Capítulo 35

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Habían pasado tres meses desde el parto. La bebé era bastante calmada a diferencia de YangChen a su edad, y eso aliviaba a Xiao XingChen ya que podía hacer varias tareas sin interrupciones luego de su recuperación.

El primer mes, Xue Yang cuidó arduamente de Xiao XingChen, no importó cuánto se negara, Xue Yang incluso fue tan lejos para bañarlo y vestirlo.




En el segundo mes, en cambio, Xue Yang no estaba en casa la mayor parte del día. Desde que hay un nuevo miembro en la familia, se la pasaba vendiendo los cultivos o realizando trabajos en el pueblo para recaudar dinero para los gastos. La bebé necesita nutrientes, así como Xiao XingChen y YangChen, también necesitaban colocar una cerca en los alrededores por la temporada de lobos, había demasiado por invertir.

A pesar de que dormían en habitación diferentes, no había discutido con el omega al respecto. Xiao XingChen tampoco ignoraba su presencia como antes. Cada noche, cuando Xue Yang regresaba de trabajar, Xiao XingChen siempre tenía la cena lista para él y todas las ropas de Xue Yang estaban lavadas y cocidas.

No conversaban más que al saludarse o al despedirse, o por la interacción de los niños.

Xue Yang pensó que Xiao XingChen lo perdonó tácitamente.

Sabía que tenía que esperar y dar espacio a Xiao XingChen ahora que conocía sobre su identidad.

Pensó que sería cuestión de tiempo.

Entonces un día, al mediodía, Xue Yang regresó del pueblo luego de comprar víveres para la semana. La casa estaba inesperadamente silenciosa y oscura. Xue Yang dejó las bolsas sobre la mesa y llamó a Xiao XingChen.

—Omega. YangChen.

Caminó hacia la sala, pero, inesperadamente, no había nadie tampoco. Después fue a la habitación que en la que Xiao XingChen dormía con los niños y tampoco había rastro de ninguno de ellos.

Latido.

Latido.

—No... no puede ser...

Antes de darse cuenta, comenzó a respirar pesadamente. Las dos retinas de sus ojos comenzaron a pintarse de rojo, signo de que estaba comenzando a descontrolarse.

La idea de no encontrar a su familia era algo que lo hacía sentir paranoico. Solo los tenía a ellos, a nadie más. No podía perderlos.

Todo pareció dar vueltas, incluso escuchó un tipo de pitido a través de sus oídos. Miró sus propias manos y parecían contraerse, eran una imagen borrosa.

Cuando fue a su propia habitación, finalmente el latido de su corazón volvió a la normalidad. Xiao XingChen estaba acostado en la cama que meses atrás compartían y en la que ahora dormía solo cada noche.

La bebé y el niño estaban dormidos entre los brazos de su madre. YangChen dormía con la boca abierta, había un escurridiza saliva saliendo de la comisura de sus labios. El matiz blanco del pequeño colmillo, había crecido un poco más.

Encontrarse con este tipo imagen fue una sorpresa inesperada para Xue Yang. Normalmente regresaba al anochecer y nunca se había encontrado con tal situación.

—Omega.

Xiao XingChen abrió los ojos lentamente, mirando a sus hijos con calma. Después de un momento, miró a Xue Yang y el alfa tragó en seco.

—No quiero despertar a los niños. —susurró Xue Yang —. ¿Puedes salir un momento?

Xiao XingChen dejó de hacer contacto visual con él y no respondió a su pregunta. Xue Yang se mantuvo donde estaba, no queriendo incomodarlo. Miró desde el umbral de la puerta como el omega acariciaba la cara de la bebé y luego besaba a YangChen.
Después de hacerlo, se levantó de la cama lo más despacio posible y tomó una sábana para cubrirlos. YangChen al sentir la tela cálida cerró la boca y comenzó a chuparse el dedo.

Prisionero [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora