~Monkie Kid~ 5️⃣

The Collector

Hoy tuve suficientes ideas como para terminar muchos capítulos qué tenía a medias ¡Viva la inspiración!

Espero que les guste~

Nota: The Owl House termino y debo decir que su final fue hermoso, aunque no pude evitar sentir pena por The Collector

Nota-2: Solo quería darle algo de cariño xD

Nota-3: Mi personaje favorito es Hunter 🤩

Nota-4: Siempre quise escribir algo de ellos pero nunca me animé ^_^

MK esta absoluta y completamente emocionado. Es su primer día libre luego de semanas de trabajo constante y muchas peleas. Pigsy le dio algo de dinero extra como recompensa de todo su esfuerzo, Tang le regalo un par de entradas para el parque de diversiones y aunque Mei no puede estar a su lado por asuntos familiares importantes, esta emocionado.

-Montaña rusa, montaña rusa, montaña rusa...- canturreo mientras caminaba. Podría moverse más rápido con su bastón o transformándose pero prefiere caminar por el momento, especialmente porque puede disfrutar de las galletas caceras que Sandy le había regalado el día anterior. -...montaña rusa, montaña rusa, montaña...- nota algo de reojo. -...¿Estrella?...- se detuvo en seco, parpadeando unas cuantas veces solo para asegurarse de que esta viendo correctamente. Enarca una ceja con curiosidad ante la estrella grande y de un azul suave brillante qué flota a metros por encima del suelo, con alguien sentado encima. Esta...bastante seguro de que es un niño o por lo menos, eso parece.

Su piel tiene una tonada de amarillo bronceado pero con un manchón azul pálido que ocupa el lado izquierdo de su rostro. Sus cejas y cabello son blancos, con los ojos amarillos y de pupilas rojas. Esta vestido de pijama de mangas anchas con una mezcla de azul oscuro y gris con los bordes de una tonalidad violeta, junto con pequeños soles en su manga derecha y lunas crecientes en la izquierda. Incluso tiene un gorro con manchas claras como estrellas y zapatos azul oscuro con pompones de color gris claro.

-Oh...- se rasco la nuca, pensativo. Debería seguir su camino, es su día libre, pero el niño se ve triste y solo allí sentado sobre esa extraña estrella flotante, mirando casi con melancolía el peluche con apariencia de conejo que sostiene con manos cuidadosas. Decidió acercarse, porque dejarlo así se sentía mal. -¿Estás bien?- se atrevió a preguntar ante el ceño fruncido en el rostro ajeno.

-¡No!- su puchero solo parece agrandarse. -¡Ellos me molestaron!- abrazo al muñeco contra su pecho de manera protectora. -Intentaron llevarse a Francois- eso último suena como un nombre y supuso que era el del conejo.

-¿Ellos?- ladeo la cabeza con curiosidad.

-¡Ellos!- apuntó de manera acusadora hacia arriba y aunque el sucesor esta confundido, levanta la vista, abriendo la boca con algo de asombro. Hay dos burbujas que flotan a una distancia considerable, siendo utilizadas como una especie de prisión para Yin y Jin, quienes lucen llenos de pánico y como si estuvieran gritando, golpeando el interior de las burbujas obviamente resistentes.

-Oh cielos...- se rasco la nuca. -¿Crees...que puedes liberarlos?- el niño desvía la mirada, no dispuesto al parecer. Tarareo, un foco imaginario prendiéndose por encima de su cabeza cuando algo se le ocurrió. -¿Lo harías a cambio de una galleta?-

-¿Galleta?- lo miro con confusión y algo de desconfianza.

-Son deliciosas, lo prometo- le extendió el paquete en modo de invitación, mostrando una sonrisa grande y brillante. El chico se arriesga, acercándose para sacar una de las galletas y analizándolo con la mirada antes de darle un mordisco, un destello emanando de su pequeño cuerpo como una especie de muestra de su gusto.

-¡Son deliciosas!- rio alegremente, terminando de comer lo que tenia.

-Te lo dije- sonrió. -Entonces, ¿puedes...?- señala hacia arriba. Las burbujas revientan con un simple chasquido de dedos, demostrando que el chico es más poderoso de lo que aparenta, y los hermanos caen pesadamente pero el golpe no los detiene, levantándose rápidamente y alejándose sin siquiera mirarlos. -Gracias- eso parece confundirlo.

-¿Qué se dice?- eso solo le confirma que en realidad no es de allí.

-De nada- respondió sin mucho problema.

-¡De nada!- parece orgulloso de si mismo y eso lo hace reír ligeramente. -...oye...- vuelve a prestarle atención. -¿Puedo...Puedo pasar el día contigo?- parecía dudoso, avergonzado y tímido al preguntar, como si no supiera si era lo correcto o no. -No me gusta estar solo- confesó con pena, los ojos fijos en su conejo.

-¿Sabes qué? Claro- no tiene el corazón para rechazarlo, no cuando el el aura del pequeño grita soledad y tristeza. -Voy al parque de diversiones, ese lugar te va a encantar- extendió su mano.

-¿Qué es un "parque de diversiones"?- ladeo la cabeza con curiosidad y aunque parece confundido por el gesto, se mueve lentamente para bajarse de su estrella, tomando tentativamente la mano que le extienden y usa la libre para hacer desaparecer la estrella con un chasquido, su conejo desapareciendo en un destello de colores.

-¡Es un lugar super divertido!- empezó a caminar y el de pelo blanco lo sigue. -Tiene mucho juegos y comida de todo tipo, aunque hay mucha gente y podríamos tardar un poco, valdrá totalmente la pena- nota como los ojos ajenos se iluminan ante la perspectiva de juegos y eso lo hace sonreír. -Solo hay una regla- se le ocurre agregar a último momento.

-¿Cuál?- lo miro, atento.

-Sin magia- el chico hace un puchero, no muy feliz, pero termina por asentir de mala gana.