Los Padres

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Espero que les guste~

Nota: Esto está en el mundo de "Fantasmas" por si no quedo muy claro ^_^

Todos están más tranquilos, alejes y relajados, sentados alrededor del la olla sobre el fuego y esperando pacientemente su comida, el delicioso olor a sobre con fideos rondando por el aire a su alrededor. Aun había cansancio luego de la batalla, como si el peso de todo lo que había sucedido en las ultimas semanas los golpeara, pero estaban animados por su victoria.

MK no pudo evitar sonreír, contento de ver a su familia. Podía ver a Pigsy cocinando con tanto esmero como siempre, golpeando con su cuchara la mano invasiva de Tang que quería robar algún bocado. Mei hablaba animadamente, negándose a soltar a Red Son, quien gruñía entre dientes pero tampoco hacia un real esfuerzo por alejarse. Monkey King estaba allí, acariciando con cuidado a Mo acomodado en su regazo y al parecer, escuchando una de las muchas historias de Sandy sobre alguno de sus gatos, sonriendo con diversión.

Aunque, entre ellos, alguien faltaba.

-Él es tan social como lo recordaba~- bufo Macaque con diversión al ver que el príncipe estaba alejado del bullicioso grupo, de seguro buscando algo de tranquilidad pero sin querer parecer grosero.

-¿Lo conocías?- le dio la espalda por el momento a sus amigos, fingiendo buscar algo en su mochila y susurrando, atento a las palabras ajenas mientras lo miraba de reojo.

-Lo conocí cuando era un niño...- parpadeo con su único ojo, haciendo una mueca ante un recuerdo que solo él podía ver. -...el muy maldito me mordió- MK apretó los labios, luchando contra las ganas de reír porque si lo hacia, llamaría la atención y atraería preguntas.

-Se ve solo...- miro de reojo al príncipe, tarareando para si mismo, pensativo. Sonrío cuando algo se le ocurrió, agarrando un par de los platos cálidos y recién servidos de los fideos de Pigsy, mostrándole una sonrisa a sus amigos antes de alejarse con pasos cuidadosos, sintiendo la fría presencia del mono siguiéndolo de cerca. -Comida~- fue lo único que dijo cuando llego a su lado, sonriendo cuando el mayor alzo la vista para mirarlo con curiosidad.

-...te lo agradezco- a pesar de lucir algo incomodo, acepto el plato que le extendían, al parecer disfrutando de la calidez del plato por la forma en la que lo acuno.

-De nada- se sentó a su lado y se dispusieron a comer, el silencio entre ambos roto solo por el ligero tarareo del menor, quien de paso no pudo evitar mirar a su acompañante de reojo por momentos.

Ver a Nezha, el mismísimo príncipe de loto del que había escuchado solo historias, era sorprendente pero eso se convertía en asombro cuando noto a la pareja que lo seguía de cerca.

Eran un hombre y una mujer, adultos casados teniendo en cuenta el aura matrimonial que se podía sentir entre ambos, con ropas largas y holgadas que parecían de una época antigua. Ella con su cabello oscuro atado en un elegante rodete en la parte superior de su cabeza y él con el cabello oscuro lo suficientemente largo como para atarlo en una coleta pequeña, los ojos de ambos luciendo brillantes y llenos de cariño visible. Se veían amables, susurrando palabras amorosas a pesar de que el príncipe no podía escucharlos. Era lindo.

Desvió la vista cuando ellos lo miraron, fingiendo lo mejor posible que no estaban allí pero pudiendo escuchar el gruñido de advertencia de Macaque, su presencia fría extrañamente reconfortante contra su espalda.

-Oye Nezha, pregunta rara- decidió hablar, mirando la sopa que aun le quedaba. -¿Es cierto lo que dicen las historias? ¿Tenias padres?- tomo un sorbo de su comida, esperando no haberlo ofendido.

-Los tuve- asintió, pensativo. -Yo era...demasiado en esa época...- hizo una mueca y el menor decidió ignorar el bufido burlón que venia del mono tras suyo. -...pero ellos nunca se rindieron conmigo- sonrío, pequeño y suave, cariñoso por los recuerdos que inundaban su mente. Sus padres sonrieron de igual manera, apoyando sus manos contra la espalda ajena y le susurraban algo que no pudo entender del todo. MK lo miro, pensativo mientras se mordía el labio inferior, dejando lentamente el cuenco a un lado.

-...ellos están aquí, ¿sabes?...- murmuro, sintiéndose cohibido y avergonzado de repente.

-¿A qué te refieres?- Nezha no pareció tomarlo como una ofensa, enarcando una ceja mientras lo miraba.

-Yo...- dudo, negándose a mirar al mayor. -...puedo ver fantasmas- soltó. Decir su secreto en voz alta por primera vez en su vida se sentía extraño, de una manera rara y difícil de describir pero liberador al mismo tiempo. -Los puedo ver desde que tengo memoria, lo cual no es bueno cuando vives en un ciudad...- hizo una mueca, recordando los fantasmas que había visto de niño. -...hay muchos accidentes e incendios, eso es horrible...- soltó una carcajada de los nervios, ignorando la forma en la que los ojos ajenos se abrían con sorpresa y horror. -...por no olvidar los asesinatos. Cielos, esos fueron los peores, yo...-

-¡MK!- Nezha dejo su propio cuenco vacío a un lado y se adelantó, tomando las manos ajenas entre las suyas, logrando detener la catarata de palabras. -Necesitas respirar- lucia un poco en pánico y el sucesor obedeció de manera inconsciente, dejando entrar una gran bocanada de aire, tembloroso y algo asustado.

-El punto es...- sacudió la cabeza, obligándose a si mismo a centrarse. -..ellos están aquí- trago en seco. -Ella sigue llamándote "mi flor de loto", murmurando lo mucho que te ama y lo feliz que esta de poder haberte encontrado...- eso era algo que la había escuchado decir. -...él dice que esta orgulloso de lo mucho que has crecido y madurado- los fantasmas se animaron visiblemente y se acercaron, murmurando, ambos demasiado emocionado como para darse cuenta que a MK le estaba costando concentrarse. Era demasiado, le empezaba a doler la cabeza y el pecho, sintiendo como su respiración se hacia más corta.

-Cállense los dos- Macaque gruño con enojo y solo entonces, la pareja cerro la boca, retrocediendo hasta pararse tras su hijo nuevamente. Lucían avergonzados. -Respira profundo, chico. Respira profundo- susurro en un intento de tranquilizarlo, apoyando sus manos en la espalda ajena. El sucesor agradeció el gesto, permitiendo que una gran bocanada de aire entrara

-¿Has podido verlos...toda tu vida?- se escuchaba conmocionado, con los ojos bien abiertos y las manos tensas. No parecía querer centrarse en la parte de sus padres y MK no iba a obligarlo, así que solo pudo asentir. -Por todos los...eso no puede ser bueno- frunció el ceño, luciendo preocupado y el menor no pudo evitar sentirse algo conmovido.

-No todos son tan malos...- agrego por alguna razón. -...hay muchos buenos, que solo quieren acompañar a un ser querido...- sonrío, recordando a los fantasmas que seguían a su grupo de amigos. Ellos eran buenos y amables, solo queriendo estar allí para su ser querido a pesar de que no podían ser vistos realmente. -...pero hay otros...hay otros malos...- bajo la vista y Nezha lo imito, sus ojos abriéndose con horror al poder ver los moretones que se asomaban por debajo de la campera ajena. Estaban oscuros, eran recientes. -Conocí espíritus malos, no como Lady Bone Demon, aunque aun fueron malas experiencias- Nezha no parecía feliz con eso y MK no pudo evitar jadear cuando de repente estaba siendo abrazado. El príncipe estaba tenso y torpe, aferrándose con un poco más de fuerza de la que debería pero el sucesor no que quejo, aferrándose al mayor, hundiendo su rostro en su hombro y permitiéndose ignorar a los fantasmas que lo miraban por unos segundos.

Se sorprendió mucho cuando, un par de semanas después, encontró un libro sobre su cama. Tenia un aspecto antiguo teniendo el cuenta el color de las hojas y la tapa pero estaba en buen estado, muy bien cuidado, con las letras claras y el titulo "La Visión" resaltando en la parte de enfrente viniendo con una nota escrita en letra pulcra.

-"No hay muchos conocimientos acerca de un don como el tuyo pero esto es lo que pude encontrar. Espero que te sirva -Nezha"- no pudo evitar sonreír ante la amabilidad de su amigo más nuevo.

~Monkie Kid~ 5️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora