Piedra

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Espero que les guste~

Nota: Esto es el grupo del viaje al oeste pero usaré los nombres que todos conocemos (Sandy, Pigsy y Tang) porque me da mucha flojera buscar los nombres originales y me pierdo con facilidad. Además, no tengo muy en claro como es la actitud de cada uno pero voy a hacer mi mejor esfuerzo

Nota-2: Leí algo de Wukong encontrando la piedra de MK mientras sucedían las cosas del "Viaje al Oeste" y no pude resistirme

Nota-3: Espero que se haya entendido xD

Fue un día relativamente normal para el grupo que viajaba. Empezaron su camino un poco tarde porque Wukong y Pigsy durmieron hasta casi el medio día pero por el resto, fue todo normal. Comidas ruidos y con historias que podían hacer reír hasta al monje, intentos de secuestros que terminaban con demonios golpeados y arrastrándose para alejarse luego de suplicar clemencia a gritos, solo para seguir su camino y encontrar un lugar para acampar cuando el cielo se oscureció.

Estaban comiendo algo cálido, cocinado por el demonio cerdo y con Wukong hablando, contando la pelea más reciente a pasar de que todos estuvieron presentes. Había tranquilidad entre ellos a pesar de la voz del mono y los ligeros comentarios que salían de alguno de sus compañeros pero de repente, el demonio cerro la boca tan repentinamente que hasta se pudo escuchar el choque de sus dientes y eso llamo su atención. El mono alzo la vista de repente, su sonrisa usual cayendo y dejando una expresión en blanco, algo brillando en sus ojos dorados. Su cuerpo estaba tenso, moviéndose lentamente y casi en trance, luciendo como si se estuviera preparando para saltar sobre su nube y volar lejos. La reacción fue repentina pero sin motivo alguno para todos allí porque ninguno podía sentir nada acercarse.

-¿Wukong?- Tang llamo con voz tranquila, notando como las orejas ajenas apenas se agitaron por su voz, sorprendido cuando él ni siquiera lo miro de reojo. Sus ojos estaban fijos en un punto que todos allí desconocían, como si estuviera mirando algo más allá de ellos.

-Se le murió el cerebro- bufo Sandy con cierta diversión, aunque incluso él tenía curiosidad por la actitud ajena.

-¡Oye, mono tonto!- Pigsy no tuvo problemas con agarrar la piedra más cercana que tenía y arrojarla con fuerza, soltando una carcajada burlona cuando logró golpear al mono y consiguiendo una reacción.

-¡¿Qué rayos te pasa, cerdo maldito?!- gruñó con el pelaje erizado, luciendo listo y dispuesto de lanzarse sobre su compañero de viaje.

-¡Adelante, simio!- hizo un gesto grosero y el de piel azulada no dudo en alejarse del par, no dispuesto a perder su comida a causa de esos dos. Mientras tanto, el monje suspiro con algo de cansancio y Ao Lie, a su lado, soltó una carcajada ligera ante la escena tan familiar. Ese tipo de pelea sucedía muy seguido.

-Basta- fue firme y eso fue suficiente como para que ambos se detuvieran en seco, retrocediendo casi a regañadientes. El cerdo murmuró algo entre dientes, rápido en volver a agarrar su plato para seguir cimiento pero el mono no lo hizo, luciendo ansioso, su cola moviéndose bruscamente. -¿Pasa algo, Wukong?- decidió preguntar directamente, amable y paciente.

-Tengo que irme- señaló hacia una dirección y eso los sorprendió, todos mirándose entre ellos con confusión.

-¿Por qué?- el dragón pregunto, gateando para acercarse para apoyar suavemente sus manos cubiertas por sus holgadas mangas en el brazo ajeno. -¿Necesitas buscar algo?- preguntó suavemente, sus ojos verdes fijos en los dorados. Parecían tener una conversación silenciosa con solo mirarse, algo que no sorprendía a ninguno de allí porque no era la primera vez que los veían hacer un eso, pero se quedaron en silencio y esperando la respuesta.

-Necesito irme- asintió apenas, mirando al monje con seriedad.

-Adelante- acepto, teniendo la sensación que el demonio se iría de cualquier manera.

-Cuídate- el dragón le dio un suave abrazo que el mono no dudo en corresponder, alejándose un par de pasos cuando se separaron y haciendo aparecer su nube, subiéndose con un salto y alejándose a gran velocidad.

Ellos se quedaron viendo por unos segundos, solo para encogerse de hombros y continuar como si nada, empujando la preocupación en lo más profundo de sus mentes. Sabían que su amigo era fuerte y podía cuidarse sin problema pero aun así, su extraño comportamiento era preocupante.

Los primeros en dormirse fueron Sandy y Pigsy, quienes parecían estar haciendo una competencia para ver quien roncaba más fuerte, dejando a Tang y Ao Lie como los únicos despiertos por el momento, ambos esperando el regreso del demonio.

-¿Crees que este bien?- el dragón se animo a preguntar después de unos segundos, alzando la vista para mirar el cielo estrellado y sonriendo ligeramente ante la luna llena de la noche.

-Wukong es fuerte...- el monje tarareo, su postura mucho más tranquila de lo que realmente se sentía. Estaba un poco preocupado, porque conocía al mono y temía un poco por las locuras que era capaz de hacer, pero confiaba en su actitud fiel y su cariño genuino hacia ellos. -...estoy seguro de que lo está- esperaron un poco más pero al final, se rindieron y se dispusieron a dormir porque tenían que seguir su mano en la mañana.

Como lo esperaron, Wukong estaba allí cuando se despertaron, luciendo tal y como se había ido. No estaba sucio ni herido y por la falta de charla entusiasta, tampoco había ido a pelear con nadie pero aun así, había algo diferente que ninguno de ellos podía ignorar. Tenía una suave sonrisa en su rostro, con algo dulce y lleno de cariño brillando en sus ojos, sus manos cuidadosas sosteniendo una extraña piedra.

Ellos no lo entendían. No parecía nada especial, era un simple roca de aspecto toscamente redondeado y de un color pálido pero además de eso, no tenía nada especial. No era brillante, ni estaba pulida por el agua y tampoco era de un color que llamara la atención, solo era una piedra pero Wukong se veía fascinado de cualquier manera.

-¿Qué tienes allí, Wukong?- Tang se animo a preguntar, agachándose al lado ajeno para poder mirar con más atención. Podía sentir algo viniendo del objeto pero no pudo realmente analizarlo porque el mono lo cubrió, casi como si lo estuviera escondiendo de él.

-Algo especial...- susurro, abrazando la piedra contra su pecho, como si estuviera cunando algo precioso y frágil. -...muy especial- tarareo, riendo ligeramente, y aunque todos estaban confundidos, no preguntaron, teniendo la sensación que no tendrían una respuesta directa por el momento.

~Monkie Kid~ 5️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora