Miles Morales #4

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Espero que les guste~

Nota: Se suponía que esto iba a ser el final pero me alargue de más y ahora, me falta una parte xD

Nota-2: ¡Capítulo 80! o_O

Bajan frente a la tienda, notando el cartel de cerrado en la puerta pero pudiendo escuchar voces que venían de adentro, y aunque MK esta ansioso, la mano de Miles que se apoya en su espalda y la un ligero empujón lo ayuda a avanzar. El sucesor sonrió con nerviosismo cuando la vista de todos los presentes se fijan en ellos, pudiendo notar la realización brillando en los ojos de Pigsy en el momento en el que se demoran en el adolescente a su lado.

-¿Dónde estabas?- Mei se cruzó de brazos, luciendo ligeramente molesta pero él la conoce y sabe que esta preocupada.

-Te estuvimos llamando- Tang negó con la cabeza, fingiendo decepción. -Eso no se le hace a una figura paterna, MK. Eso no se hace-

-Pigsy es mi papá- bufo y como siempre sucedía cuando respondía eso, el hombre sollozo dramáticamente. No había reales malas intenciones en esa frase, solo un verdad que decía con orgullo, más ahora.

-MK...- el cerdo suspiro, haciendo un gesto para que los otros dos se callaran. -...¿En que te metiste ahora?- el chico sintió una punzada de culpa ante el cansancio puro en el tono de voz ajeno.

-Lo siento- sonrió, tembloroso y apenas, agradecido por la mano de su nuevo amigo apoyado en su hombro en señal de compañía.

-Solo dime a que se refiere el mono loco con "guerra dimensional"- hizo un gesto para que se acercaran, señalando sillas que había frente al mostrador. Ninguno de los dos tenía motivos para quejarse y terminaron por obedecer, sentándose con mucha cautela y sintiendo la mirada de los demás encima. -¿Tienen hambre?- ni siquiera espero una respuesta, desapareciendo en la cocina y volviendo con dos platos humeantes llenos, los cuales dejo frente a ambos.

-Ufff, comida- suspiro el adolescente con alivio, permitiéndose respirar profundo y saborear el delicioso aroma a comida. Agradeció la cuchara que le dieron y no dudo en empezar a comer, apenas quejándose de la quemazón que se gano en su apuro.

-Espera un momento- el chico frunció el ceño, dándose cuenta de algo. -¡¿Monkey King me delato?!- hizo un puchero, casi ofendido por el atrevimiento de su maestro pero no del todo sorprendido. Con todo lo que había sucedido, el mono había logrado llevarse mejor con todos a su alrededor, hasta el punto de conspirar en su contra y ponerse del lado de su papá.

-Habla- y MK no tuvo más opción que contar todo, aunque Miles intervino para contar su propia historia y todo lo que había sucedido hasta terminar en su mundo. -¿Aun tienes a ese tal Miguel?- fue lo primero que pregunto una vez que terminaron y aunque ambos estaban confundidos, el chico no dudo en poner el frasco sobre el mostrador. Miguel se había rendido y ahora solo estaba sentado con cara de pocos amigos. Pigsy lo miro fijamente, meditativo, antes de rebuscar algo para luego levantar la tapa y dejar caer algo en el interior, cerrando al tapa con firmeza.

-¿Eso es ajo?- Miles observo con los ojos bien abiertos al pequeño Miguel, quien gritaba y se retorcía, luchando por alejarse del ajo. Se sentía mal reírse pero no pudo evitarlo. El gran y aterrador tipo que casi lo había matado, reducido al tamaño de un llavero y torturado por un diente de ajo. Cielos, era genial.

-Solo un diente- se encogió de hombros, luciendo algo satisfecho. -Ahora, sobre esa cosa que abre portales y amenaza mundos...- hizo un gesto, sintiendo un dolor de cabeza que iba en aumento ¿Qué rayos pasaba con la gente y sus ganas de destruir al mundo? En serio, estaba seguro que había cosas mejores que hacer con su tiempo.

-¡Ya tenemos una solución!- MK se animo al instante. -Monkey King me dio algo para encerrar a Spot para siempre-

-Bien- Pigsy suspiro, asintiendo con algo de alivio.

-¿Cuando nos vamos?- Mei se enderezo, parándose de su lugar, obviamente lista para irse en cuanto dieran la señal.

-Oh, un nuevo mundo~- Tang sonrío, enorme y emocionado, imaginándose el otro mundo con los ojos brillantes.

-Bueno...- él sonrío con nerviosismo. Ahí es donde iba a haber un problema, uno grande. -...solo yo voy- unos segundos de silencio se instalo entre ellos, tardando un poco en procesar la información la información.

-¡¿Qué?!- todos los miraron y tanto MK como Miles se encogieron ante el volumen. Esa era la reacción que esperaba.

-¿Estas loco?- ella frunció el ceño, furiosa. Tang lucia preocupado, jugando con sus manos, pero Pigsy no dijo nada, luciendo extrañamente pensativo. -Somos un equipo y vamos contigo- parecía decidida.

-En realidad, eso no es posible. Solo hay un reloj- Miles dejo escapar un suspiro de satisfacción. No sabía cuanto tiempo había pasado pero había estado hambriento y era un alivio tener algo cálido en su estómago, incluso si aun tenia ganas de comer algo que su mamá cocinara. -Ninguno puede estar fuera de su dimensión mucho tiempo, sus cuerpos no podrán aguantarlo y empezaran a fallar hasta matarlos en algún momento...- hizo una mueca, estremeciéndose al recordar esa sensación. Era como una ola de dolor repentina y que recorría todo su cuerpo. -...duele muchísimo- levanto su mano, haciendo un gesto hacia el reloj. -Esto es lo único que evita las fallas- tarareo. -Planeo darse a MK en cuanto estemos en mi mundo- esta vez miro a Pigsy, quien se relajo ligeramente en su lugar.

-Entonces dame eso, estoy segura de puedo copiar ese tonto reloj sin problema- Mei avanzó, impaciente, con toda la intención de tomar el dispositivo pero MK se interpuso.

-Él empezará a fallar si se lo quitas- Tang hablo con tono amable y suave, acercándose para apoyar las manos en los hombros de ella, quien retrocedió con una mueca. Mei tenía buenas intenciones, todos allí lo sabían, pero hacerle daño al adolescente de otro mundo no era que quisiera.

-Él me necesita- MK decidió hablar, su tono suave y sus ojos suplicantes. -Soy el único que puede encerrar a Spot- ellos hicieron una mueca ante sus palabras.

-Bien, supongo que...esta decidido- ninguno de ellos se veía para nada de acuerdo con lo que estaba sucediendo pero sinceramente, no tenían el tiempo suficiente como para esperar a encontrar otra manera. Spot estaba suelto y haciendo quien sabe que cosas, así que el mundo de Miles, su padre, todos tenían el tiempo contado.

Se despidieron a regañadientes, suplicándole que debía volver sano y salvo. A MK le rompía el corazón dejarlo atrás pero ya había causado muchos problemas hasta el momento y sinceramente, prefería que estuvieran a salvo, lejos del desastre inminente.

Aun así, cuando llegaron al techo y el adolescente abrió el portal colorido con su dispositivo robado, podían sentir sus miradas fijas en sus nucas.

-¿Listo para esto?- Miles miro a su acompañante, sin saber como expresar la sensación de alivio y agradecimiento que lo inundaban.

-¡Por supuesto!- MK sonrío, enorme y animado, siempre emocionado por otra aventura pero decidido a ayudar a salvar vidas. -¡Contra el destino!- extendió su puño.

-¡Contra el destino!- choco su puño contra el ajeno y así, ambos se adentraron al portal, el cual se cerro tras ellos.

~Monkie Kid~ 5️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora