Miedo #3

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Espero que les guste~

Nota: Le sigo agregando traumas al pobre MK...¡Alguien deténgame! xD

-Vaya...- Wukong silbo, sin poder ocultar lo sorprendido que estaba. La llamada lo había dejado curioso y confundido pero supuso que pudo entender el pánico del par que lo miraba fijamente una vez que lo veías en persona. -...lo logro- toco muy ligeramente la mejilla de su alumno, tarareando ante la falta de reacción.

-¿Qué tan malo es esto?- Tang retorció ligeramente sus dedos, preocupado por el menor. Era raro verlo tan quieto e inexpresivo, se sentía antinatural.

-Bueno...es un 50/50- sonrío, algo divertido ante las miradas poco amigables que se gano con eso. -Lo bueno de esto es que logro un estado de meditación profundo por primera vez...- y esperaba que eso estuviera ayudando en algo con respecto a la situación del "mono", deseaba que el menor pudiera encontrar algo de paz con eso en su estado actual. 

-...lo malo es que lo más seguro es que no este pudiendo encontrar una salida- Macaque fue directo, sin darle muchas vueltas al asunto. -Igual que este idiota- como no podía perderse ni un momento de burlarse del dios, no dudo en señalarlo.

-¡Oye!- el dios frunció el ceño, erizándose e ignorando la mirada llena de preocupación del par que los miraba. -¡Pude salir por mi cuenta!-

-No, no pudiste- rodo los ojos, bufando con diversión. Este tipo de discusión, solo burlas sin real maldad entre ambos, se sentía mucho más familiar. -Tuve que entrar a sacarte, ¿recuerdas?- enarco una ceja.

-...yo lo recuerdo de manera diferente...- Wukong desvió la vista y decidió fingir demencia porque aunque no lo quisiera, el otro decía la verdad. Había entrado en ese estado de meditación y recorriendo su propio subconsciente durante un tiempo, sin poder encontrar la manera de salir hasta que el domador de sombras invadió de alguna manera su mente y lo arrastro de vuelta al mundo real. Se había sentido avergonzado en ese momento.

-¡Basta ya!- Pigsy gruño, acercándose con pasos firmes y pesados. -¡Concéntrense en MK, idiotas!- si tuviera su cuchara de madera en mano, los golpearía, poco le importaba quienes eran esos dos.

-Cierto, cierto- el dios tosió tras su puño, volviendo a centrarse en la situación. Miro de reojo a su alumno, su postura relajada y su expresión tranquila no le daba indicios de que algo pudiera estar mal pero lo que su contraparte dijo lo hizo dudar. -Creo...que entrar y asegurarse de que el chico no este atrapado seria una buena idea-

-Genial- el domador de sombras tarareo, luciendo resignado pero divertido al mismo tiempo.

-Entrar dos en la mente de MK no seria...¿demasiado?- el de anteojos alzo la mano, preocupado por el menor al ver a los monos acercarse.

-No tenemos muchas opciones- Macaque se cruzo de brazos. -Wukong se pierde con facilidad...- el mencionado reclamo con el ceño fruncido, algo ofendido a pesar de ser en parte verdad. Salir de ese estado era confuso, incluso después de haberlo hecho unas cuantas veces. -...y él no me dejara ir solo, así que es lo mejor que se me ocurre-

-Oh, eso me recuerda- Wukong se enderezo y con grandes pasos, se paro frente al par, quienes se tensaron al tenerlo tan repentinamente cerca. -Si alguno de los dos intenta despertarnos como lo hicieron conmigo aquella vez...- su sonrisa se agrando pero no era amable, era tensa y algo aterradora, haciendo temblar al cerdo y al humano. -...podrían destruir por completo la mente de MK, dejándolo como un cascaron sin vida de lo que alguna vez fue- no del todo cierto, aunque consiguió lo que quería. Verlos palidecer considerablemente, luciendo horrorizados. Satisfecho con eso, se dio media vuelta para acercarse a su alumno, confiado que esos dos no intentarían ninguna tonteria con el chico en medio. Así que se sentaron junto a MK, con sus colas enganchadas cada uno a una de sus muñecas y se permitieron cerrar los ojos.

Entrar en un trance de meditación era diferente para todos. Algunos decían que se sentían volar, libres y livianos como una pluma. Otros decían que se sentía como estar sumergido en agua, flotante y tranquilo. Incluso había quienes decían que era como caminar sobre la tierra como si nada, simple y agradable. Para ambos en ese momento, se sintió como si estuvieran cayendo a gran velocidad, solo para terminar chocando contra el agua con un fuerte chapoteo y hundiéndose sin opción, siendo llevados por una corriente fuerte que los arrastraba hacia algún lado. Macaque se quedo lo más quieto que pudo a pesar del bruco movimiento, mientras Wukong agito brazos y piernas con pánico en un intento de salir.

Literalmente son escupidos, cayendo a la tierra con poca dignidad.

-Eso fue raro- murmuro el domador de sombras para si mismo mientras se levantaba lentamente. Era extraño no estar mojado luego de ser arrastrado y básicamente escupido por el agua pero estaban en una mente, así que podía decirle al diablo a las leyes de la lógica.

-¡Eso fue horrible!- Wukong se sacudió como una especie de perro, como si intentara sacudirse la humedad de su pelaje cuando en realidad estaba completamente seco pero el otro no lo critico, supuso que la sensación de hundirse no fue nada agradable para el dios. -Oh, duraznos sagrados...- murmuró cuando levantó la vista, haciendo una ligera mueca. -Se ve...como en una peli de terror- y eso era cierto. Los troncos eran oscuros y estaban deformados, luciendo como si tuviera rostros en agonía que estaban gritando, con las ramas estiradas y retorcidas, las hojas en la cima haciendo que todo se viera más oscuro. -¿Tenemos que entrar ahí?- señaló, sin querer hacerlo.

-Todo es bosque- hizo un gesto. De donde habían salido se veía más como un lago pequeño y poco profundo, todo a su alrededor cubierto por los arboles de aspecto horrible. -No hay muchas opciones- y se adentraron al bosque.

Creían que estaban caminando en línea recta pero era difícil saberlo con certeza. No había un camino que seguir, no había señales, todos los árboles se veían exactamente igual y ni siquiera podían guiarse por el cielo, el cual tenía tonalidades oscuras, solo haciendo que ver fuera más difícil.

-Estoy seguro que esto no tendría que ser así- murmuró Wukong con preocupación. El mundo mental podía ser diferente para cada quien, la mayoría siendo lugares bonitos que habían visto o lugares familiares que trajeran consuelo.

-Si, no debería- Macaque asintió. Estaba seguro que ambos se habían esperado un lugar loco y colorido pero todo se veía mucho más oscuro y triste.

No escucharon a alguien correr hasta que paso por en medio de ambos, sin tener tiempo de reaccionar siquiera cuando manos agarraron sus muñecas con firmeza y dio un fuerte tirón, obligándolos a correr. Podían ver el cabello castaño, los extremos rojizos de la bandana solo haciendo que fuera más fácil saber quien es y eso los hizo preguntarse de que estaban huyendo.

-¡¿MK?!- el chico no se detuvo, ni siquiera los miro, solo siguió corriendo y parecía saber por donde iba, una especie de estanque apareciendo frente a sus vistas. Era notablemente más pequeño que de donde habían salido antes y parecía de esos estanques que tendría un parque para alimentar patos pero viendo que el menor se estaba dirigiendo allí, pudieron darse cuenta de las intenciones ajenas.

-Rayos...- Macaque hizo una mueca, preparándose para lo que seguía.

-¡No otra vez!- fue lo único que alcanzo a chillar el dios antes de volver a ser sumergidos en agua, hundiéndose y siendo arrastrados por una fuerte corriente.

~Monkie Kid~ 5️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora