~Monkie Kid~ 5️⃣

Syntax

Espero que les guste~

Nota: Me acabo de dar cuenta que Goliath en realidad no es su nombre oficial o_O

Nota-2: No sé si soy la única pero me gusta el aroma que tienen los Shampoo infantiles

Nota-3: Me dio fiaca (o flojera, como lo digan) cambiar el formato de la letra de los demonios, así que lo deje así xD

Syntax nunca fue un ser cariñoso, ni siquiera se podía considerar a si mismo sociable. Relacionarse con otros seres vivos siempre fue muy difícil, demasiado complicado como para intentar, porque los vivos eran sentimentales y demasiado esporádicos, así que se centro en lo más confiable y en aquello que podía hacer por si mismo: la ciencia.

Inventar e investigar, planear y crear, todo eso era mucho más fácil que tener que hablar con alguien más. Se convirtió en científico por ello, para no tener que hablar con otro ser humano excepto ese momento en el que tenia que presentar su proyecto para obtener el financiamiento y poder tener la posibilidad de conseguir más piezas.

Volverse un demonio no estaba en sus planes y ahí fue básicamente obligado a ser parte de una muy extraña dinámica, que no tenía idea si eso era una "familia" o algo así.

Fue obligado a adaptarse y en el proceso, aprendió a leer un poco al grupo que lo rodeaba.

Spider Queen era la autoridad allí, no se podía hacer nada sin su permiso, y aunque era difícil ignorar el aura de ella, lleno de desdicha y una tristeza profunda que hasta él podía sentir, tenía sus momentos de amabilidad, con suaves sonrisas y ojos tranquilos, luciendo casi como una madre. Supuso que eran como las arañas y ella debió tener hijos en algún momento, quizás los dos que la seguían eran sus hijos, pero de seguro los perdió.

Escondió ese dato en lo más profundo de su libro de notas, sin saber que hacer con ello.

Huntsman era el dolor de cabeza más grande que podía tener, odioso y respondón, siempre dispuesto a tener una pelea con él. Parecía ser el siguiente al mando, por su porte y la manera en la que se paraba al lado de la reina, con una apariencia de general a punto de lanzarse a la guerra. Aunque a veces, en las noches, podía verlo sentado y mirando a la nada con expresión en blanco, sus manos moviéndose en piloto automático mientras tejía telarañas de aspecto complejo, con un aura casi melancólica a su alrededor. Si su teoría anterior era correcta y alguna vez hubo más arañas, significaba que ese odioso ser había perdido a muchos hermanos.

Otros dato más guardado en lo profundo de todo.

Goliath, el más grande y fortachón del grupo, con mucho entrenamiento y agilidad pero que en la mayoría del tiempo, actuaba como un niño curioso y contento, jugando con lo que acumulaba en su cuarto. No parecía realmente mayor, así que supuso que no tenía tantos años como los otros dos.

No tenía idea de que hacer con esa información.

-¡Ayuda!- jadeo, más por sorpresa que por otra cosa, cuando un pequeño cuerpo choco contra sus piernas y unos brazos se aferraron a él.

-¿Pero qué...?- bajo la vista, solo para encontrarse con un pequeño que se aferraba a su pierna con mucha fuerza, su cabello castaño revoltoso y con la ropa algo sucia pero completa. Podía escuchar sus sollozos ahogados y amortiguados contra su pierna, las pequeñas manos aferrándose a la tela oscura de su pantalón. -Un niño...- frunció el ceño inconscientemente. Estaban en las alcantarillas, lejos de las aguas residuales, pero aun por esa zona, lejos de los humanos y demonios que habitaban la ciudad. -...¿Qué rayos haces aquí?- fue más brusco de lo que pretendía pero el niño no lo tomo como ofensa al parecer, porque podía sentir sus pequeñas manos solo aferrarse con más fuerza a su pantalón.

-¡Ella me trajo!- sollozo, su pequeño cuerpo temblando tanto como su voz, lleno de miedo y confusión. -¡Ella me arrastró aquí!- y Syntax se quedo pensativo.

Su teoría de que la reina era una madre que había perdido a muchos de sus hijos solo se hacía más fuerte a estas alturas.

-Ya veo- dudo un poco, porque en realidad nunca había interactuado con un niño en su vida, pero terminó por apoyar su mano sobre la cabeza ajena, tarareando ante la suavidad de los mechones. No estaba sucio e incluso en el lugar que estaban, podía oler fácilmente un suave aroma que pensó que era Shampoo infantil. No abandonado, solo arrebatado supuso.

Podía sentirlo acurrucarse más en su contra y se sintió raro. Ser buscado como un ser de consuelo y de protección no era algo que alguna vez había esperado que sucediera. Él era frío, con una expresión que muchos habían catalogado como lo suficientemente aterradora para decidir no acercarse, luciendo intimidante con su traje negro y las largas patas metálicas que salían del dispositivo en su espalda, los visores que había hecho solo ayudando a su imagen.

-...ella me da miedo...- pudo escucharlo murmurar.

-¿Le temes a las arañas?- enarco una ceja, bufando cuando el niño asintió con rigidez. Si, eso tenía sentido. 

-¿Puedes ayudarme, por favor?- el menor murmuro con suplica y esperanza en su tono de voz.

-Escucha niño, yo no...- se detuvo en seco cuando el pequeño alzo la vista para mirarlo. Syntax siempre se considero como un ser frio y terco, difícil de convencer, pero el niño lo estaba mirando con sus ojos oscuros irritados e irritados de tanto llorar, con las mejillas aun húmedas y su labio inferior sobresaliendo en un puchero tembloroso. Lo estaba viendo como si el fuera su única salvación y él, por alguna razón, no encontró fuerzas para rechazarlo. -...bien- intento ignorar la ligera sensación cálida que sintió cuando recibió una gran sonrisa ante su aceptación e hizo un gesto, inclinándose cuando el chico lo soltó luego de un poco de duda. -Tu rostro es un asco- saco un pañuelo de su bolsillo y limpio el rostro ajeno, recibiendo quejas y una risa pero todo eso murió en el instante que se escucharon pasos acercarse, una voz familiar y llena de molestia resonando.

-¡¿Dónde estas, mocoso?!- Syntax puso los ojos en blanco ante la voz de Huntsman.

-Tan irritante como siempre- bufo, algo molesto.

-¡Ahí vienen!- chillo con pánico obvio y antes de que el demonio pudiera reaccionar, se encontró con sus brazos llenas de un niño que lo abrazaba con apuro, tieso mientras lo sentía hundir su rostro en su hombro y sus pequeñas manos aferrándose a la chaqueta de su ropa.