Marcas #3

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Espero que les guste~

Nota: Todos votaron y aquí esta el resultado ^_^

-¡MK, ya vine!- Mei fue rápida en ingresar al departamento ajeno. Había recibido un mensaje que decía "Te necesito" y básicamente había rotó muchas leyes de velocidad en su prisa de estar allí. La imagen de su hermano acurrucado en un nido de mantas y almohadas encima de su cama, aun vestido de pijama, no era extraño pero su rostro lloroso, eso era preocupante.

-...Mei-Mei...- MK sollozo dramáticamente, agradecido mientras extendía los brazos hacia ella en un gesto claro que ella no dudo en obedecer, avanzando a paso rápido para acortar la distancia entre ambos y dejando sus cosas rápidamente a un lado antes de abrazarlo. Mei no pregunto, solo lo abrazo, frotando su espalda con cariño y dejando suaves besos en su frente, esperando brindar algún consuelo.

-Tengo marcas nuevas- sollozo contra su hombro y ahí es cuando ella se perdió.

-¿En serio?- se separó para verlo, enarcando una ceja. -No puede ser tan malo como para ponerse así...- agarro las manos ajenas para poder revisar sus brazos, buscando las marcas nuevas. -...y si es algún tonto, le daré una paliza si es necesario- frunció ligeramente el ceño, sin poder encontrar lo que buscaba.

-...no están allí...- murmuró con un puchero.

-¿No?- estaba tan confundida. -Entonces ¿dónde...?- se callo al verlo sacarse la manta de encima, mostrando que tenía una remera sin mangas que dejaba a la vista sus hombros.

-Oh...- tarareo, entendiendo un poco mejor la reacción ajena. Tener más de dos marcas de padres era poco común, no exactamente raro o mal visto pero se conocían muy pocos casos con ese tipo de situación. Ella misma tenía dos marcas más en sus hombros junto a los dragones, un cerdo y un conejo para ser más específicos, y no puede negar que entro un poco en pánico antes de simplemente emocionarse. Sus padres no estaban muy felices pero Tang y Pigsy la recibieron con los brazos abiertos, así que poco le importo.

Sacudió la cabeza y presto atención, mirando las nuevas marcas que su hermano tenía. En el lado izquierdo, junto al cerdo, había un mono de pelaje castaño claro y ojos dorados, luciendo relajado y con un durazno entre sus manos pero de alguna manera, lucia atento, como si estuviera preparado para lo que sea. Del lado derecho, junto al conejo, había un mono de pelaje oscuro y ojos dorados, aunque tenía seis orejas coloridas que llamaban la atención

-¿Macaque y Wukong?- bufo, divertida, mordiéndose el interior de la mejilla en un intento de no reírse. -No creo que sean material de padres pero supongo que podría equivocarme...- no debía reírse, no debía reírse. -...espero-

-¡Mei-Mei!- bufo, luciendo divertido por alguna razón.

-Es la verdad- y con eso, consiguió que el menor riera, ligero y apenas pero una risa. -¿No deberías estar feliz? Amas a esos dos, incluso con todas las tonterías que hicieron-

-Lo estoy pero...- dudo, luciendo pensativo. -...¿Y si no me quieren a mi? ¿Y si yo no soy su hijo de alma?- las marcas unilaterales si eran casos raros en los que las marcas desaparecían o cambiaban usualmente al cabo de un tiempo.

-Te estas ahogando en un vaso de agua- rodo los ojos levantándose para rebuscar entre las cosas de su hermano. -Ellos te quieren, insulso si esta estreñidos emocionalmente hablando y no saben como expresarlo- para cualquiera con ojos, era fácil ver el cariño que ese par le tenía al menor. MK era el único capaz de treparse a los hombros de Wukong sin recibir ni una queja y también el único que podía abrazar a Macaque sin ganarse una mala mirada. -Aquí, cámbiate...- le tiro un pantalón y una campera, empujando las zapatilla ajenas con su pie para acercarlas a la cama. -...y vayamos a verlos-

-¿Ahora?- MK trago en seco, abrazando su ropa contra su pecho.

-No hay nada mejor que enfrentar esto de una vez- tarareo, dándole la espalda para dejarlo cambiarse los pantalones. -Además, esta será mi venganza- rio de manera malévola, aunque se atraganto y termino tosiendo.

-¿Venganza?- frunció el ceño. -¿Qué te hice?-

-Me empujaste para enfrentar a tus padres cuando mis marcas aparecieron- señaló. Cuando sus propias marcas aparecieron en aquel entonces, fue corriendo con su hermano en pánico, temerosa de su reacción pero él estaba extasiado y básicamente la había arrastrado para contarles a sus padres, mandándola al frente sin ningún tipo de advertencia.

-Estaba feliz de compartir mis padres contigo, lo siento- hizo un puchero, decidiendo quedarse con la remera sin mangas y colocándose su campera. Se ato las zapatilla y dejo que ella lo arrastrara por la ciudad, aunque él tuvo que llevarla hasta la montaña.

Cuando llegaron, se encontraron con el par de monos discutiendo de algo que no entendieron, aunque no parecían muy enojados o dispuestos a arrancarse los ojos entre ellos y eso era una buena señal.

-Están ocupados, podemos volver después- MK se dio media vuelta, dispuesto a irse, pero su hermana lo agarro de la campera, impidiéndole alejarse.

-¡Oigan!- Mei sonrió con diversión cuando la discusión entre ellos se detuvo en seco para voltearse a verla.

-¿Y ustedes dos que hacen aquí?- el dios enarco una ceja. Las visitas no eran del todo una sorpresa, aunque que fueran solo el par sin los demás era algo extraño.

-MK quiere mostrarles algo- tiro de la ropa ajena y lo empujó, obligándolo a dar unos torpes pasos hacia los monos, quienes se le quedaron viendo en una espera de respuestas.

-Bueno...- con nerviosismo, se sacó ligeramente la campera, lo suficiente como para mostrar las marcas de sus hombros. Los ojos de los demonios se enfocaron rápidamente en las marcas, sorprendidos.

-Oh...- Wukong parpadeo, luciendo casi perdido, alzando las manos para enganchar el cuello de su ropa y tirar, mirando su pecho con expresión pensativa. No lo había visto, ni siquiera lo había sentido pero allí estaba, la marca sobre su pecho. -Tengo un hijo de alma- no parecía poder creerlo del todo. -¡Tengo un hijo de alma!- y se abalanzó para alzar al menor con entusiasmo, festejando con una gran sonrisa y entre carcajadas.

-Eso es nuevo- Macaque también se reviso, bufando ligeramente ante la marca que no había notado que ahora tenía. Un hijo de alma, eso era algo que nunca había esperado tener.

~Monkie Kid~ 5️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora