a él y entonces notó lo lastimado que estaba. El niño incluso tenía grandes bolsas bajo sus ojos. Sus pasos también eran tambaleantes, signo de que estaba lastimado.

Wei WuXian no pudo evitar pensar en la posibilidad de que talvez... ¡el culpable de aquel trato fuera Lan Zhan!

—Des... despertó. —el niño sonrió, tímidamente—, ¿Quiere comer algo, joven maestro?

Wei WuXian se sentó en la orilla de la cama, tomando por sorpresa al niño que dio un par de pasos hasta llegar tras la puerta. El niño temblaba mientras miraba a Wei WuXian, sintiéndose avergonzado por su comportamiento.

—Lo... lo siento. Vol...volveré.

El niño salió de la habitación casi de inmediato y Wei WuXian solo pudo sentirse más cansado.

Cuando el pequeño finalmente regresó, traía con el una cubeta con agua que había tomado del pozo durante la mañana. Vertió un poco en un cuenco y lo llenó sin derramar una sola gota.

—Joven maestro, bébalo. —el niño inclinó levemente la cabeza y le extendió el recipiente—. Debe estar sediento.

Wei WuXian se había espabilado un poco durante el par de minutos a solas. Cerró los ojos con cansancio, el dolor en la nuca y todo su cuerpo le hizo sentir agotado.

Con un suspiro, recibió el cuenco y lo bebió.

—Dónde... ¿Dónde estoy?

¿Acaso todo fue una ilusión?

El pequeño sonrió al escucharlo. Lo miró sin cambiar ese gesto cálido y se apresuró a responder la pregunta.

—Estamos en un ¿templo?

—¿Cuál es tu nombre?

—Mi... mi nombre es Yuan. Wen Yuan.

Wei Wuxian detuvo cualquier movimiento y miró fijamente al niño. Ni siquiera supo cómo no pudo reconocerlo hasta ahora.

—¿A-Yuan? ¡A-Yuan!

Wei Wuxian fue hacia el niño y lo abrazó. Wen Yuan se quedó petrificado pero no se opuso a la cercanía, solo susurró con voz temblorosa:

—¿El joven maestro me conoce?

Wei Wuxian se detuvo a mirar a Wen Yuan. —¿Qué edad tienes ahora?

Wen Yuan extendió la palma de su mano, levantando 6 dedos.

Han sido tres años...

—Es normal que no me recuerdes. Eras muy pequeño.

Prisionero [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora