ESPAÑA, FEBRERO DEL 2015
La cena de empresa. Había que arreglarse, aparentar tener dinero y comportarte como tal. Yo hacía años que había dejado que me vieran como la niña buena de Alicia Hernández, no soy hija de.
Elegí un vestido de tirantes finos de color champán y que brillaba solo, a conjunto con unas plataformas blancas. Me recogí medio pelo en un lazo rosa palo y para delante.
No me iba a deshacer de mis lazos, siempre han formado parte de mí y soy fiel creyente que todo puede adaptarse a la moda si lo sabes combinar bien. Así que si a mi madre no le gustaba tenía que tragarse las palabras.
―Estoy lista ―decía Julia agarrando el bolso―. No me creo que vaya a ir en limusina con Daniel y Guille.
―Pareces la típica adolescente ―me burlé.
―Ojalá, mi vida era más fácil que ahora ―suspiró―. Qué complicado es estudiar en una universidad tan cara.
Julia logró conseguir una beca para poder pagar la universidad ya que es privada, en concreto la Universidad Pontificia de Comillas. Le costó sudor y esfuerzo sacarse el bachillerato con matrícula de honor para que le concedieran una de las mejores becas y poder pagársela.
―Pero lo has logrado y ya por eso debes sentirte orgullosa, Julia ―dije sonriéndole.
―¿Tú crees? ―Me miró nerviosa.
―No todos lo han tenido tan fácil en la vida ―dije desviando la mirada―. Es de admirar que lo hayas logrado tú sola, esforzándote al máximo.
Me cogió de la mano, apretándola fuerte. Un gesto que para algunos pasaba desapercibido como dos amigas que se tienen confianza y se quieren, para nosotras era un momento de confort.
Llegó la limusina y nos metimos dentro. Ahí ya estaban Daniel y Guille con una copa de champán tan tranquilamente charlando.
―¿Champán? ―Nos ofreció Guille.
―No gracias ―dije yo.
―Sí, por favor ―contestó Julia.
―Así que vas a ver a tus padres ―decía Daniel.
―Correcto ―dije cruzándome de brazos.
―Te veo ilusionada ―decía Daniel, claramente divertido con la situación.
―Me hubiera gustado quedarme en casa comiendo helado ―contesté sin más.
―¿No te gusta esta vida? ―Inquirió Guille.
―¿Has vivido alguna vez una vida sencilla? ―Le pregunté yo.
―Bueno, conozco a Daniel porque nuestros padres son íntimos, pero no formaré parte de la empresa. Así que no, he vivido una vida de lujos siempre ―comentó Guille, el cual no le dio pudor soltarlo.
―¿Tú sí? ―Preguntó Daniel alzando una ceja.
―Durante un año ―dije secamente.
―¿Te dejaron tus padres? ―Dijo este asombrado, normal.
―Pues eso, durante un año ―puse los ojos en blanco.
―Entonces has vivido las dos caras de la moneda ―decía Guille riendo―. ¿Cómo se sintió?
―Hablas como si fuéramos una mierda los que venimos de ahí ―saltó Julia.
―Se sintió bien ir en metro ―argumenté―. Deberías probarlo ―le sonreí.
―Ni se te ocurra ―le susurraba Daniel.
Guille tenía muy subido el tener dinero y no me extrañaría que Daniel tuviera que pararle los pies en más de una ocasión.

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A TRAVÉS DEL TIEMPO
Ficção AdolescenteAlicia es una chica a la que le hace justicia el nombre. Siempre luchando contra el tiempo, como si tuviera un conejo blanco que le gritara a todas horas: "No hay tiempo, no hay tiempo Alicia". Encerrada en una jaula de la que debe aprender a salir...