Nido

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Pues este el capítulo 100 y como con los anteriores, es el final

Debo decir que estoy encantada y orgullosa de haber podido llegar al final, también estoy agradecida con todos los lectores que apoyaron esto con comentarios y estrellas en cada oportunidad que tenían ¡Todos son geniales, mi gente!

Sé que hay muchas peticiones que me quedaron pendientes pero como siempre, la idea de otro libro (😱 ¡Sexto, no me lo puedo creer! 😱) depende puramente de ustedes y su votación. Así que dejen su comentario y con eso, veremos si hay otro libro más :3

Mientras tanto, voy a ver si me pongo al día con mis otros libros, porque están algo abandonados y necesitan cariño xD

Espero que les guste~

Fue una noche inquieta, de esas en las que duermes mal y te levantas cansado, acompañado de una intensa y horrible picazón, que recorre cada parte de su cuerpo. Se baña, esperando que la sensación se calmara, frotando un poco más brusco de lo usual su cuerpo con la esponja y apenas evitando usar las uñas al rascar su cuero cabelludo, asegurándose de estar completamente limpio pero la picazón aun esta allí, presente e intensa, hasta el punto en el que quiere arrancarse la piel. Mantiene su campera puesta para no rascarse los brazos como desesperado e incluso rodea la punta de sus dedos con curitas de colores para evitar rascarse de manera inconsciente pero sin importar cuanto lo intente, la sensación aun esta ahí, intensa y molesta, como si la picazón estuviera bajo su piel.

La transformación en mono pareció haber desbloqueado muchas cosas, desde sentidos mejorados hasta a un nuevo y muy buen equilibrio acompañado con fuerza extra, pero todo eso viene con un instinto algo salvaje que aun no entiende del todo. En esta ocasión, su nuevo instinto le grita y él decide obedecer porque no cree que tenga otra opción.

Va con quienes están más lejos, así que Monkey King es su primera parada. No es necesario ni siquiera buscarlo, están en su montaña como siempre, despertando de una de sus tantas siestas.

-Hey Bud- Wukong sonrió al ver a su estudiante, incluso si esta un poco confundido ante su presencia en su montaña. No es día de entrenamiento y tampoco habían planeado nada.

-Hola, Monkey King- el olor a durazno es extrañamente más intenso últimamente pero ahora, lo es aun más, aunque relaja un poco la picazón y lo calma un poco, lo cual es un alivio. Miro de reojo a su alrededor, pensativo, para luego centrarse en el mono que esta fuera de su alcance por estar sentado en su nube y tararea. -¿Puedes venir?- hizo un gesto con el dedo y el mono obedece con toda la curiosidad del mundo, bajando de un salto de su nube. El menor se aprovecha de su cercanía para levantar las manos y deshacer el nudo que mantiene la capa ajena en su lugar, ignorando como el mayor lo mira fijamente.

-Tu...- cierra la boca, abriendo los ojos con realización. -¿Quieres algo más?- decidió preguntar y el chico duda un segundo, pensativo.

-¿Me das una almohada?- MK se va con una capa rojiza familiar y una almohada con funda color durazno con dibujos en ella.

El siguiente, para su extraña suerte, es Macaque. No lo encontró pero si lo llamo, casi le suplico para que apareciera, y él obedeció para su absoluto alivio.

-Te vez horrible, chico- es lo primero que dice cuando emerge de su sombra, luciendo una sonrisa burlona y divertida, aunque hay un índice de preocupación ligero en su tono de voz.

-Lo sé, lo sé- esta cansado pero espera que una vez que obtenga lo que quiere, podrá dormir profundamente por unas cuantas horas. Se acerco y ante la atenta mirada del mono, agarro su bufanda, empezando a moverla con toda la intención de sacarla de su lugar. -Esto es mío ahora, te lo devolveré en algún momento- declara una vez que tiene la tela entre sus manos, doblándola con mucho cuidado para luego abrazarla contra su pecho.

~Monkie Kid~ 5️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora