Wally Darling #3

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Espero que les guste~

Nota: Por momentos, creo que MK me queda super fuera de personaje pero supongo que para eso es el Fandom xD

Barnaby resultó ser un perro muy grande y relleno, de color azul con manchas de color rojo, amarillo y azul, todas variando en tamaño. Su pequeño gorro de copa colorido era lindo, con el chaleco que repetía los colores de sus manchas abotonado y una corbata colgando floja mente de su cuello. Tenía una sonrisa amable y parecía el tipo de ser que a cualquiera le gustaría abrazar, quizás incluso dormir en su gran barriga.

-Oh...- sus ojos brillaron cuando vio las manos ajenas. Tenía almohadillas, la del centro de su palma siendo roja y con forma de corazón, mientras que las de sus dedos eran redondas, dos de sus dedos en azul, otro en rojo y el último en amarillo. -...debo ser fuerte...- sus dedos cosquilleaban con la necesidad de tocarlas.

-No necesitas serlo- el perro sonrío, extendiendo su mano en una invitación que hizo que el chico ahogara apenas un chillido de felicidad. -Adelante, Wally lo hace todo el tiempo- hay diversión pura en su tono, mirando de reojo al mencionado.

-Es que son adorables~- Wally sonríe sin rastro de vergüenza, viendo con cariño como MK se rinde y presiona con mucho cuidado las almohadillas, pudiendo ver el brillo del encanto puro en sus ojos mientras murmuraba para si mismo.

En algún momento, alguien más se acerca y ahí es cuando se pierde un poco. No entiende exactamente que sucedió pero de repente, hay una discusión. Frank y Barnaby no parecen llevarse exactamente bien, aunque no puede decir que se odian, solo que hay una chispa de molestia que se enciende cuando están cerca. Es una escena familiar, aunque Macaque y Wukong ya estarían intentando arrancarse la yugular con los dientes entre ellos. No se matan pero apenas empiezan a tolerarse.

-Vaya...- se aleja con una ligera mueca. Se siente un poco mal por Wally, quien luce incomodo y ansioso mientras intenta detenerlos, parado justo en medio de ambos pero siendo ignorado. MK se sobresalto al escuchar un grito, volteándose justo a tiempo para ver a alguien tropezar y caer al suelo con un fuerte golpe, su bolso rojo y amarillo volando no muy lejos, cartas de sobre blanco esparciéndose por el suelo. No son muchas pero deben ser importantes, aunque se pregunta de donde vienen. -¿Estás bien?- se apresuró a acercarse, tomando el brazo ajeno para ayudarlo a enderezarse y soltándolo cuando se arrodilló en el suelo. Noto el gorro azul y ligeramente abultado en el suelo, con un sobre blanco como decoración en frente y lo agarro, ya pudiendo suponer quien era.

-Estoy bien...- asintió. Su piel era de un tono amarillo oscuro y tenía el cabello rojizo, luciendo una sonrisa avergonzada y nerviosa en su rostro. Su remera manga corta apenas estaba sucia y por suerte, su pantalón azul oscuro no estaba ni siquiera roto, así que no se había lastimado. -...pero mis dos pies izquierdos no son buenos cuando estoy apurado- soltó una risa y MK aprovecha que están a la misma altura para colocar el gorro sobre la cabeza ajena, acomodándolo hasta estar satisfecho.

-No te preocupes, yo mismo soy super torpe- rio, sabiendo que incluso con todo el entrenamiento del mundo aun podía tropezar con facilidad con sus propios pies. Tarareo mientras se levantaba para recoger las cartas y meterlas al bolso. -Aquí tienes- le extendió el bolso, recibiendo una gran sonrisa y agradecimientos como respuesta. -Supongo que eres el cartero-

-¡Ese soy yo!- se animo, parándose para acomodar su bolso y sacudiendo ligeramente su ropa, arreglando rapidamente esa corbata colorida que tenía antes de extender su mano. -Soy Eddie Dear, es un placer ver un rostro nuevo por aquí- tenía un ligero olor a tinta encima.

-Soy MK, es un placer estar aquí- acepto el apretón, bufando con diversión para si mismo ante lo pequeño que lo hacía sentir la gran mano que agarraba la suya pero no de una mala manera. Le recuerda a Sandy, algo intimidante por su gran tamaño pero gentil y amable, con una sonrisa que te hacia sentir cómodo al instante.

-Este lugar es genial, lo amaras- su sonrisa se agranda, solo para atenuarse cuando le presta atención al par que sigue discutiendo. -¿Otra vez peleando?- bufo, luciendo repentinamente cansado.

-¿Sucede a menudo?- enarco una ceja.

-Mucho- asintió, sonriendo con algo de tristeza. -Wally los adora pero esos dos no pueden estar juntos sin pelear...- hace una ligera mueca. -...a menos que Julie este para mantener a Frank distraído- MK tarareo, sintiéndose familiarizado con algo así, y mira de reojo a Wally, quien luce triste mientras ambos pelean.

-Oigan...- hizo un puchero al ser ignorado. -...oigan...- hay algo en ese extraño mundo que bloquea sus poderes, apenas pudiendo sentir una chispa en su interior pero usa eso y con un chasquido, hay un destello dorado. -¡Oigan!- al fin, ambos se detienen en seco y lo miran con los ojos bien abiertos, de seguro sorprendidos por lo dorado o quizás por la interrupción, no esta muy seguro. -No hay necesidad de pelear- ninguno de ellos parece de acuerdo y eso lo hace suspirar. -Vamos, se supone que eres lo suficientemente maduro como para saber cuando retroceder, ¿no?- mira a Frank, notando como se tensa. -Y creo que eres lo suficientemente amable como para no iniciar una pelea sin sentido, ¿no?- mira a Barnaby, pudiendo notar su mueca. Se siente como un golpe bajo, casi como si los estuviera atacando, pero eso suele funcionar con los monos. -Además...- camina para pararse junto a Wally, sintiendo su mirada fija y llena de curiosidad. -...ambos son amigos de Wally y verlos pelear lo ponen triste- los miro con una sonrisa amigable. -No quieren que él este triste, ¿o si?- es manipulación, lo sabe.

-...no...- ambos murmuran después de unos segundos, luciendo tristes y culpables.

-Bien- sonrío, divertido ante la mirara llena de sorpresa que puede notar en el rostro del cartero y del muñeco a su lado. -Ahora, dense la mano...- ambos se miran entre ellos, sin lucir contentos con eso. -...dense la mano...- repite con un poco más de firmeza, mirándolos fijamente, y dando un pequeño salto de victoria al verlos obedecer después de una larga pausa. -...y hagan las pases- se disculpan entre ellos a regañadientes pero al menos, no parecen dispuesto a iniciar otra discusión.

-Vaya, eres bueno- el cartero silva, divertido y aliviado al mismo tiempo. 

-¡Los detuviste!- Wally avanza a grandes pasos para tomar sus manos entre las suyas, luciendo eufórico. -Muchas gracias, querido- hay tanto cariño en su tono de voz y en su mirada que el chico no puede evitar sonrojarse.

-Me volví muy bueno en detener este tipo de peleas- rio ligeramente, aunque la peor pelea entre los monos había requerido que llorara y mucho pero eso no funcionaria en esta situación. -Oye, Wally...- esta a punto de preguntar por una salida o algo así, cuando una ola de agotamiento lo inunda de repente. Tropieza hacia adelante, repentinamente cansado, y se tambalea, agradecido por los brazos que lo sujetan. Sabe que es Wally por el aroma a manzana, sintiendo como este se siente en el suelo y lo acuna contra su pecho, haciéndolo sentir como una especie de niño, su mejilla aplastada contra el hombro ajeno. Le cuesta mantener los ojos abiertos y siente que se duerme pero lucha, porque se siente grosero dormirse en ese momento. 

-Tranquilo, amor...- ese apodo es nuevo pero lo hace sentir cálido. -...puedes descansar, estoy justo aquí- hay una mano que acaricia su espalda, suave y amable, acompañado de una voz que tararea una tonada de ritmo tranquilo justo al lado de su oreja. Lo arrullan y pronto, se rinde, cayendo en un profundo sueño.

MK se despierta quien sabe cuanto tiempo después, apenas registrando que esta devuelta en su habitación y recostado sobre su cómoda cama, más ocupado en sentar mientras bosteza ampliamente y se estira todo lo que puede, solo satisfecho cuando su espalda y hombros hacen un sonido audible.

-Que sueño tan raro tuve~- murmuro, restregando sus ojos para terminar de despertarse pero se detiene en seco cuando nota algo en particular. Sus brazos están cubiertos por mangas coloridas muy familiares. Se mira a si mismo con los ojos bien abiertos, sintiendo su corazón latir a gran velocidad al notar que tiene el buzo colorido y los pantalones azul oscuro que Sally le había dado, incluso los zapatos que ella le habían dado están allí, puestos ordenadamente al lado de su cama. Se cae de la cama en su apuro de bajar y se levanta lo más pronto que puede, su atención centrada en el muñeco que aun descansa en su mesa de luz. Dudo pero se estira para tomarlo con manos temblorosas y lo mira, sintiéndose perdido. -¿Wally?- para su sorpresa, el muñeco parpadea, lento y pausado, como si fuera una señal de que lo escucho. -...oh...- abraza suavemente al muñeco, eufórico y asombrado al mismo tiempo al darse cuenta de que nada fue un sueño.

Que rara se volvió su vida.

~Monkie Kid~ 5️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora