ESPAÑA, OCTUBRE DEL 2011
Anduve por la sala sin encontrar ni a mis padres ni a Leo, los había perdido de vista. Llevaba una Coca-Cola en mano hasta que un hombre ―el cual no conocía― se acercó a mí.
―Perdona, ¿Alicia? ―Preguntaba.
―Eh, sí ―dije algo cohibida.
―Tu madre está en la barra del fondo de la derecha, me ha pedido que si te veía te dijera que te acercaras ahí lo antes posible.
―Esto... gracias ―dije emprendiendo el camino.
Me abrí paso entre la multitud intentando que nadie tirara mi vaso al suelo o me manchara y entonces la vi. Corrijo, los vi. Leo estaba detrás de la barra reponiendo bebida, sirviendo vasos y mi madre estaba en la esquina de esta.
Tierra trágame. Leo me miró de soslayo al verme y yo intenté mirarlo de reojo mientras le dedicaba media sonrisa, tenía el presentimiento que lo que iba a escuchar no sería agradable.
―¡Alicia! ―Siseaba enfadada mi madre―. ¿Dónde puñetas estabas?
―Estaba por la sala andando y llegó un momento en que os perdí de vista ―dije bajando la mirada.
―A mí me miras a la cara mientras te hablo ―decía ella levantándome la barbilla.
Me daba tremenda vergüenza que Leo estuviera presenciando este acontecimiento de mi vida, ninguno de los dos hablábamos de nuestra familia. Nos limitábamos a ser felices en nuestra burbuja sin que nada estorbara.
―Hay gente que quiere conocerte y tú dando vueltas ―volvía a hablar mi madre.
―Mamá no iré a la universidad hasta dentro de unos dos años, has de entender que... ―Fui interrumpida por ella.
―¿Qué he de entender yo? ―Dijo ella con los brazos en forma de jarra―. Tú has de entender que nosotros hicimos el sacrificio de meterte en un instituto público porque querías vivir la experiencia.
Negué con la cabeza más veces de las que pude contar.
―Sabes que no es así, sabes que el motivo fue que quería ser una puñetera chica normal. No quiero ir a instituciones privadas, no quiero ese estilo de vida. Si estoy en este instituto fue porque tuve que daros a cambio el hecho de estudiar bachillerato en un sitio donde no quiero ir y una carrera que no quiero estudiar ―repliqué a punto de llorar.
―La vida no es así ―me recriminaba―. Tienes tus obligaciones, suficiente tengo con pensar que te juntarás con ese tipo de gente.
―Ese tipo de gente seguramente sean mejores personas que tú ―dije cerrando los puños.
Mi madre cerró los ojos, inspirando profundamente y con los dedos en el puente de la nariz. Aproveché esos segundos para mirar de reojo a Leo, con la mandíbula tensa intentando no acercarse y dedicándose a repasar las botellas de champán para distraerse.
―Créete lo que quieras, júntate con quien quieras ―decía ella mirándome fríamente.
―No va a ser fácil ¿verdad? ―Dije negando con la cabeza, las lágrimas se deslizaban por mis mejillas con gran facilidad―. Vas a pedir algo a cambio.
―No Alicia, a cambio no. Tienes un año, hasta septiembre ―decía mirándome―. Tienes todo este curso e incluso te dejo todo verano porque una vez empieces bachillerato se acabó. Tienes este tiempo para ir con quien te dé la gana, me da igual sean amigas, amigos o novios mientras yo no lo vea pero que sepas que tendrás que desprenderte de ellos una vez empiece tu verdadera vida.

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A TRAVÉS DEL TIEMPO
Fiksi RemajaAlicia es una chica a la que le hace justicia el nombre. Siempre luchando contra el tiempo, como si tuviera un conejo blanco que le gritara a todas horas: "No hay tiempo, no hay tiempo Alicia". Encerrada en una jaula de la que debe aprender a salir...