~Monkie Kid~ 5️⃣

Cabeza

Espero que les guste~

Nota: ¡Capítulo 70! O_O

Siendo completamente honesto, Wukong nunca fue muy fan de que le tocarán la cabeza. Lo hacía sentir pequeño y a usualmente, hasta se sentía burlado. Odiaba esa sensación y gruñir hacia quien lo intentara era una buena solución.

Macaque lo entendió. Colmillo nunca siquiera lo intento. Peng jugo con la suerte y perdió múltiples plumas en el proceso. Azure decidió no intentarlo y aceptar su advertencia.

La corona...solo incremento la incomodidad. Esa cosa rodeaba su cabeza y aunque en general era fácil de ignorar, cuando el monje rezaba, el problema empezaba. Era como una presión que se hacía más tensa con el pasar de los segundos hasta el punto en el que se sentía como si su cabeza amenazara con romperse en cualquier momento y que cuando terminaba, lo dejaba agotado, sintiéndose pesado y sin poder moverse.

Odiaba que le tocarán la cabeza y en su viaje, dos de sus compañeros parecieron tomarlo como un reto en ese momento. Recuerda haber mordido a Pigsy con fuerza en el brazo cuando lo ignoro, mientras que Sandy se ganó gruñidos profundos y llenos de advertencia en sus intentos. Ao Lie lo respeto y mantuvo sus manos lejos de su cabeza, colocando sus manos en sus mejillas. Tang mantuvo sus manos para si mismo.

Incluso cuando la corona desapareció, la sensación fue persistente. En malos días, es difícil ignorar la sensación fantasma y opresiva que lo persigue.

Los monos eran una excepción a todo.

Ellos lo entendían y lo respetaban, luchaban para que él se sintiera feliz y cómodo, algo que el dios apreciaba con todo su corazón. Ellos se volvieron tan familiares que ya ni siquiera podía tensarse ante la sensación de ellos subiendo en sus hombros. No fue difícil acostumbrarse a su amable toque, sus pequeñas manos firmes y suaves mientras rebuscaban entre su pelaje en un gesto reconfortante, amables y sin tirar de sus mechones, siempre soltando pequeños chillidos, como si intentarán recordarle que eran ellos quienes lo tocaban. Eran dulces.

Su sucesor resulta tener tan poco respeto al espacio personal ajeno como él y sinceramente, no puede enojarse, aunque aún se tensa cuando lo siente treparlo hasta sentarse en sus hombros.

Traga en seco, sabiendo que estaría adolorido por la tensión presente en todo su cuerpo y aprieta los dientes con fuerza mientras se mentaliza para no atacar. Hay anticipación llena de ansiedad y miedo mientras siente las manos ajenas en la parte superior de su pelaje. Sus manos son más grandes que las de sus monos pero aun sin pequeñas y amables, con un toque suave y dedos cuidadosos que peinan los mechones castaño claro.

-¿Qué haces ahí arriba, Bud?- se esfuerza en lograr que su tono de voz fuera normal, aunque hay una cierta tensión presente difícil de borrar.

-Tienes algunas ramas y hojas aquí- respondió MK con tranquilidad, sin malas intenciones como siempre. Lo puede escuchar tararear y reconoce la intro de su serie en el ritmo animado. De alguna manera, eso ayuda. -¿Te estoy lastimando?- pregunta con preocupación, de seguro dándose cuenta de la tensión en el dios. -¿Cruce un límite?- suena escandalizado ante eso y es rápido en alzar las manos con miedo, sin atreverse moverse. El dios puede imaginarse su expresión llena de horror y por su postura tensa, cree que puede llegar a tirarse en su apuro de bajarse si la respuesta es afirmativa.

-Pues...- se lo piensa un poco. Wukong confía en el MK, incluso si no sabe demostrarlo o no tiene muy en claro hasta que punto confía en él pero lo hace, lo suficiente como para saber que el menor no lo atacaría. -...no, no lo haces- sus manos sujetan las piernas ajenas y se mueve, obligando al chico acomodarse, riendo entre dientes ante el chillido de pánico que escucha.

-¿Estás seguro?- y Wukong siente que el cariño que le tiene al chico solo crece en ese momento. MK es considerado, incluso con alguien como él.

-Si, está bien- vuelve a asegurar y ahí es cuando siente las manos sobre su pelaje nuevamente, ligero y tentativo. Aun se siente extraño pero de alguna manera, el toque amable de MK espanta la sensación fantasma que usualmente lo sigue y se permite simplemente disfrutarlo.