Arreglo

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Espero que les guste~

Nota: Del AU de "Fantasmas"

-¿Nana?- MK parpadeo con sorpresa al ver al espíritu de la demonio allí en el barco de Sandy porque la conocía y usualmente, se mantenía cerca de su hijo. No se había acercado en toda la semana a la tienda, así que no había visto a nadie. Era cobarde de su parte evitarlos pero, sinceramente hablando, no tenía idea de que decirles. Macaque retrocedió para darles un momento, decidiendo que molestar a los gatos era mejor que nada.

-Oh, mi dulce nieto...- Xiang sonrío, llena de cariño, acercándose para acunar con mucha suavidad la mejilla ajena. -...quería venir a verte, asegurarme que estés bien, pero tampoco quería hacerte sentir abrumado, así que espere y te di algo de espacio- el menor sonrío, apoyándose en el toque frio que era extrañamente reconfortante viniendo de confianza. 

-Estoy bien, nana- fue sincero, se sentía mucho mejor. Era un alivio ya no tener que mentir, poder hablar con Macaque sin necesidad de ocultarse, y era divertido ver lo tranquilo que se veía Sandy a pesar de las cosas que flotaban a su alrededor de repente, siempre saludando al mono a pesar de no poder verlo, amable como siempre.

-Sé que Pigsy tiene buenas intenciones pero...- gruño, luciendo molesta mientras se cruzaba de brazos, flotando como en raras ocasiones la había visto. Ella prefería mantener los pies en la tierra, incluso si no podía sentirla. -...tomar decisiones a tu nombre y con esa excusa de "es lo mejor para ti"...- negó, como si intentara borrar la imagen de su cabeza. -...lo eduque mejor que eso- el menor solo la miro, riendo ligeramente, contento de tenerla de su lado y no en su contra. -Me gustaría poder hablar con él y recordarle educación- sacudió el puño.

-Pues...- dudo, mirando de reojo al mono fantasma que flotaba no muy lejos de ellos y molestando a los gatos, pensativo. Confiaba en Macaque para que tomara el control y el único otro espíritu que conocía en el que podía confiar a ese nivel, era en ella. Dulce y amble, sin estar dispuesta a hacer algo que pudiera lastimarlo o hacerlo sentir incomodo. Nana Xiang cuidaría su cuerpo, confiaba en ello. -...puedes hablar con él si quieres- extendió su mano con una sonrisa nerviosa y sincera en su rostro.

-No, no voy a hacerte algo así- Xiang tomo su mano entre las suyas, dándole un apretón y mirándolo con preocupación. -Nunca te pediría esto, cariño- ella es sincera.

-Lo sé pero estoy ofreciendo- sonrío, un poco más confiado. -Confió en Macaque para tomar el control...- pudo notar de reojo como el mencionado se enderezaba, aun luciendo sorprendido por sus palabras pero por la forma en la que su cola se agitaba, estaba contento de escucharlo. -...y confío en ti para hacerlo también, nana. Sé que me cuidaras- la mayor parecía al borde de llorar, conmovida, para luego abrazar al chico vivo con todo el cariño que tenía.

Así que salieron antes de que decidiera cambiar de opinión, caminando con pasos rápidos y sintiéndose ansioso, tragando en seco al llegar a su objetivo. Se detuvo frente a la tienda y respiro profundo, armándose de valor.

-Aun podemos volver, dulzura- hablo ella con amabilidad.

-Estoy listo- se preparo, apenas estremeciéndose ante la sensación fría y familiar que venia con los espíritus. Xiang se acomodo con calma y cuidado, sin empujarlo ni forzarlo, ocupando el espacio que él le daba y tomando el control solo cuando retrocedió para quedarse en el fondo de su mente, acurrucado y atento.

-Oh cielos...- jadeo, moviéndose lentamente para adaptarse. La voz de MK aun estaba allí, aunque ahora estaba mezclada con una voz femenina y sonaba tan raro ambas combinadas que Macaque no pudo evitar reírse. La demonio se adentro apenas logro acostumbrase a poseer un cuerpo vivo y se adentro a la tienda, frunciendo el ceño al ver a quien buscaba. -...Pigsy...- todos, incluido los clientes presentes, se tensaron ante el tono de voz tenso y lleno de advertencia. La mayoría bajo la cabeza por seguridad, dispuestos a terminar lo más pronto posible por si necesitaban huir, pero otros tantos se mantuvieron atentos, queriendo ver que sucedía.

-MK, ¿Qué...?- el demonio cerro la boca con un chasquido de dientes, tragando en seco. A pesar de que era MK quien estaba allí, su expresión furiosa y su postura eran totalmente poco comunes en él pero familiares de una manera muy aterradora. -¿Mamá?- jadeo con sorpresa, ignorando la mirada curiosa que Tang le estaba mandando.

-¿Tu que crees?- gruño con enojo, avanzando a grandes pasos para acercarse, satisfecha al verlo encogerse. -¿"Es por tu propio bien"? ¿Es lo mejor que se te ocurrió decirle a mi dulce nieto?- enarco una ceja.

-Es...complicado mamá, difícil de explicar- cuando MK había confesado que su madre aun estaba presente en forma de fantasma, en realidad no había esperado que fuera tan literal pero podía reconocer su voz, incluso cuando estaba mezclada con la de su hijo, y sus gestos eran exactamente los de ella pero es no quitaba lo extraño y casi bizarro de la situación. El espíritu de su madre esta poseyendo a su hijo, que loca se volvió su vida.

-¿Te das cuenta que solo porque no puedes verme, no significa que no estuviera aquí?- se cruzo de brazos, logrando lucir decepcionada. -Siempre estoy aquí, Pigsy y te crie, así que sé lo que pasa por tu cabeza- suspiro, ligera, para tranquilizarse. Puede sentir la mirada de los clientes en su espalda y supone que los chismosos deben estar muy confundidos, puede escucharlos. -Tu y yo, vamos a hablar- Pigsy ni siquiera se quejo, sabiendo que no tenía salida alguna. -En cuanto a ti...- miro al hombre de anteojo, quien se tenso notablemente, sudando con ansiedad. -...haz algo útil ya que estas aquí y ponte a cargo mientras estamos atrás- por mucho que ella lo quisiera, verlo tan quieto durante años en el restaurante y robando comida, eso la molestaba.

-...soy un cliente...- Tang se encogió en su lugar, aterrado, buscando alguna forma de escapar. La madre de Pigsy daba mucho miedo cuando se enojaba, especialmente cuando estaba tan calmada y tenía esa mirada firme en sus ojos. Xiang se cruzo de brazos y entrecerró los ojos, a lo que él trago en seco, temblando ante su mirada. -¡En seguida, señora!- se apresura a pararse y correr a la cocina, dispuesto a continuar con lo que el demonio estaba haciendo.

-Bien- avanzo y el cerdo no tuvo otra más que seguirla, yendo al departamento que estaba justo arriba.

-Todo esta...muy ordenado- murmuro MK sin poder evitarlo al ver que el interior de su hogar estaba limpio y ordenado a pesar de su falta de presencia. Ella tarareo, de acuerdo, pero decidiendo no decir nada sobre eso, sentándose en la cama y viendo al demonio dar vueltas con ansiedad obvia, al parecer buscando como expresarse.

-No puedo protegerlo de los fantasmas, mamá- dijo, deteniéndose para mirarla, logrando ignorar que era el rostro de su hijo. MK se acurruco aun más en el interior de su mente, sintiéndose mal ante la desesperación que podía notar en el tono de voz ajeno. -No puedo cuidarlo, no cuando no puedo verlos o escucharlos...ni siquiera puedo saber si esta en peligro o no- se paso una mano por la cabeza. -Ya es difícil cuidarlo con todo los asuntos de "mono místico" y...- gruño, bufando con irritación, tomando una silla para sentarse frente a ella.

-Lo siento...pero te tengo malas noticias, cariño- ella tomo su mano, mirándolo con tristeza y melancolía, como si estuviera recordando algo en especifico. -No puedes protegerlo de todo- él hizo una mueca, luciendo como si lo hubieran golpeado. -Él va a tener que lidiar con sus propias batallas y aunque ustedes son de mucha ayuda, hay cosas que va a tener que enfrentar por si mismo- una verdad que, como madre, había tenido que enfrentar. -Lo mejor que puedes hacer es estar allí para sujetarlo cuando caiga y ayudarlo a levantarse- sonrío suavemente. -Puede parecer aterrador y no puedo negar que no todo es bonito en esta cosa de fantasmas...- había visto muchas cosas desde su muerte. -...pero MK le ve el lado positivo a todo y no quiere perder su visión, no si eso significa que no puede verme a mi...- se señalo. -...o a su tía Wen...- la puede ver de reojo, parada allí, luciendo confundida por lo que esta viendo. Va a tener que explicarle todo en cuanto pueda. -...o a su amigo Macaque- a quien puede ver flotar con tranquilidad pero atento a lo que sea. -Piénsalo bien, cariño- se levanta, abrazando con cariño a su hijo, y luego sale del lugar, ocultándose en un callejón después de algunas cuadras para poder salir del cuerpo del chico. MK se estremece y se abraza a si mismo apenas esta solo en su cuerpo, sintiendo un escalofrió y agradeciendo la silenciosa presencia de los fantasmas que se quedan a su lado.

~Monkie Kid~ 5️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora