SEPTIEMBRE DEL 2011
Aquel día era el primero de cuarto de ESO, pero era el último curso y lo iba a echar de menos. Logré convencer a mis padres de cursar toda la ESO en un instituto público a cambio de hacer bachillerato y la universidad en una institución privada. Me gustaba sentirme una más, aunque fuera de las pocas personas que pudiera permitirse llevar toda la ropa de marca.
Me integraba y eso me gustaba porque no me hacía sentir la niña pija, podía ser la Alicia que quisiera sin importar el qué. Aunque no tenía muchos amigos, nadie me trataba mal pero no querían juntarse conmigo o si lo hacían era por interés y a mí eso no me iba.
El día anterior había logrado descargarme varias canciones en el MP3 y cargarlo durante toda la noche. Me gustaba salir con música, aunque por las mañanas me llevara mi padre en coche, en el mediodía podía llamar un taxi o irme andando. Definitivamente me gustaba andar para poder escuchar música.
Me había puesto un mono tejano corto, con mis Converse blancas y una camiseta negra de manga corta debajo. Llevaba una camisa de cuadros roja por si tenía frío más tarde. Me recogí medio pelo en un lacito rojo, mi pelo tenía la suerte de no tener un rizo definido, sino que tiraba más a ondulado y aun así era algo indomable.
Me bebí un zumo y bajé porque me esperaba mi padre en el coche. Dejé la mochila en mis pies y me puse el cinturón.
―Recuerda es tu último año en... ―Decía mi padre conduciendo.
―No hace falta que me lo recuerdes ―le corté tajante.
―Tampoco debes ponerte así conmigo ―dijo él más calmado―. Solo repito lo que tu madre quiere que sepas.
―Lleváis todo el verano diciendo lo mismo ―dije esta vez yo con seriedad.
―Tienes quince años, un respeto ―dijo frenando frente el instituto.
―Hasta la noche ―cerré le puerta.
Con mi padre tenía buena relación, siempre se ponía de mi parte en cuanto a situaciones complicadas como viene a ser la de los estudios. Luego está mi madre que es un tema para hablar largo y tendido.
***
Me senté en clase en la zona del medio, estar al principio me daba mala sensación y al final se ponía la gente que no prestaba atención.
―Buenos días chicos ―decía el profesor Manzanares.
Algunos saludaban, otros no prestaban atención. Depende.
―Quería deciros que este curso ha venido un nuevo alumno, espero le acojáis como es debido. Y respetad, por favor ―suspiraba.
El nuevo chico entró. Llevaba un aire despreocupado y la mochila colgada en un solo hombro; pulseras de cuero o lo que parecía serlo; su pelo castaño y alborotado a juego con los ojos avellana que brillaban bajo la tenue luz de esta clase; tenía pinta de ser alto. La vestimenta no era nada del otro mundo, unos tejanos algo anchos y una camiseta de manga corta de un grupo que desconocía, salía como una granada roja.
―Este es Leo García y te sentarás detrás de Alicia, la chica de los rizos negros ―decía el profesor Manzanares.
Bufó y se sentó detrás de mí sin mucha ilusión, tirando la mochila a un lado. No me giré a mirarlo, no quería parecer una cotilla. Dejé que las clases transcurrieran hasta la hora del patio, la cual disfrutaba bastante.
Fue sonar el timbre y fui de las primeras en salir, busqué un sitio al sol y me senté en el suelo. Saqué mi desayuno, era un pequeño bocadillo de embutido con un zumo, me puse mis auriculares y me puse la música que sonaba en el MP3.
ESTÁS LEYENDO
A TRAVÉS DEL TIEMPO
Teen FictionAlicia es una chica a la que le hace justicia el nombre. Siempre luchando contra el tiempo, como si tuviera un conejo blanco que le gritara a todas horas: "No hay tiempo, no hay tiempo Alicia". Encerrada en una jaula de la que debe aprender a salir...