Syntax #2

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Espero que les guste~

Nota: Me gusto como me quedo Syntax, incluso si siento que no se parece mucho al original ^_^

Nota-2: ¿Ideas para la siguiente parte?

Syntax se sentía tieso, con las manos flotando, sintiendo el pequeño cuerpo cálido temblando contra su pecho, las manos tirando de su ropa con insistencia y escuchando su murmullo lleno de miedo.

No sabía dónde se suponía que debía poner las manos, no tenía experiencia en este tipo de interacción, pero los pasos del demonio que gruñía entre dientes se estaban acercando y no le gustaba estar agachado para mirarlo desde abajo, el maldito lo iba a molestarlo por ello y no estaba dispuesto darle la oportunidad.

-Arriba- coloco sus manos bajo el niño e ignorando por completo la sensación de ser torpe, afianza su agarre y se endereza con mucho cuidado. El menor se aferra, abrazándolo y sin mover la cara de donde está escondido. Hace una ligera mueca, pensativo, si alguna vez le hubieran dicho que estaría alzando a un niño se habría burlado en sus caras pero aquí esta y se siente extraño, de una manera difícil de explicar. -¿Por qué hay un niño aquí?- es lo que pregunta apenas el otro demonio se le acerca, se ceño fruncido y todos sus ojos fijos en el menor tembloroso.

-La reina lo trajo- Huntsman se ve molesto, como si no estuviera de acuerdo con la decisión de ella, y por primera vez desde que fue transformado, Syntax se siente raro al pensar que pueden estar de acuerdo en algo. -Corrió apenas lo soltó y nos mando a buscarlo- agregó con un gruñido.

-Son arañas. Grandes, horribles y tenebrosas arañas- el niño murmura, su voz tiembla y se rompe por el miedo pero eso solo hace que Syntax bufé con algo de burla y diversión, sin sentirse ofendido siquiera. Si, las arañas no son nada bonitas y en tamaño demonio deben ser el monstruo de pesadilla para cualquier con aracnofobia.

-Hablaré con ella- la respetaba, por supuesto que lo hacía porque era difícil no sentirse intimidado por su tamaño y demás, pero él era el más nuevo y quien esperaba poder convencerla de liberar al niño porque no cree que sea buena que el niño se quede.

-Como quieras...- el de cuatro ojos bufo, haciendo un gesto para que el otro lo siguiera. -...pero no creo que puedas hacer mucho, ella parecía muy decidida a traerlo por alguna razón- eso lo hace fruncir el ceño, pensativo mientras empieza a caminar, tomando una decisión antes de ir más lejos.

Arreglar y adaptar el hogar de las arañas fue relativamente fácil, principalmente gracias a lo que había tenido en su casa y todo lo que ellos habían acumulado con los años, logrando que el lugar se viera menos como una pocilga y dejaran de estar tan aislados de todo lo que sucedía arriba. Ahora tenían cuartos y algo de privacidad para cada uno.

Ahí es a donde fue.

-Te quedaras aquí mientras hablo con la reina- informo mientras se adentraba en su cuarto. Tenía algunos inventos a medias y la computadora de múltiples pantallas que había logrado traer de lo que antes era su laboratorio. Incluso tenía una cama, porque dormir en una tela de araña era horrible y aportaba ningún tipo de soporte, dejando al menor allí con un ligero suspiro.

-¿Me dejaras?- parecía devastado, al borde de empezar a llorar nuevamente, y el mayor no pudo evitar hacer una ligera mueca, negándose a admitir que eso estrujo un poco su corazón.

-¿Quieres ver a la araña grande que te trajo aquí?- enarco una ceja, divertido al ver como la expresión del niño cambiaba de súplica a espanto.

-¡No, no quiero!- gateo con apuro sobre la cama, agarrando la almohada para esconderse ligeramente tras esta. -¡Estoy bien aquí, me quedaré aquí!- chilla, acurrucándose, aferrándose a la almohada con manos temblorosas.

-Eso pensé- rebusco en el bolsillo de su pantalón, sacando su teléfono para dejarlo salir sobre la cama, llamando la atención ajena. -Te dejare esto, puedes ver videos- era para lo único que serbia ese en particular, así que no había problema.

-Gracias- el menor soltó la almohada a favor de arrastrarse, tomando el teléfono con manos cuidadosas, luciendo pensativo por unos segundos. -¿Cómo te llamas?- alzo la vista para mirarlo con curiosidad porque ahora que estaba alejado de los demonios arañas que lo estaban persiguiendo, se dio cuenta que no sabía quien era el ser que lo estaba ayudando.

-Syntax- suspiro, pudiendo escuchar las voces amortiguadas de los demás. De seguro era Huntsman protestando por la presencia del niño y la reina respondiendo con molestia, con Goliath intentando calmar al par con expresión nerviosa.

-Todos me llaman MK- sonrío, pasando los dedos por la pantalla del móvil con nerviosismo. -¿Puedo volver con mi papá?- que ganas tenía de volver a su casa para estar protegido entre los brazos de su papá y con la panza llena de su deliciosa comida.

-Esa es la idea- aunque primero, debía convencer a la reina y esperaba que fuera tan fácil hacerlo como pensarlo. -¿Dónde estabas cuando ella...?- hizo un gesto, teniendo una repentina curiosidad.

-Papá dijo que debíamos ir al mercado para buscar las cosas para la cena...- tarareo, cruzándose de piernas y el demonio decidió no comentar acerca de los zapatos sobre su cama. -...pero quería algo especial y fuimos con los demonios- frunció el ceño, confundido y algo molesto al recordar.

-¿Ella te llevo de allí?- Spider Queen tenía un negocio en el mercado de demonios, vendía lo que robaba pero a veces, le gustaba tenderle una trampa a ciertas personas, para asustarlas un poco. Lo hacia por diversión por lo que entendía.

-Pasamos por enfrente de su puesto, me agarro y me arrastro- hizo un puchero. -No fue divertido-

-Estoy seguro que no- se paso la mano por el cabello, sintiéndose cansado mientras la discusión se hacia más audible, como si se estuvieran acercando. Que pocas ganas tenía de meterse en ese desastre. -Iré a hablar con ella- no quería pero supuso que debía, se sentía extrañamente obligado. -Tu solo...quédate aquí y mira todos los videos que quieras-

-¿Ella va estar allí?- se estremeció cuando él asintió. -Me quedare aquí, me quedare aquí- canturreo, gateando sobre la cama para poder acomodarse, apoyándose en las almohadas que había allí y acostándose con teléfono en mano, luciendo dispuesto a obedecer.

-Volveré- le dio un último vistazo, para después suspirar y darse media vuelta para salir de su habitación, cerrando la puerta. Se armo de valor mientras caminaba, siguiendo la discusión y haciendo una mueca ante la furia que podía ver en el rostro de la reina.

Si, ya podía sentir el comienzo del dolor de cabeza que se avecinaba.

~Monkie Kid~ 5️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora