Hermanos #5

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Espero que les guste~

Nota: Como siempre, me olvide de Sandy y no me di cuenta hasta que lo volví a leer pero para entonces, ya estaba mayormente armado todo y no supe como agregarlo, así que lo deje así xD

Sentirse más despierto y lleno de energía es bueno pero poder levantarse y moverse por si mismo es aun mejor, aunque no puede llegar muy lejos antes de que Macaque lo detenga.

-No me obligues a atarte en la cama- gruño y aunque MK no tiene muy en claro si habla en serio o no, decide no jugar con su suerte, quedándose tan quieto como puede mientras se deja revisar.

-Papá va a estar furioso cuando vea esto- hizo una mueca al verse al espejo por primera vez desde que despertó. Parte del pelaje de su hombro derecho estaba recordado y rapado, dejando ver las marcas de dientes cocidas con puntos prolijos. Es casi extraño ver el hilo oscuro que une su piel y cierra la herida, se siente sensible pero puede moverse con mínimo dolor y ya no sangra, lo tomara como una victoria.

-¿Contigo?- tarareo, esperando que le chico tuviera el mismo efecto de rápida curación que ambos monos tenían.

-No, con los dragones- bufo, luciendo divertido y algo culpable. -Papá se ve super tranquilo y amable pero cuando se enoja...- tarareo, pensativo. -...da mucho miedo- rio ligeramente. -Papá es el mejor guerrero de todos y el más poderoso, así que todos lo respetan-

-¿Sabes cuando volverá tu papá?- preguntó después de un segundo de duda. Por lo que había escuchado, el padre del chico era amable, cariñoso y protector, así que supuso que cuando se enterar de lo sucedido, buscaría a su hijo.

-Se supone que debía estar aquí ya pero cuando fui, él no estaba y hui- murmuró, pensativo y triste. Su papá era fuerte, podía defenderse sin problemas y le había prometido siempre volver, que no lo abandonaría pero estaba preocupado de que no hubiera vuelto.

-Ya veo...- bufo con algo de diversión al sentir la cola ajena golpear ligeramente su cola, viéndolo moverse con ansiedad e incomodidad. Ya no podía estar mucho tiempo quieto. -Bien, puedes irte- decidió dejar cualquier pregunta para después y dejar al chico irse. Debía tener mucha energía después de unos días de descanso obligatorio en cama.

-¡Libertad!- se dispone a correr para buscar a su hermana pero cuando sale, se detiene en seco, viendo al dios sentado de alguna manera sobre su cola. Esta encantado con su equilibrio y se pregunta si puede hacer lo mismo. -A su tío tampoco le agradas- Wukong se endereza por la ligera sorpresa, MK sonriendo cuando los ojos dorados ajenos lo miran con confusión.

-¿Disculpa?- enarco una ceja.

-Al tío de papá- aclara porque no quiere decir su nombre, no cuando recuerda su ceño fruncido y el asco visible en sus ojos cuando lo miraba. -A él no le agradas, creo que te odia- tarareo.

-¿Por qué?- ladeo la cabeza, permitiendo que sus pies tocarán el suelo para agacharse y ver al menor de frente.

-Dice que le robaste dos de sus cosas más preciadas en el mundo y nunca te lo va a perdonar- fue algo que había escuchado y no se atrevió a preguntar. -Tiene un cuarto entero lleno de muñecos de entretenimiento con tu cara en ellos...- recordó haberlo encontrado por accidente. -...rompe 5 o 6 en un día...- hizo una mueca. -...10 o más cuando tiene un mal día- Wukong suda ante eso, sin saber si podía reírse o no.

-¿A quien molestaste tanto?- Macaque se burlo, caminando hace ellos a paso lento y luciendo divertido.

-Ni idea- ya estaba repasando la lista mental de aquellos que lo adiaban a muerte y, siendo sincero, estaba seguro que le faltaban muchos nombres porque no tiene buena memoria.

-¡MK!- él se volteo ante el llamado, sonriendo al ver a su hermana salir del bosque y corriendo para acercarse más rápido, teniendo un bolso lleno colgado de uno de sus hombros. -¡Los traje de nuestro manzano!- exclama con orgullo cuando abre el bolso y muestra múltiples manzanas de color rojas brillantes.

-¡Eso es genial!- sonrió enormemente, tan entusiasmado como ella.

-¿Su manzano?- Pigsy, quien escucho los gritos, salió y enarco una ceja, mirándola con curiosidad.

-¿No todos los manzanos son iguales?- Tang también se acercó, pensativo.

-Nuestro manzano es superior- Mei aseguro con toda la confianza del mundo mientras MK reía con alegría. Ninguno de los presentes entendió pero el manzano del qué hablaban es especial, era aquel en el que se conocieron y el cual tenía una marcar muy particular en el tronco.

Solo han pasado unos pocos días pero para MK, es fácil entender rápidamente el amor de Mei a su familia, es hermoso ver la armonía y el amor que flota entre todos ellos, incluso si a veces son torpes. Pigsy grita pero siempre hay un cariño brillando en sus ojos, Tang es torpe en sus movimiento pero puede verse la buena intención en su aura, Macaque parece frio pero hay algo cálido brillando en sus ojos dorados, Wukong es brusco pero algo grita "te quiero" en cada movimiento.

Le gustaría que así fuera su familia...le gustaría que ellos fueran su familia. 

Un sonido fuerte y repentino rompe la paz entre todos ellos, sonando como un gruñido lleno de ira y advertencia. Todos levantan la vista, justo para ver al responsable.

MK se congeló, sintiéndose aterrado, su hombro ardiendo mientras veía con los ojos bien abiertos la figura larga y flaca que volaba por encima de la casa de su hermana, las escamas verdosas brillando de manera llamativa y moviéndose con agilidad para acercarse hasta dejarse caer a unos pocos metros de ellos, aterrizando con sorprendente suavidad.

-...un dragón...- jadeo, temblando con miedo, ya con lágrimas silenciosas corriendo por sus mejillas. El recuerdo de ojos verdes llenos de ira, de una boca grande abriéndose frente suyo y de aquellos dientes afilados clavándose en su hombro con fuerza vienen a su mente. Chilla cuando siente brazos que lo rodean y solo el intenso olor a durazno evita que luche, aferrándose a la ropa del dios, quien parece listo para pelear. Puede ver de reojo a Macaque con Mei en brazos, quien luce furiosa mientras muestra los colmillos y gruñe con algo de humo saliendo de su boca. Pigsy luce tenso y con el seño fruncido, dejando a Tang acurrucarse en su espalda con obvio miedo. Es tenso en el que una nube de humo verdosa rodea al dragón hasta ocultarlo de sus vistas pero ninguno se mueve mientras se dispersa, dejando ver a alguien de aspecto joven y luciendo sorprendentemente humano a pesar de los ojos verde intenso que los mira.

-~Hola~- su sonrisa es dulce y aunque parece estar mirándolos a todos, se fija en uno de ellos en particular.

-¿...Ao Lie...?- ninguno de ellos puede parecer creer a quien lo ve pero su sorpresa solo aumenta cuando el chico grita.

-¡Papá!- el dios lo suelta por la sorpresa y el niño cae pero eso no lo detiene, corriendo lo más rápido posible para saltar, con el dragón abriendo los brazos para recibirlo.

-Oh, mi pequeño milagro...- murmuro Ao Lie, con el puro cariño en su tono y aferrándose al menor de una manera protectora que da señales de estar dispuesto a arrancarle la cabeza a quien intentara interponerse entre ellos.

Tienen tantas preguntas.

~Monkie Kid~ 5️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora