ITALIA, NOVIEMBRE DEL 2023
Me quedé quieta mirando el panorama, uno un poco extraño a mí parecer puesto que solo llevaba maletas Gio, pero no Leo.
―Buenos días Alicia ―me decía Gio―. Sé que te va a parecer extraño... solo es que ayer estuvimos hablando Leo y yo, lo mejor fue dejarlo y yo me voy a Pisa. Han de venir mis padres a buscarme.
¿Habían roto por mi culpa?, ¿fue por mí que no pueden ser felices?
―No es tu culpa ―aclaró Leo, como si me conociera.
―No Alicia, no quiero que pienses eso ―se apresuró a decir Gio―. Tuviste razón en la cena, debería seguir mi sueño e intentar hacerlo realidad. Mínimo decir que lo intenté ¿no?
―¿Y por eso lo habéis dejado? ―Inquirí dudosa.
Gio y Leo se miraron y luego la mirada recayó sobre mí.
―Queríamos cosas distintas ―suspiraba Gio―, dos estilos de vida que no acababan de cuajar. Gracias a ti yo he podido abrir los ojos Alicia, la gente me había dado su opinión miles de veces, pero no tan directamente o tan crudamente. Si algún día soy una modelo reconocida espero no te olvides nunca de mí, de que me impulsaste a intentarlo.
―Yo... no sé qué decir ―admití―. Pero me alegra que luches por tu sueño Gio, aunque no se cumpliera. Espero que si te haces famosa te acuerdes de Alicia ―me reí.
Vino hacia mí para abrazarme, lo cual me dejó confundida pero no supe muy bien exactamente el por qué esta efusividad. Le seguí el abrazo y luego se separó para mirarme a los ojos.
―Espero tú también cumplas los tuyos, Alicia ―sonreía ella.
Y lo cierto es que no sabía cuál era mi sueño, ¿tenía de eso? No lo sé, de momento me conformaba con estar aquí en este pueblo. Me gustaba mi rutina, ir con Greta, pasear, aunque hiciera frío y cuando hace mejor tiempo sentarme en la arena.
Pero más allá de todo eso, no sabía qué quería hacer en la vida. Por más que le diera vueltas a aquello que le dije a Leo hace muchísimos años ya no podría vivir del marketing.
―¿Pasa algo? ―Preguntaba Gio.
―No, todo bien ―tragué saliva―. Espero también poder cumplirlos.
―Debí darme cuenta de toda la situación antes, ojo, sigo queriendo a Leo, pero lo superaré ―me sonreía ella.
Simplemente me dediqué a mirarla, escuchando lo que tenía que decirme o lo que necesitaba decir.
―No hemos discutido casi nunca ―suspiraba―. Creo que eso tampoco es sano, pero nos iba bien y ninguno se planteó nada más allá, quizá porque yo quería una vida y él estaba esperando a darle al botón de play para que la suya continuara.
―Gio, estoy aquí ―bufaba Leo.
Esta solo se rio por lo bajo, pero con una sonrisa, como si despedirse de Leo fuera nada.
―Sé que debes pensar que es extraño que una ruptura me afecte así, pero la verdad Alicia es que yo creo que este duelo ya lo pasé y quizá en el fondo yo ya sabía cómo iba a acabar ―dijo cogiéndome de la mano―. Pero no pasa nada, Leo es un chico increíble y seguro encuentra a alguien.
Un sabor amargo me inundó toda la garganta, como si me quemase o me escociera. "Seguro encuentra a alguien", esa frase me había llegado bastante dentro y no sabía por qué.
―Mira, mis padres están ahí ―señaló el coche―. He de irme, pero espero volver a vernos Alicia.
―Lo mismo digo ―le dediqué una sonrisa.

ESTÁS LEYENDO
A TRAVÉS DEL TIEMPO
Teen FictionAlicia es una chica a la que le hace justicia el nombre. Siempre luchando contra el tiempo, como si tuviera un conejo blanco que le gritara a todas horas: "No hay tiempo, no hay tiempo Alicia". Encerrada en una jaula de la que debe aprender a salir...