Hermanos #4

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Espero que les guste~

Nota: ¿Ya pueden adivinar quién es el papá de MK?

Nota-2: Creo que hasta aquí llego mi cerebro sobre esto xD

Mei suele tener el sueño profundo, del tipo que ni siquiera un terremoto podría despertarla, pero por primera vez en su vida, cuando siente que la superficie en la que esta apoyada su mejilla se mueve, lucha por despertarse rápidamente. Se sienta, ignorando el sueño y parpadeando para aclarar su vista, preocupada de que su hermano pudiera estar sintiendo dolor o algo peor pero su mente queda en blanco por un segundo cuando se encuentra con unos ojos dorados somnolientos que la miran.

-Hola, Mei-Mei- MK sonrió, ligero suave, luciendo feliz a pesar de estar esforzándose por mantener los ojos abiertos. Su mano izquierda tiembla mientras la levanta pero eso basta para hacerla reaccionar, tomando la mano que le extiende y sollozando de alivio puro, sin atreverse a abrazarlo por miedo a lastimarlo. Es casi divertida la escena, con ella llorando sin vergüenza alguna y con él intentando consolarla sin moverse demasiado.

Él llanto es lo que llama la atención y los padres preocupados, quien habían estado atento a cualquier ruido, fueron rápidos en acercarse.

Estaban muy sorprendidos de ver al chico despierto.

-Mei...- Tang llamo, preocupado por como su hija lloraba pero cuando ella levantó la vista para mirarlos, tenía una gran sonrisa en su rostro.

-Él es...es mi papá Pigsy, el mejor cocinero del mundo. Puede hacer lo que sea y es asombroso- Mei se recompone lo suficiente como para presentar al demonio, quien sonríe ligeramente ante sus palabras. -Y él es mi papá Tang, cuenta grandes historias pero sus chistes son horribles-

-¡Mis chistes son geniales!- el de anteojos se defiende, luciendo casi ofendido.

-No lo son- negó ella con seguridad.

-Lo siento, son terribles- el cerdo dice cuando él lo mira con un puchero, cruzándose de brazos y encogiéndose ligeramente en su lugar pero a pesar de su postura, no se ve enojado.

-Hola- MK solo pude verlos, sintiéndose tan cansado que luchaba por no cerrar los ojos y volver a dormir porque quería disfrutar del momento con su hermana un poco más, así que se aferro a ella y se mantuvo despierto. -...tengo mucha hambre...- murmuro para si mismo, sintiéndose incómodamente vacío y la dragona fue rápida en mirar a su papá, suplicante.

-Hare algo de comer- asintió el demonio rápidamente y básicamente empujo al de anteojo para que saliera de la habitación, pudiendo escuchar el murmullo emocionado de su hija, quien parecía estar divagando sobre lo que el chico podía probar. -Busca a Macaque- le dice antes de dirigirse a la cocina, el adulto tardando unos segundos en obedecer.

La habitación en la que pusieron al menor no es muy pequeña pero así se siente cuando todos se adentran y se acomodan en donde pueden, con Mei negándose a bajar de la cama.

Para MK, dejarse mover a pesar de sentirse adolorido, solo para terminar por suspirar con alivio. Las grandes almohadas esponjadas que lo ayudan a mantenerse ligeramente sentado son cómodas y aunque el hombro aun le duele, la nueva posición parece ayudar un poco. No le gusta que el mono de pelaje oscuro revise su herida, es incomodo y doloroso, pero no tiene la fuerza para quejarse.

-Aquí tienes, chico- Pigsy deja algo en su mano y MK no puede evitar sonreír, dándole un gran mordisco, su tarareo lleno de placer sonando algo ahogado. Es un bollo, con la masa fresca y bien cocinada, cálido pero no lo suficiente como para quemar y con el interior lleno de queso derretido. Es delicioso.

-Papá es el mejor cocinero de todos- Mei sonrío, contenta de ver a su amigo disfrutar, agarrando otros para darse cuando se termina el que tenía. Lo dejan comer por un rato pero la curiosidad es grande.

-¿Crees que puedes decirnos lo que paso?- Tang pregunta con mucho cuidado, sintiéndose nervioso y algo temeroso por la posibilidad de molestar al chico pero este apenas parpadea ante su pregunta.

-Es...una historia complicada- murmuro después de tragar, intentando pensar en como explicar su situación. -Hay una historia entre dragones...- la chica abre los ojos con asombro ante eso, sin notar como los mayores presentes se tensan y fruncen ligeramente el ceño. -...que cuenta de un huevo que fue robado del gran castillo bajo el agua y que desapareció ante sus ojos. Buscaron el huevo durante años, aun siguen buscando y aunque no lo encontraron, aun tienen la esperanza de que su dragón desaparecido vuelva-

-¿Vivías con dragones?- Mei no sabe como sentirse respecto a lo que escucha pero quiere que su hermano continúe. MK tararea en forma de afirmación, sintiéndose demasiado cansado como para sentir.

-Papá dice que encontró una piedra mientras buscaba el huevo y de ahí salí yo- Wukong se atraganta ante eso, tomado por sorpresa. -Él me llevo a vivir con él...pero a los demás dragones no les gustó eso...porque no soy un dragón- sus ojos brillan, amenazando con empezar a llorar, pero se esfuerza por contenerse. -El tío de papá dejo que me quedara pero a cambio, él debía ir a las misiones que le ordenaran, sin quejarse. Se suponía que podía estar a salvo pero no me gustaba estar allí, podía sentir mirándolos y escuchar sus murmullos- aprieta los labios, sintiéndose tembloroso.

-Por eso estabas en el bosque- Macaque tarareo.

-Me quedo en el bosque mientras papá no esta allí y vuelvo cuando se supone que él debe volver. A los dragones no les importa lo que haga mientras no los moleste- ninguno comenta lo mal que suena eso. -Entonces...- él la mira, cariñoso y dulce, a lo que ella se acerca para tomar suavemente su mano y mostrarle una sonrisa confortable. -...te conocí- parece querer llorar. -Reconocí las escamas verdes y por un momento, me permití pensar "¿les gustare un poco si les llevo a su dragón desaparecido?"...- se veía avergonzado por ello pero Mei ni siquiera podía estar molesta, no cuando tenía la sensación de que había muchas cosas malas que su hermano no le había contado. -...pero me hablaste de tu familia y de lo mucho que los amabas...- ninguno puede negar que se les rompe el corazón ante eso. -...y supe que no podía hacerte eso- jadeo, haciendo una mueca ante el punzante dolor en su hombro. -Nadie debía saber que estaba en el bosque porque entonces, los dragones lo sabrían...y te encontrarían-

-¿Uno de ellos te ataco?- Wukong pregunto antes de poder detenerse, encogiéndose ante las malas miradas que se gano porque al parecer, sonó muy brusco.

-Me siguió y estaba tan enojado...- y ahí empezó a sollozar, a lo que Mei se le acerco con tristeza para abrazarlo y aunque a MK le dolía, se aferro a ella con toda la fuerza que tenía en ese momento. -¡Me dolió mucho, Mei-Mei!- jadeo, ella susurrando que estaba a salvo en su hogar mientras los demás no tenían idea de que se suponía que debían hacer porque no lo conocían y no querían molestarlo más de lo que ya estaba.

Mientras tanto, había mucho corriendo por la mente de Mei. No puede negar que siempre había tenido curiosidad acerca de su especie, que soñó muchas veces con conocer a alguien como ella para poder aprender o simplemente conocer para no sentirse tan sola por momento, pero con su hermano llorando, aterrado y herido por dragones de escamas verdosas que se suponía que eran como ella, decidió que nada de eso ya importaba.

Le arrancaría los ojos al dragón que mostrara su estúpida cara cerca de su hogar que intentara matar a su hermano, era una promesa.

~Monkie Kid~ 5️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora