Dragón Salvaje #8

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Espero que les guste~

Nota: Creo que esto es lo último xD

Hay una relativa tranquilidad en la casa. Los monos más jóvenes están alborotados y los mayores luchan por mantenerlos lejos de problemas, Macaque esta aprovechando de comer las galletas más dulces que pudo conseguir y Wukong esta tirado en el suelo, el híbrido usándolo como colchón.

-Hay alguien afuera- anuncio mientras sacudía ligeramente las orejas, pudiendo distinguir pasos ligeros y suaves que se acercaban.

-Ve tu...- el dios bufo. -...soy un colchón ahora- señaló al menor, quien parecía estar profundamente dormido si tenían en cuenta su ligero ronquido y con su cara sobre el pecho ajena, la punta de cola colgando por el costado moviéndose lentamente y con ligeros espasmos sacudiendo sus alas de manera esporádica.

-Bien- rodo los ojos, terminando su última galleta antes de levantarse, sacudiendo sus manos y limpiando las migas de su rostro para luego abrir la puerta, encontrándose con un rostro familiar.

-¡Hola, Macaque!- sonrió su repentino visitante que era mucho mayor a lo que aparentaba, su cabello largo y con un mechón verde en frente agitándose ligeramente por el viento presente.

-Ao Lie- asintió, sonriendo ligeramente al verlo rebotar en la punta de sus pies. Él aparecía sin aviso, siempre sonriente y feliz, trayendo consigo a veces juegos o té, siempre dependiendo de su estado de animo. -¿Viniste a tomar el té?- se hizo a un lado, haciendo un gesto para que el otro entrará.

-Y a jugar juegos~- entro con paso saltarín, animado, agitando las largas y holgadas mangas que tenía. -¿Aun tienen los que traje la última vez?- sus ojos verdes brillaron con emoción, aplaudiendo con las manos cubiertas ante el asentimiento ajeno.

-Wukong compro más- bufo, cerrando la puerta. El de cabello blanco abrió la boca pero cualquier cosa que estuviera por decir fue interrumpido por un gruñido lleno de ira. Todos se tensaron, principalmente los monos, quienes no había esperado esa reacción.

-¿Eh?- el dragón se volteo a ver, retrocediendo un paso ante el híbrido agazapado que le estaba enseñando los dientes afilados, sus pupilas finas y el iris amarillo pareciendo oscurecerse. -Oh...- parpadeo, su expresión mostrando abiertamente su sorpresa ante el pequeño ser.

-¿Kid?- Wukong se sentó con mucho cuidado. El menor ya le había enseñado los dientes y le había gruñido pero en ese momento, parecía más hostil que antes, las alas abiertas para hacerse más grande y la cola moviéndose bruscamente, el gruñido grave y solo aumentando en volumen con el pasar de los segundos. Macaque pudo notar el ligero movimiento en las extremidades ajenas, como si se estuviera preparando, y reaccionó.

-¡Agárralo!- ordenó el domador de sombras y por primera vez en mucho tiempo, el dios obedeció, rodeando al menor con sus brazos justo cuando este salto con la intención de atacar. Los acercó a su pecho, agradecido cuando las grandes alas se acurrucaron rápidamente, porque no quería lastimarlo.

-Hey, hey, hey. Tranquilo- el mono de pelaje castaño murmuró, manteniendo un firme y amable agarre pero el niño se retorcía con violencia, gruñendo con ira y miedo,

-¿Desde cuando tienen un híbrido viviendo aquí?- el dragón no pudo evitar preguntar con asombro, sus ojos bien abiertos.

-Desde hace unos meses- se paso las manos por su pelaje oscuro, luciendo cansado y dolido al ver al niño en ese estado. -No pensé que reaccionaria así- agrego con una mueca.

-Es un híbrido, es normal temer- murmuró con una ligera mueca, respirando profundo y dejando escapar una ligera bocanada de humo con un largo suspiro, para luego mirar al menor. -Pobre pequeño...- hizo un puchero, ladeando muy ligeramente la cabeza mientras suavizaba su sonrisa, arrodillándose. -...no has conocido muchos dragones amables, ¿no?- solo se ganó un nuevo gruñido. -No estoy aquí por ti...- movió la manga para poder descubrir su mano, alzándola para que este en el rango visual del menor. -...ni siquiera soy de tu misma especie- lentamente, la piel pálida fue reemplazada con escamas verde esmeralda que parecían brillar suavemente, al mismo tiempo que sus dedos se convertían en tres con largas garras verde oscuro. La reacción fue instantánea.

El gruñido ceso al mismo tiempo que dejaba de mostrar los dientes, sus pupilas agrandándose con curiosidad mientras olfateaba, un gorgoteo saliendo de su boca esta vez.

-Huelo así porque mi hogar esta bajo el agua- Ao Lie rio ligeramente, ignorante como los monos lo miraban fijamente. El menor gorgoteo. -No, tenemos una capsula protectora qué mantiene nuestro hogar seco- más gorgoteos. -No hace frio allí pero tampoco es tan cálido, aunque me gusta más estar afuera. Sentarse bajo el sol es lindo, ¿no?- el híbrido parpadeo ligeramente, mostrando una sonrisa tentativa y temblorosa.

-Tu...- Macaque rompió el extraño momento que estaba presenciando, señalando al par con expresión en blanco. -...¿Puedes entenderlo?-

-Los dragones tenemos un idioma universal- sonrió el de cabello blanco, divertido al parecer. -Dice que huelo a agua salada, así que pregunto por mi hogar- rio ligeramente, permitiendo que su garra se trasformada en mano nuevamente. -Ven aquí, pequeño- extendió las manos y, aunque Wukong se sentía un poco paranoico, lo entrego después de un segundo de duda, atento ante cualquier movimiento brusco pero en niño se mantuvo quieto, flácido mientras era levantado. Lucia perdido mientras analizaba el rostro del dragón de escamas verdes, moviendo su cola con algo de ansiedad. -No hay nada que temer, no estoy aquí para hacer daño- de alguna manera lo acuno como si fuera un bebé mostrándole una sonrisa cariñosa y amable, sus ojos brillando con sinceridad. -Palabra de dragón- respiro profundo y dejo escapar una bocanada de humo directamente al rostro ajeno, riendo mientras los ojos amarillos parpadeaban con sorpresa. El niño lo imitó, soplando algo de humo en el rostro del dragón y soltando una risa divertida al verlo parpadear.

Los monos se relajaron lentamente en su lugar, contentos cuando no se desató ningún tipo de pelea y divertidos al ver como los dragones se tiraban humo entre ellos. Era un poco raro pero no era la cosa más rara que habían presenciado.

La risa de ambos lleno el silencio de la sala.

~Monkie Kid~ 5️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora