Miles Morales #3

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Espero que les guste~

Nota: Capítulos largos, estoy de racha xD

-¿En serio crees que tu maestro tenga algún tipo de contenedor para encerrar a alguien como Spot?- Miles preguntó, levantando su máscara para mostrar su ligera confusión e incredulidad.

-Monkey King colecciona cosas, debe tener algo entre todo ese desastre- porque no podía negar que lo que el dios tenía a estas alturas era un desastre. Había algunas cosas puestas en orden en una habitación de su cosas pero la mayoría estaba amontonado, tirado en alguna parte de la montaña, lleno de armas de todo tipo y más cosas que no sabía. En serio, el mayor necesitaba ponerle algo de orden a todo eso.

-Esta bien, supongo que podemos intentar- le costó un poco recordar que el realidad, el maestro ajeno es un dios, así que decidió que ir y preguntar podía ser una buena opción. -Tu guía, yo te sigo- aunque estaba un poco preocupado por sus lanza telarañas, no había podido cambiarlos o reabastecerlos desde que toda la locura había empezado.

-Me temo que no puedes...balancearte hasta allá- sonrió con nerviosismo.

-¿Entonces?- enarco una ceja, jugando ligeramente con sus disparadores en un ligero gesto de ansiedad.

-¡De eso me encargo yo~!- estaba super emocionado, casi brillando. -Bienvenido a aéreo-viaje en nube- hizo un gesto, su nube apareciendo a su lado en un chasquido y riendo ante la forma en la que el menor parpadeo. -Se recomienda mantener todas las extremidades dentro de la nube y no soltar nunca al piloto-

-¿Es...una nube real?- había curiosidad infantil brillando en sus ojos mientras se acercaba, tocando con mucho cuidado y cautela la nube, jadeando con asombro cuando no la atravesó o simplemente se esfumo. -Amigo, esto es asombroso- tarareo, sonriendo con encanto.

-Gracias- estaba orgulloso, no iba a ocultarlo. -¡Vamos!- se subió de un salto, agarrando la mano ajena para obligar a Miles a subirse de igual manera. -¡Agárrate fuerte!- fue la única advertencia que le dio antes de salir disparados hacia el cielo, una risa saliendo de su boca mientras escuchaba al adolescente ahogar apenas un grito.

-¡Esto es genial!- y pronto ambos estaban riendo. MK hace algunas acrobacias incensarías que logrando hacer a Miles gritar y reír al mismo tiempo, sonriendo al lograr animarlo después de todo lo que había sucedido.

Aunque, al final, llegan a su destino.

-¡Monkey King!- MK sonrió tan brillante y enorme como siempre, aunque aún así, su maestro se fijo en el pobre adolescente sentado que intentaba recuperar el aliento.

-¿En que te metiste esta vez?- se cruzó de brazos, luciendo cansado y un poco resignado. El mono ahora entendía porque Pigsy lucia tan agotado en su mayor parte.

-Bueno...- compartió una mirada con Miles, sin saber como explicar todo en pocas palabras. -...en una especie de...guerra dimensional- hizo un gesto, encogiéndose ante la forma en la que el mono suspiro y se paso una mano por el rostro.

-...Kid...- lo miro, la punta de su pelaje erizándose ligeramente al mismo tiempo que agitaba la cola.

-Oh, vamos- hizo un puchero, más nervioso que otra cosa. -Peleaste contra la muerte, iniciaste una guerra contra los celestiales...- hizo un gesto. -...una pelea de otra dimensión no es nada loco-

-Yo busque todo eso...- Wukong bufo. -...pero tu no necesitas salir a buscar nada de eso, todo simplemente viene a ti- se paso una mano por el pelaje.

-...lo siento...- bajo la cabeza, avergonzado, jugando ligeramente con sus manos.

-¿Puedes ayudarnos o no?- Miles se acercó a grandes pasos y aunque estaba un poco intimidado ante el simple hecho de que ese mono era un dios, puso sus manos en las hombros del sucesor y se mantuvo firme, frunciendo apenas el ceño. MK lo había ayudado sin dudar o pedir algo a cambio, se había puesto de su lado, así que él se iba a poner del suyo. Wukong alzó la vista para mirarlo, entrecerrando los ojos casi con molestia, sin gustarle del todo el tener un desconocido en su montaña.

-Por favor, Monkey King- MK llamo su atención, mirando al mayor con súplica. -El mundo de Miles esta en peligro, su papá está en peligro, él necesita mi ayuda...- los ojos dorados y oscuros se encontraron. -...por favor-

-Eres un abusivo, sabes que no puedo negarte nada- gruñó Wukong después de unos segundos de tenso silencio. No tenía la fuerza para negarse ante los ojos suplicantes de su alumno, no cuando su corazón de oro y buenas intenciones estaban presentes. -Bien- ya estaba repasando en su cabeza la lista de cosas que tenía o al menos, lo que recordaba. -Hablame y veré que puedo darte- hizo un gesto, el par compartiendo una mirada y una sonrisa llena de victoria antes de centrarse nuevamente.

-Spot puede abrir múltiples portales- hablo. -Se mueve por dimensiones, los usa para moverse de un lado al otro y para pelear-

-Solo necesitamos algo para encerrarlo y que no pueda salir, incluso con sus portales- agregó MK, notando la expresión pensativa. Wukong tarareo y se adentro a la casa, ambos con sentidos mejorados pudiendo escuchar como rebuscaba entre sus cosas.

-¡Aja! Sabía que lo tenía en algún lado- salió al poco tiempo, mostrando que tenía un esfera que parecía de cristal en su mano. No era pequeña como una canica, sino lo suficientemente grande como para sostenerla y no poder cubrirla por completo. -Aquí, esto servirá-

-¿Eso?- Miles se sentía confundido, sin poder creer del todo qué algo tan pequeño pudiera ser su solución.

-Es pequeño pero poderoso- el dios sonrió, enorme y divertido ante la expresión ajena. -Solo necesita un poco de poder y encerrara a ese monstruo tuyo...- miro a su alumno. -...pero ten cuidado, tienes una sola oportunidad y es permanente. No que entre aquí, no podrá salir- lo apretó, demostrando que no podía romperse.

-¡Gracias, Monkey King!- MK salto, sus manos extendidas con la intensión de tomar la esfera pero el dios retrocedió de repente.

-¿Hablaste con Pigsy sobre esto?- Wukong observó como su alumno se tensaba, sudando con nervios obvio.

-No...- desvío ligeramente la vista. -...pero hablare con él y los demás- se lanzó, arrebatando la esfera antes de que el otro pudiera decir algo más y se alejo a grandes pasos. -¡Lo siento y gracias, Monkey King!-

-¡Gracias!- Miles no dudo en seguirlo, dándole una gran sonrisa al dios antes de perderlo de vista.

-Ese niño...- el dios negó lentamente con la cabeza.

Mientras tanto, MK se alejo lo más rápido que pudo de la montaña de su maestro, metiendo la esfera en el bolsillo interno de su campera.

-¿Y ahora?- preguntó al notar que estaban volviendo a la ciudad.

-Necesito hablar con mi familia- hizo una mueca, ya pudiendo imaginar las quejas que escucharía pero atrasarlo solo iba a empeorarlo todo. -Si me voy sin decir nada, nada me salvará de su furia- soltó una carcajada llena de nervios.

-Te entiendo, amigo- Miles asintió, sintiendo empatía. -No se cuanto tiempo estuve fuera pero mi mami debe estar furiosa- se estremeció, la imagen del rostro enojado de su mamá viniendo a su mente.

-Da mucho miedo/Da mucho miedo- dijeron al unísono, estremeciéndose de manera exagerada.

~Monkie Kid~ 5️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora