Perro

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Espero que les guste~

Nota: Mi perro no puede comer nada de la comida humana porque le cae mal pero según lo que vi, algunos perros tiene un estomago más fuerte y pueden comer de todo

Idea de: LadyMisterious001

-Yo y mi mala suerte...- MK pensó con tristeza, soltando un agudo y algo ahogado lleno de angustia. Es muy consiente de que tiene mala suerte, y es algo que viene desde mucho antes de ser elegido como el sucesor, así que nada lo sorprende del todo pero aun así, se siente absoluta y completamente avergonzado cuando se ve en el espejo. Sus orejas planas y de humano cambiaron, siendo más largas hasta ser caídas ligeramente dobladas, teniendo ahora una cola larga y que se curva ligeramente hacia arriba, ambos con el pelaje largo y grueso pero tan castaño como su cabello.

La peor parte de todo es que...eso no fueron los únicos cambios.

Su sentido del olfato ahora es más agudo y es la hora del almuerzo, así que no puede evitar salivar ligeramente ante el olor a comida que inunda su nariz. Puede oler pan fresco, carne cocida, fideos y mucho más, algo que hace que su estomago gruña de hambre. Se le antoja carne, mucha carne.

Puede escuchar mejor ahora. Escucha la ligera discusión entre Tang y Pigsy, los pasos de la gente que entra o pasa por enfrente del local, incluso puede escuchar los ladridos de unos perros no muy lejos y los autos que siguen su camino.

Da pequeños saltos de un pie al otro, su nueva cola moviéndose de un lado al otro con energía nerviosa, sintiendo unas repentinas ganas de correr y jugar.

Mostrarse frente a su familia

-Vaya, ¿son reales?- Tang enarco una ceja, alzando la mano para tocar la oreja ajena, rascando muy ligeramente al sentirlo apoyarse en el toque. -Si lo son- jadeo con asombro, encantado de ver la cola ajena moviéndose con ánimo.

-¡Y son mías!- el sucesor chilla cuando logra reaccionar, alejándose de la sensación que hacía que su mente se nublara. Tenía que resistir, era fuerte y el héroe de la ciudad, tenía que aguantar.

-Oh, chico...- Pigsy respiro profundo, dejando escapar un largo y pesado suspiro, luciendo cansado de repente. -...¿En que te metiste ahora?-

-¡F-Fueron Yin y Jin!- hizo un puchero, su cola deteniéndose momentáneamente y bajando ligeramente, desanimado. -Ellos me tiraron un frasco y ese extraño liquido violeta mae cayo encima- aun puede recordar sus carcajadas llenas de burla cuando se transformo repentinamente y se siente sonrojar, avergonzado.

-¡Eres adorable~!- Mei estaba encantada, con estrellas en los ojos mientras sacaba su teléfono para tener evidencia de eso.

-¡Es vergonzoso!- MK se tapó el rostro, sintiendo sus mejillas arder. La sensación de vergüenza dolo aumenta mientras escucha a su mejor amiga sacar fotos y ya esta planeando como robarle su teléfono para borrar toda la evidencia de ese suceso.

-Esta bien, esta bien- Mei se apiada del menor y bloquea su teléfono para poder guardarlo, aunque hay una idea que se forma en su mente. -Te daré un descanso pero primero, tengo una importante pregunta...- su sonrisa se agranda, burlona y divertida. -...¿Quién es un buen chico?- usa un tono diferente, algo agudo y casi infantil pero obtiene la reacción que esperaba.

-¡Soy yo!- chillo, vergüenza olvidado y ahora reemplazada con ansiedad, saltando sobre su amiga sin pensar. Escucha su grito y su quejido cuando cae al suelo pero él está más concentrado en intentar subirse a su regazo, impaciente por la respuesta. -¡Soy yo, soy un buen chico!- hace un puchero tembloroso, sus ojos lloroso viendo con súplica a la chica y sintiendo este angustiado sonido viniendo de lo más profundo de su garganta. -¿No soy un buen chico?- murmura ante la falta de respuesta.

-¡E-Eres el mejor chico del mundo!- a Mei se le rompió el corazón la expresión triste de su mejor amigo, levantando las manos con apuro para acunar su rostro y hundiendo ligeramente sus dedos tras las nuevas orejas, rascando en señal de disculpa. -¡El más asombroso y fiel de todos!- lo abraza entre sollozos, mientras la nueva cola de MK se mueve rápidamente de un lado al otro y se anima, abrazándola con fuerza. Los mayores solo los observan, sin saber que decir, los clientes presentes acostumbrados a las locuras e ignorando toda la situación.

-Es hora de comer, MK- Pigsy logra romper el extraño momento, dejando un plato recién hecho y teniendo la sensación de que siendo parte perro, el menor estaría hambriento.

-¡Comida!- se levanta de un salto y básicamente se lanza a la silla pero cuando ve el plato, se queda quieto. El olor que inunda su ahora aguda nariz es delicioso y apetecible pero por alguna razón, no es exactamente lo que quiere y no puede forzarse a si mismo a comerlo sin importar cuanto lo intente.

-No creo que comer fideos sea una buena idea- comenta Tang al notar que el menor ni siquiera se movió.

-¿Por qué no?- el chef parece ofendido y el de anteojos levanta las manos en señal de paz, sudando ante su mala cara.

-Algunos perros no puede digerir la pasta- comenta con nerviosismo, suspirando de alivio y relajándose en su lugar cuando el cerdo parece aceptar eso.

-¿Qué quieres entonces?- enarco una ceja, algo sorprendido. MK no era muy quisquilloso a la hora de la comida.

-Carne- sonrío, enorme y esperanzado, su cola moviéndose con animo hasta el punto de que se esta sacudiendo un poco la silla en la que esta.

-...tengo un poco de eso...- se adentra nuevamente a la cocina y se dispone a cocina otra cosa, sin comentar esta vez como su abusivo amigo se apodera del plato y lo come sin vergüenza alguna. El olor a carne cocinada que flota por el lugar después de un rato anima al menor, quien se controla con todo lo que puede para no meterse de lleno en la cocina, su cola moviéndose con ansias. MK se siente como todo un niño cuando deben cortarle la carne porque no tiene la paciencia ni el animo para hacerlo por su cuenta, una sensación que solo crece con cada trozo que se lleva a la boca pero esta satisfaciendo su antojo y no le importa lo demás.

Con el estomago lleno y ganas de jugar por alguna razón, se deja arrastrar por su amiga a la casa y se anima con cada segundo que se acerca hasta que básicamente, el último tramo corre y ríe ante los reclamos de la chica que lo persigue.

-Hola, Sandy- saludo con timidez, sin poder ocultar como su cola se mueve con ánimo ante la vista de su amigo.

-Oh, mi amigo...- el demonio de piel azul se ve encantado, inclinándose para verlo de cerca. -...te ves adorable~- su mano es grande pero amable cuando la coloca sobre la cabeza ajena en una caricia que MK permite y se apoya todo lo posible, aunque pronto un aroma capta su atención y ve al felino que se acerca a paso lento.

-¡Mo!- sonrió ante la vista del felino, riendo al notar que se ve confundido. -Soy yo, MK- se terminó de acercar e inclinarse para dejarse olfatear. El olor a perro debe llamar su atención pero parece identificarlo, maullando ruidosamente para apoyar su cabeza contra su frente y frotarse, haciéndolo reír. -Gatito, gatito~- lo tomo en brazos, disfrutando del cariño.

Jugar con los múltiples gatos más jóvenes y llenos de energía que tiene Sandy en su casa lo ayudan a liberar algo de energía nerviosa que tenía desde que se trasformo lo suficiente como para caer dormido sin problemas, apresando al resignado de Mo entre sus brazos y aplastado por múltiples gatos. Se levanta quien sabe cuanto tiempo después, desorientado, despeinado y con muchos pelos finos encima pero fue la mejor siesta de todas.

~Monkie Kid~ 5️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora