Segunda Oportunidad #5

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Espero que les guste~

Nota: Azure esta apegado a MK porque él fue quien lo encontró y lo saco de la cueva

Nota-2: Si quieren algo más de esto, díganmelo antes de que pase a otra cosa xD

-¡Playa!- Azure fue el primero en correr apenas tuvo la oportunidad, dejando escapar una carcajada cuando se paro en la orilla y el agua mojo sus patas, al parecer sin importarle como su pelaje se apelmazaba un poco.

-Si, playa- MK dejo de intentar disimular y bostezo, amplio y largo, parpadeando con cansancio. Había llegado al fin de semana, apenas y con mucho esfuerzo, pero básicamente es un Zombie, uno que ahora funciona solo por fuerza de voluntad luego de que su jefe le arrebatará toda bebida con cafeína que tenía. Había dormido algo en la noche, benditos sean sus amigos y su plan de dormir todos en un solo lugar para salir juntos en la mañana, aunque aún le gustaría dormir un poco más.

-Vamos...- Mei se acercó, poniendo sus manos sobre los hombros ajenos para guiarlo hacia una de las suyas blancas de playa que había allí, puesta justo bajo una sombrilla. -...esta silla tiene tu nombre escrito en todas partes- MK se sentó sin quejas, aliviado de no tener que estar de pie. -Puedes dormir...- ella sacó algo de su mochila para empujarlo contra el pecho de su amigo, quien parpadeo con sorpresa ante el almohadón. -...nos encargaremos de lo demás-

-Gracias- sonrió ligeramente, recibiendo una gran sonrisa antes de que ella se fuera, corriendo para poder saltar encima de Red Son y hacerlo caer en el proceso, riendo mientras él le gritaba. MK tarareo, apretando ligeramente el almohadón, sintiendo la suavidad de la tela y su blando relleno. Se sentía mal por estar a punto de dormir cuando todos se juntaron para pasar el tiempo juntos. Alzó la vista cuando alguien se paro frente suyo, sonriendo ligeramente ante el mono de pelaje oscuro. Aun era raro verlo con algo más que no fuera ese traje de batalla suyo.

-Aquí tiene- Macaque le extendió algo, dos pequeñas cosas de color naranja.

-¿Qué son?- los tomo, mirándolos con curiosidad.

-Tapones para los oídos, evitará que el ruido te moleste- se cruzó de brazos ante la mirada fija del menor.

-Gracias- su puso uno, acomodándolo. Se sentía raro pero el relativo silencio que venía con eso era un alivio. -¿Te quedaras aquí?- enarco una ceja al ver la otra silla que había allí.

-Eres mi excusa para no socializar- le gustaba el extraño grupo, aunque no lo diría en voz alta, pero no tenía muchas ganas de hablar, solo quería compañía.

-Genial- bostezo, colocándose el otro tapón y sacándose las ojotas para acomodarse, haciendo para atrás el respaldo de su silla para estar acostado, agradecido por el almohadón. Su cansancio era lo suficiente como para no importarle el plástico duro. Macaque hizo el amague de alejarse, solo par buscar su silla y su libro, pero un tirón en su cola lo detuvo. Se volteo, enarco una ceja al notar que el adormilado chico había agarrado su cola, siendo firme pero sin lastimarlo. -...soy tu excusa para no socializar...- murmuró, cerrando al fin los ojos y durmiéndose pero acurrucándose con las manos en su pecho y sin soltar la extremidad ajena.

-Bueno, estoy atrapado- bufo, para nada molesto con eso, usando sus poderes para traer lo que necesitaba. Termino poniendo su silla pegada a la ajena pero se adapto rápidamente y muy pronto, estaba sentado cómodamente, concentrado en un libro que trajo entretenerse. Apenas agitó las orejas ante los ronquidos del chico a su lado, su cola rodeando la muñeca ajena.

Mientras tanto, los demás se relajaron al ver a su amigo dormido y siguieron como si nada. Pigsy se concentró preparar lo que necesitaba para cocinar para todos, mientras Tang y Sandy hablaban, Mei arrastrando a Red Son para jugar y Wukong tomando el turno de entretener al pequeño.

-Aquí tienes, enano- Wukong termino de inflar la pelota y cuando se aseguró que la boquilla estuviera cerrada, la dejo caer en las manos ajenas. -Cuidado con las garras- el león a veces parecía olvidarse de tenía garras afiladas y eso causaba muchos accidentes, muchos allí ya tenían arañazos marcados.

-¡Si!- Azure asintió con animo, su cola moviéndose con obvia emoción. -¡MK!- se volteo, buscando a su cuidador con la mirada. -¡Tengo la pelota, vamos a...!- se callo cuando lo vio. MK estaba acotado sobre una de las sillas de plástico, con una almohada incluida y luciendo acurrucado, durmiendo profundamente al parecer teniendo en cuenta los ronquidos que podía escuchar si ponía mucha atención. Frunció ligeramente el ceño, haciendo un puchero, luciendo casi dispuesto a ir allí para despertar a su cuidador.

-Hey, vamos...- el dios sonrió, decidido a dejar a su sucesor dormir y entretener todo lo posible al pequeño. -...juguemos tu y yo-

-¿Esta muy cansado?- había notado el cansancio de su cuidador y aunque había intentado animarlo, solo parecía ser que el cansancio ajeno empeoraba. -¿Es mi culpa?- puede que se haya distraído y olvidado que tipo de cuidados necesitaba un humano promedio, quizás...despertarlo para jugar en la noche no era la mejor idea.

-Nha, no te preocupes- lo alzó, sonriendo, intentando quitar la culpa que el pequeño sentía. -MK estará bien, solo necesita dormir- y aunque el león no parecía confiado, no se quejo y se dejó llevar, distrayéndose rápidamente.

La charla llego un poco después, justo después del almuerzo, mientras los demás se disponían a limpiar todo para preparar un intenso juego de cartas que estaba seguro que terminaría con muchos gritos.

Así que MK se aprovecho del momento y sentó a Azure para hablar, sonriendo con nerviosismo mientras el pequeño se removió en su lugar.

-No voy a decidir por ti pero...en serio creo que vivir con Sandy podría ser bueno- soltó antes de poder arrepentirse, sintiéndose mal al ver como la expresión ajena caía. Quizás fue un comienzo un poco brusco pero no se le había ocurrido una manera amable de sacar el tema.

-¿Ya no me quieres?- el felino se veía tan triste, su voz rota y luciendo al borde de las lágrimas, mirándolo con una súplica silenciosa.

-No es eso- se estremeció ligeramente, dolido por la pregunta. -Te quiero mucho...- era difícil no encariñarse con esa versión de Azure, tan pequeño e inocente, feliz de tener gente a su alrededor y amando a sus familia, incluso si no los podía recordar. -...y es por eso que creo que ir con Sandy es lo mejor-

-¿Por qué?- frunció el ceño, incluso si aun la tristeza estaba allí había algo de enojo en su tono. -Me gusta vivir contigo-

-Estoy agotado- confesó eso en voz alta por primera vez desde la aparición del pequeño demonio. -Estoy...mucho más que agotado, creo que mi cerebro está derretido a estas alturas- hizo una mueca. Incluso con la siesta, el cansancio aun estaba allí y su mente se sentía lenta. -Necesitas cuidado, necesitas atención y yo no puedo darte eso- negó. -Apenas tengo tiempo con el trabajo y el entrenamiento- no podía negar que extrañaba salir a divertirse con Mei y Red Son o que anhelaba esas horas raras en las que estaba libre solo para poder sentarse en lo alto de un edifico solo para disfrutar el clima del momento. -Soy...Soy un niño, Azure- podía tener más de 18 años pero no creía ni se sentía lo suficiente maduro para la responsabilidad de cuidar de un pequeño, no cuando apenas podía con lo que ya tenía. -Apenas puedo cuidarme yo mismo y solo sigo vivo gracias a Pigsy- bendito sea el demonio cerdo y su infinita paciencia. -Necesitas a alguien que tenga más tiempo y no este agotado, alguien que esté más despierto y pueda seguirte el ritmo- Sandy era el maestro de los felinos y si alguien podía arreglar un poco las costumbres del león, estaba seguro que era él.

-Supongo...- Azure no se veía nada feliz y tampoco parecía del todo convencido pero se sentía mal. Sabía que el cansancio ajeno era su culpa, incluso si nadie de lo decía directamente, y aunque su intención había sido ayudar, solo parecía haber empeorado el estado de su cuidador. -¿Me visitaras?- parecía suplicante, triste pero resignado al mismo tiempo.

-No todos los días...- y aunque se sentía un poco triste con la idea de que el felino se fuera de su departamento, no podía luchar contra el alivio ante la falta de negatividad ajena. -...pero nos seguiremos viendo- sonrió, confiado. -Somos familia después de todos- Azure sollozo, lanzándose para abrazar al chico, quien le devolvió el gesto con cariño.

Los demás presentes, a medio esconder mientras miraban y escuchan lo que sucedía, no pudieron evitar sonreír.

~Monkie Kid~ 5️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora