~Monkie Kid~ 5️⃣

Segunda Oportunidad #3

Espero que les guste~

Nota: Macaque y Azure no parecen haber tenido una gran relación, así que use eso

MK no puede negar que quiete reírse ante las expresiones de sorpresa y asombro que tienen los demonios al ver al pequeño león que se oculta tras sus piernas, apretando los labios para no soltar un comentario de "se ven tan parecidos" que seguro los irritara.

-¿Quiénes son?- Azure es quien rompe el extraño silencio entre ellos, aunque apenas se asoma de su escondite, mirando con algo de sospecha a los monos. Él es sorprendentemente desconfiado, algo que toma a todos por sorpresa, come lo que Pigsy cocina luego de olfatear, escucha las historias de Tang y hasta a veces se para cerca de Mei cuando ella está jugando juegos en su teléfono pero Sandy y MK son los únicos capaces de poder tocar sin el riesgo de perder las manos.

Había esperado que ver a su antiguo hermano jurado lo sacara un poco de su caparazón pero bueno, no todo se podía en la vida.

-Son amigos míos- eso hizo que las pequeñas patas que se aferraba a su pantalón aflojara ligeramente su agarre. Esa frase era lo que lograba poner a la gente del lado bueno de Azure, aunque no entendía la razón. -Él es Sun Wukong, gran sabio de la montaña y el poderoso Monkey King...- señala con entusiasmo, pudiendo ver como su maestro hincha el pecho con orgullo y su amigo rueda los ojos con burla. -...y él es Six Eared Macaque, domador de sombras y gran guerrero- esta vez, su amigo sonríe con superioridad y es su maestro quien rueda los ojos con burla.

-Hola amigo- Wukong parece extasiado mientras lo mira, extendiendo su mano en una ofrenda de paz y aunque Azure parece al borde de gruñir, ya aplanando sus orejas, se detiene mientras olfatea tentativamente a su alrededor. Los siguientes segundos son tensos antes de que el león se enderece alerta y entusiasta.

-¡Hermano!- chillo, lanzándose a los brazos del dios, quien lo recibe sin dudar y se aferra a él, luciendo emocionado. Los ojos rosas miran de reojo al mono de pelaje oscuro pero es rápido en desviar la vista cuando se encuentra con los ojos dorados, sintiéndose extraño al verlo.

Macaque no parece tomarlo como algo personal, alejándose de los "hermanos jurados" que se abrazan, aunque no llega muy lejos antes de que haya brazos rodeándolo, dejando escapar un suspiro de resignación fingida ante el sucesor que lo abraza.

-Eres un abusivo- bufo con burla mientras la da una palmada en la espalda, pudiendo escuchar al chico reír contra su hombro. Ellos se hacen compañía mientras el mono y el león parecen volver a conocerse entre ellos nuevamente.

Pasa un buen momento, mayormente pegado a Wukong mientras MK se queda con Macaque, pero incluso entonces, se niega a quedarse en la montaña, ignorando las ligeras suplicas del dios y aferrándose al castaño, a quien lo que da otra más que llevárselo con él.

Unos días después, una idea se le viene a la mente.

Lograr contactar a Nezha es una hazaña lograda solo con la ayuda del par de demonios pero convencerlo es un milagro posible solo por la mirada suplicante del sucesor.

Es triste ver a ese gran demonio elefante sentado tristemente sobre lo que parece ser un sello, sus manos incapaces de moverse por culpa de las cadenas brillantes y mágicas que lo mantienen quieto, con una expresión decaída y resignada en su rostro pero aun así, MK da un paso adelante, llamando su atención.

-Hola- levantó su mano como gesto de saludo, sintiendo nervioso ante la mirada ajena. -Yo...tengo buenas y malas noticias que pensé que debías saber- el pequeño cuerpo acurrucado tras sus piernas se mueve, ansioso. -La buena es que esta vivió, aunque es una pequeña parte suya...- nota los ojos de Colmillo agrandarse apenas. -...y lo malo es que no recuerda nada- ahí es cuando el pequeño se asoma y los ojos rosas se encuentran entre ellos por primera vez desde que llegaron.

-Mi hermano...- jadeo el elefante, su expresión derritiéndose y volviéndose algo melancólico pero con una felicidad visible. Parece querer levantar las manos pero las cadenas que rodean sus muñecas se lo impide.

El silencio es momentáneo, con el príncipe y el sucesor esperando la reacción.

Los ojos rosas se humedecen y por primera vez desde su repentina aparición, Azure llora abiertamente, como el niño que ahora es, y tropieza en su apuro de adelantarse, corriendo para poder estrellarse contra el pecho del elefante. Colmillo parece al borde de las lágrimas también pero se mantiene estable, moviendo sus manos con la intención de abrazar al pequeño y esta vez, las cadenas le permiten el movimiento.

-Lo siento...- sollozo, su voz amortiguada por la forma en la que se acurruca contra el pecho ajeno. -...te lastime, lastime a muchos pero no recuerdo, lo olvide...- Colmillo lo abraza y lo deja hablar, luciendo triste por lo que escucha. -...me rompí y olvide, olvide todo...- sigue murmurando pero se voz es baja y es difícil entender del todo lo que dice.

Ver ese reencuentro es lindo, porque se nota que hay alivio y felicidad de poder verse, pero también es triste, porque uno no recuerda y el otro estará encarcelado por mucho tiempo. Al menos, pudieron verse y espera que puedan hacerlo otra vez en el futuro.

-MK...- Nezha miro de reojo al sucesor, notando que a pesar de su suave sonrisa y la alegría brillando en sus ojos ante la escena, tiene ojeras, con un cansancio obvio en su postura.  -...¿estas bien?- apoyo lentamente su mano en la espalda ajena, ligeramente sorprendido cuando el menor se acerca y se apoya pesadamente en su hombro.

-Estoy bien, solo...cansado- Azure era un niño, un cachorro de león con sólo una pizca de su poder y demasiada hiperactividad, una con la que MK le estaba costado mucho ponerse al día. Equilibrar sus trabajos y su vida personal ya era difícil pero agregar el cuidado de un menor hacia que todo fuera más complicado. -...muy cansado...- no nota cuando es guiado para sentarse en el suelo y apenas lucha contra el sueño, perdiendo rápidamente, durmiéndose en el hombro del príncipe.