Fantasmas #2

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Espero que les guste~

Nota: Perdonen la tardanza ^_^

La próxima vez que fue a la montaña para su entrenamiento, no pudo evitar sentirse un poco ansioso. Los espíritus de los monos parecían nerviosos, chillando y sin quedarse quietos por mucho tiempo, poniendo a los monos vivos en el mismo estado  pero lo ignoro lo mejor posible, concentrándose en lo ejercicios que el dios le había dejado antes de ir a revisar a sus súbditos.

Había algo en el ambiente, no pesado o incómodo, pero tampoco ligero o agradable.

-Wukong es un inútil- no era la primera y estaba seguro que tampoco iba a ser la última vez que Macaque soltara esa frase.

-¿Lo estoy haciendo mal?- no lo miro pero si susurro lo suficientemente alto como para que el mono a su lado lo escuchara sin llamar la atención.

-Flexiona un poco las rodilla  y separa las piernas un poco más...- el menor obedeció. -...ahora, planta tus pies lo más firme que puedes en el suelo- él cumplió, sintiéndose torpe aun pero un poco más equilibrado, girando su bastón rápidamente. Los trucos con el bastón eran más fáciles de aprender que las poses de pelea. MK se sobresalto al sentir un tirón forme en su pantalón, bajando la vista y parpadeando con sorpresa al ver al mono de pelaje blanco que le devolvía la mirada con los ojos bien abiertos. Estaba haciendo sonidos, luciendo insistente mientras tiraba de su pantalón con algo de urgencia y señalaba hacia una dirección.

-¿Puedes traducirme?- miro al mono a su lado.

-A parte de niñera, ¿soy traductor?- bufo, divertido al parecer. -Dice: "Sígueme, príncipe"-

-¿P-Príncipe?- se atraganto un poco con su propia saliva, confundido, tosiendo ligeramente.

-Eres el sucesor del tonto al que llaman "rey", lo de "príncipe" era esperado- se encogió de hombros, riendo entre dientes ante la expresión del menor. -Síguela, se está volviendo impaciente- MK murmuró, siguiendo a la mona de pelaje blanco qué avanzaba rápidamente. No tiene idea de a donde lo está guiando pero tiene una idea, especialmente cuando empieza a escuchar susurro, los cuales solo aumentan se volumen mientras avanza.

Cuando llega a lo que parece ser una cueva realmente grande, recuerda lo que el espíritu le dijo. No creía que Macaque fuera a mentirle sobre algo así, no había motivo, pero verlo...cielos, eso era algo muy diferente.

Eran muchos, una multitud lo suficientemente grande como para ser difícil recordar todos los rostros. Había pequeños grupos acurrucados, apartados, luciendo como humanos temblorosos y llenos de miedo. También había grupos más grandes, demonios esta vez y hablando con mucha ira.

Se enderezo, tieso y nervioso cuando unos cuantos ojos vacíos se voltearon a verlo, notándolo. Tembló cuando empezaron a susurrar, algunos sorprendidos y otros aterrados ante su sola presencia. Era el sucesor y por lo poco que podía distinguir entre tanto murmullo, todos pensaban que era igual que el dios. Aprieta los dientes, no le gusta, no le gusta para nada, y quizás eso es lo que lo impulsa a avanzar, ignorante de las manos frías en sus hombros que intentaron mantenerlo en su lugar.

-¡O-Oigan!- su voz resuena un poco y todos, incluido él mismo, se sobresaltan ante eso.

-¡No perteneces aquí!- grito uno de los tantos y él tiene que controlarse para no retroceder cuando hay un eco fantasmal qué resuena.

-¡Eres su sucesor!- dice otro.

-¡Seguro eres como él!- grito otro.

-¡No lo soy!- su voz logra callarlos. No puede verlo pero Macaque les está mandando una mirada de advertencia a los espíritus presentes qué logra qué se queden quietos. -¡No puedo hacerles daño!- tampoco puede pero detalles. -Yo solo...- se rasco la nuca incómodo por las miradas fijas. -...quería preguntarles si...- dudo pero siente la presencia del demonio mono tras suyo y lo anima un poco. -...¿No es mejor irse?- ninguno le responde. -Quiero decir, estar aquí no debe ser muy divertido y...-

-...no queremos desaparecer...- susurra quien parece ser un adolescente teniendo en cuenta su baja estatura y sus rasgos jóvenes.

-¿Y prefieren quedarse aquí?- enarco una ceja. -Alejados de todo, atrapados con un ser al qué obviamente temen...- señaló hacia arriba, donde esperaba que su maestro aun estuviera demasiado distraído con los monos como para ver a su alumno hablando solo. -...sin poder ser vistos o escuchados ¿Eso es mejor?- se quedan por un segundo callados, mirándose entre ellos, antes de empezar a susurrar. -No puedo decir que sé lo que hay después de...esto- hace un gesto hacia todos. -Quizás haya un paraíso o un vacío o una oportunidad de una nueva vida, en serio que no lo sé pero...- se rasco la nuca, ansioso. -...creo que puede haber algo mejor en el más allá- hay silencio y ninguno de los fantasmas se mueve. Teme que sus palabras no hayan tenido ningún efecto y se siente triste, porque ellos seguirán atrapados aquí, pero entonces, algo sucede. Se endereza cuando de repente, alguien se mueve de su lugar, acercándose a él con pasos pausados y sin sonido hasta detenerse frente suyo. Es una mujer de expresión triste, con sangre manchando su largo y maltratado vestido, junto a un feo corte en una de sus mejillas, aunque el menor solo se centro en sus ojos, los cuales se veían tan vacíos como los de cualquier fantasma que había visto pero con un tenue brillo de lo que estaba seguro era esperanza.

-¿En serio crees...?- su tono era tembloroso por el miedo y suave por la timidez. -¿...que hay algo mejor más allá?- logra agarrar fuerzas para terminar.

-Creo que cualquier cosa es mejor que estar aquí- puso toda la honestidad que pudo en su tono. Hay unos segundos de tenso silencio y parece que sus palabras tuvieron algún tipo de efecto en ella porque, en un parpadeo, hay lágrimas corriendo por sus mejillas, sus ojos vacíos recuperando algo de brillo. MK está preocupado de haber metido la pata de alguna manera pero ante de siquiera poder disculparse, ella articula un agradecimiento silencioso y le muestra una muy pequeña sonrisa antes de simplemente...desvanecerse.

-Vaya~- Macaque suena tan sorprendido como se siente, una sensación que solo crece mientras nota que unos cuantos espíritus cierran los ojos antes de empezar a desaparecer. Aun hay muchos presentes pero la cantidad a disminuido notablemente y los que quedan, lucen pensativos. MK bajo la vista al sentir algo en su pierna, sonriendo muy ligeramente ante la mona que lo abraza y suelta felices chillidos.

-¿Cómo lo sabias?- tiene la sensación de que la mona solo quería llevarlo allí con la intención de hacer algo con los fantasmas. La de pelaje blanco suelta algo parecido a una risa y se sube hasta poder estar en sus hombros. Él solo la deja y sonríe, sintiendo como empezaba a revisar su cabello.

-¡¿Kid?!- la voz de Monkey King suma y el menor no puede ignorar el estremecimiento de los fantasmas aun presentes.

-¡Y-Ya voy!- se apresura a alejarse. Tiene frío, principalmente por estar cerca con demasiados espíritus a su alrededor, y sus manos aun tiemblan, por el miedo del qué nunca se va a poder deshacer por completo, pero se siente orgulloso de alguna manera y tiene la esperanza que en alguna de sus visitas futuras, todos los espíritus se hayan desvanecidos y hayan encontrado alguna clase de paz.

...también espera poder ayudar a Macaque en el futuro, en serio que si...

~Monkie Kid~ 5️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora