Capítulo 64.

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Este era su castigo y lo aceptaba.

Lan Wangji se tocó los párpados y después las orejas de forma inconsciente. El olor a sangre entró por sus fosas nasales casi de inmediato.

El médico estaba cada vez más asustado por la situación, pero se apresuró a limpiar la sangre en los párpados y orejas de Lan Wangji con cuidado y luego le colocó un poco de medicina.

Lan Wangji se sentía confundido aunque  no lo demostraba en el exterior.

Cuando despertó, reconoció de inmediato al doctor Zhou por su aroma. Sin embargo, aunque había despertado no pudo distinguir nada a través de sus ojos, como un velo negro cubriéndolos; tampoco podía escuchar el más mínimo sonido.

Al mismo tiempo, el doctor estaba tan impactado por la situación. Así que prácticamente obligó a Lan Wangji a recostarse después de aplicar la medicina y le escribió que mantuviera los ojos cerrados hasta saber realmente en qué condiciones se encontraba su cuerpo.

Lan Wangji cerró los ojos pero trató de sentarse, sentía su cuerpo débil como nunca y no quería volver a acostarse.

El doctor rápidamente lo detuvo.

—¡Espere segundo maestro, no sea precipitado! ¡Acaba de despertar!  —gritó, a pesar de que Lan Wangj no escuchaba.

Trató de calmarse al ver que había olvidado ese enorme detalle así que se apresuró a escribirselo.

Lan Wangji no pudo más que obedecer pero al mismo tiempo frunció el ceño por el dolor persistente en el centro de su frente. El dolor parecía no haberse calmado ni un poco incluso después de que el médico aplicara la medicina con el mayor de los cuidados.

Incluso aunque el dolor no se calmó, Lan Wangji preguntó tomando uno de los brazos del médico.

—Mis hijos, ¿cómo se encuentran?

El médico le respondió para tranquilizarlo, escribió en la palma de su mano. —"Los jóvenes maestros están con buena salud, en perfecto estado y saludables. Por favor, déjese tratar primero"

Pero incluso con tal respuesta, Lan WangJi insistió, perdiendo aquella calma que tanto lo había caracterizado en la secta.

—Después de que termines, llévame a ver a mis hijos de inmediato. —rogó Lan Wangji, casi como si su vida dependiera de ello.

El médico realmente se estaba por volver loco. Escribió. —"¡No, no, no!! ¿Acaso estás loco? ¿Cómo puedes ir en este estado? ¡Solo estás buscando la muerte! Cuando termine de tratarte mandaré a traerlos y podrás pasar tiempo con ellos pero hasta entonces, ¡necesitas mejorar!"

Lan Wangj se mordió los labios y finalmente acepto ser tratado. Haría todo lo posible para mejorar si eso significaba ver a sus hijos.

Después de revisarlo, el doctor confirma sus sospechas: la condición de Lan Wangji es realmente grave.

El médico comunicó de inmediato a un discípulo luego de estar seguro, para que este informara a Lan XiChen que ahora se encontraba en la secta.

No pasó ni un cuarto de hora cuando Lan XiChen apareció en el consultorio agitado y con una expresión llena de pánico. En estas circunstancias, le resultó difícil mantener la compostura,  mucho más cuando se trataba de su único hermano, que ahora tenía una condición mucho más grave de la que esperaba.

—¡WangJi! —gritó él, apenas cruzó la puerta.

El médico intentó calmarlo primero y lo llevó al pasillo para comentarle la situación.

Prisionero [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora