Piedra #6

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Espero que les guste~

Nota: No sé preocupen, aun estoy preparando unos capítulos más de esto antes de pasar a otra cosa

Nota-2: Ignoren los errores, los arreglare en cuento pueda ^_^

Ninguno de ellos puede ignorar la señales de la tormenta que se avecina. El olor a humedad qué flota en el aire repentinamente fresco, las nubes negras que empiezan a ocupar el cielo y el sonido distante de relámpagos que pueden escuchar.

Así que deciden aprovechar y encontrar un lugar para dormir, justo a tiempo para que la lluvia comienza. Es fuerte y ruidosa pero al menos, ellos están bajo techo, cálidos. No es exactamente un lugar muy grande y los dueños parecieron dudar de dejarlos entrar en un principio pero es una habitación y es mejor que dormir afuera.

-¿Creen que deje de llover en la mañana?- Ao Lie mira por la ventana, tarareando ligeramente ante el aroma húmedo que puede sentir.

-Eso espero...- asintió Tang, sentándose lentamente y con un ligero suspiro.

-...porque caminar con este clima va a ser un dolor de trasero- gruñó Pigsy, dejándose caer sin mucho problema en el suelo, apoyando su espalda contra la pared. Sandy solo gruñó, largo y quejumbroso, acostado en el suelo y luciendo al borde de dormir, al parecer sin importarle la dura superficie en la que esta.

-Ammm, lamento molestarlos...- la mujer del dueño del lugar se asoma por la puerta aun abierta, luciendo tímida y preocupada. -...pero su pequeño esta en la entrada, pensé que debía avisarles-

-¿Pequeño?- Wukong tarda unos segundos en entender pero cuando lo hace, es rápido en levantarse y dar pasos rápidos para buscar al menor. Se siente un poco tonto ahora que se da cuenta que no noto la ausencia del niño pero todos ellos están cansados luego de días de viaje y muchas peleas, es difícil estar atento todo el tiempo.

Ahí esta el niño, parado en la entrada del lugar y con la vista fija en la lluvia que cae. Su pelaje castaño esta algo esponjado, culpa de la humedad a su alrededor, y esta completamente quieto, su cola caída.

-¿Kid?- se acercó con pasos lentos hasta pararse a su lado, logrando que el menor se volteara a mirarlo. MK tiene los ojos bien abiertos, con lágrimas corriendo por su mejilla. Parpadeo, estático por unos segundos. Era la primera vez que veía al niño llorar y sinceramente, es una sorpresa tanto como un alivio. -Hey Bud, ¿estas bien?- se inclino para estar a su altura, alzando su mano para acunar la mejilla ajena y secar un poco sus lágrimas. Lo siente apoyarse en el toque, sus pequeñas manos aferrándose a la suya mientras se permite cerrar los ojos por un momento.

-...triste...- es lo que dice después de algo de esfuerzo. -...me siento...triste...- y Wukong se permite un segundo para sentirse orgulloso. Es lo más cercano a una frase que a dicho desde su primera palabra.

-¿Triste?- se siente mal verlo así, aunque también está contento. Prefiere que el chico se exprese como pueda a que luzca como un muñeco inexpresivo que los acompaña. -¿Hay alguna razón?- es tentativo. No es bueno consolando pero cuando encuentra al dragón llorando en las noches, en esos momentos melancólicos en los que extraña a su familia o las pesadillas atormentan su mente, pregunta solo para dejarlo divagar y se acerca para que llorara en su hombro.

-No...sé- y eso solo hace que haya más lágrimas ahora, soltando un sollozo medio ahogando. -No sé- parece desesperado, asustado, y de alguna manera, Wukong puede sentirlo. Es como aquella vez, aquello que tiraba de su mente, lleno de desesperación y terror, algo que solo empeora cuando rompe en llanto. Esta lleno de un dolor que el mono desconoce su origen y con tanta tristeza que da ganas de llorar a la par pero el mono se muerde la lengua con algo de fuerza para contenerse y se recuerda que en este momento, en niño lo necesita. El tirón en el fondo de su mente está allí, insistente pero no lo ignora lo mejor posible.

-¿Sabes cual es la mejor parte de la tristeza?- hablo suave y tranquilo, mostrando una ligera sonrisa cuando el menor logra mirarlo. MK niega, sollozando, acurrucándose contra la mano que aun esta en su rostro. -Recibir abrazos, eso es lo mejor- lo atrae para abrazarlo con fuerza, guindo su cabeza a su hombro mientras lo acomoda para alzarlo. Se endereza, puede sentir sus pequeñas manos aferradas con fuerza a su ropa, la forma en la que parte de la tela en su hombro se humedece con el llano ajeno pero nada de eso le importa, solo acaricia su espalda del niño y camina por el lugar solo para mantenerse en movimiento, demasiado ansioso para quedarse quieto.

Tarda horas quizás pero al final, MK se detiene, cayendo en un sueño profundo lleno de cansancio luego de su repentino llanto. Wukong no lo suelta incluso cuando sabe que termino, solo vuelve a la habitación con sus compañeros para acurrucarse en algún lado y dormir un poco. Ninguno de los presentes dice nada y sinceramente, lo agradece.

La lluvia tarda unos días en detenerse pero al final, las nubes negras se despejan. No hay sol exactamente, aunque es mejor que la tormenta.

Así se deciden a continuar con su camino. Hay grandes charcos en su camino y barro resbaladizo que amenaza con hacer caer a cualquiera.

-...barro...- MK parece curioso mientras se inclina, agarrando un puñado de la tierra mojada para apretarla de manera experimental, tarareando cuando esta escurre entre sus dedos y algo de ello cae al suelos.

-Genial, ¿no?- Wukong se inclino a su lado, sonriendo enormemente y con malas intenciones en mente, aunque eso queda en segundo plano por un segundo cuando los ojos dorados se encuentran. El pequeño sonriendo, ligero y algo torpe pero es su primer sonrisa. -¿Quieres ver mi parte favorita de esto?- quiere probar su suerte y quizás lograr sacarle una risa. Agarra un puñado de barro cuando el menor asiente con entusiasmos y se endereza, solo para echar el brazo atrás y lanzar el barro, soltando un grito de vitoria cuando golpea la nuca de unos de sus compañeros, quien pierde el equilibrio ante el repentino golpe.

-¡A la mier...!- la voz de Sandy muere cuando su rostro choca de lleno contra el barro, salpicándose por completo y con algo de aquella sustancia entrando en su boca. Logra moverse para quedar sentado, luciendo como un monstruo del pantano, escupiendo a un lado en un intento de sacar aquello que había entrado en su boca. -...maldita sea, que asco...- alcanza a gruñir, malhumorado, su enojo en aumento ante la carcajada burlona del mono. -¡Voy a matarte!- grita pero cuando intenta levantarse para cumplir con sus palabras, termina por caer, esta vez de espaldas. Suelta palabrotas a la par que lucha por levantarse, cayendo unas cuantas veces en el proceso.

Ninguno de ellos puede evitar reírse, incluso el monje suelta una ligera risa ante la escena, pero Wukong se concentra en su pequeño compañero. MK ríe por primera vez desde su nacimiento, su carcajada sonora y su sonrisa enorme.

Cumplió con lo que quería.

~Monkie Kid~ 5️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora