Hermanos #3

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Espero que les guste~

Nota: En este AU, los sucesos del "Viaje al Oeste" sucedió pero Wukong y Macaque nunca pelearon. También, el grupo de su viaje murió pero él siempre encontró a sus renacimientos para poder seguir siendo parte de sus vidas. Espero que se entienda ^_^

Nota-2: Más cortito que los anteriores y para no dejarlos con la duda xD

Nota-3: No duden en dejar sus ideas aquí, mi gente :3

Mei tiene manos en sus hombros que la obligan a permanece en su lugar pero aun así, no puede mantenerse quieta, su cola golpeando las piernas de su papá mientras se agita y retorciendo sus dedos hasta el punto de sentir un dolor que ignora con facilidad.

Parecen eternas las horas en la que deben esperar en la sala, sintiendo la tensión del ambiente y sabiendo que le esperaba un largo interrogatorio que agradecía que no empezará en ese momento. La puerta que se abre rompe el silencio entre ellos, y todos levantan la vista al instante, justo a tiempo para ver a Macaque saliendo a paso lento y sacándose los guantes manchados de rojo que procede a tirar en basurero más cercano.

-¿Cómo está él?- Pigsy es el primero en preguntar, sin sorprenderse cuando Mei se suelta del agarre de Tang y corre para adentrarse a la habitación, nadie haciendo amague de detenerla porque sería como intentar detener un tanque. Ninguno de ellos entiende el apego de la dragona hacia el demonio mono pero viendo lo ansiosa y angustiada qué está ella deciden no preguntar, además de que están más preocupados por el pobre chico y el ataque en su contra.

-Se sentirá enfermo por unos días, el veneno estuvo en su sistema por demasiado tiempo- Macaque respondió con tono tranquilo pero a pesar de sus palabras, tiene el ceño levemente fruncido y esta apretando los labios, su cola moviéndose en señal de que estaba pensando en algo.

-Suelta lo que tienes en mente- Wukong golpea la nuca ajena con un gruñido, sonriendo con burla ante el ceño la mirada llena de molestia y promesas de violencia que se gana.

-Idiota- golpeó con su cola la espalda del dios algo satisfecho al escucharlo quejarse. -La herida del chico es una mordida...- ellos fruncen el ceño, luciendo confundidos y molestos. -...y estoy bastante seguro de que fue un dragón-

-¿Un dragón?- el de anteojos jadeo ligeramente, luciendo ansioso mientras jugaba con las mangas holgadas de su ropa.

-¿Un dragón mordió a un niño?- el cerdo frunció el ceño, molesto ante la implicación que viene ante esa posibilidad. No habían visto ningún dragón en años, sin contar a su dulce Mei.

-La mordida es profunda, lo que indica dientes afilados, y es muy grande pero tuvo mucha suerte de que no se lastimó nada importante o las cosas podrían ser diferentes- hizo un gesto.

-¿Y el veneno?- el dios enarco una ceja.

-Es un veneno especial, no le hace nada a los dragones pero debilita demonios- se cruzó de brazos. -Creo que alguien puso el veneno en sus dientes y luego lo mordió- era una suposición. -No tengo duda de que alguien intentaba matarlo-

-Rayos...- hicieron una mueca de espanto, mientras el hombre se dejaba ver de sentón en el sillón y el cerdo se pasaba las manos por el rostro con cansancio.

-MK dijo una vez que el tío de su papá no lo quería...- todos se tensaron y se voltearon ante la repentina voz, viendo a la niña parada allí, luciendo triste pero sus puños estaban apretados y temblaba ligeramente, una señal de que estaba conteniendo su ira. -...¿Crees que pudo tener algo que ver?- ninguno supo que responderle, todos mirándose entre ellos con obvia tensión pero ella se adentro nuevamente a la habitación, acercándose a la cama que había allí. Su hermano estaba inconsciente, sin la parte superior de su ropa y con un fuerte aroma a alcohol encima, la herida en su hombro cubierta con vendas blancas ligeramente manchadas en ese momento. Su respiración era tranquila, aunque más profunda en comparación a antes, y a pesar de que aun estaba pálido, parecía estar en mejor estado. Acomodo las sabanas para taparlo y después de un segundo de duda, se subió, acostándose del lado izquierdo donde no estaba herido y acurrucándose allí, tomando la mano ajena para darle un suave apretón.

Los demás solo pueden mirarla con tristeza. Ninguno entiende muy bien la situación entre ese pequeño par pero pueden esperar a preguntar. Así que deciden dejarlos descansar por el momento.

Nadie tuvo el corazón de sacarla de allí para ir a su propia cama.

~Monkie Kid~ 5️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora