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ESPAÑA, SEPTIEMBRE DEL 2024

LEO

Iba por mi segundo cubata, no iba a emborracharme y menos sabiendo ahora que iba a ser padre. Mis cálculos no fallaban si me paraba a pensar, aunque detalles aparte.

Alicia estaba preciosa con aquel vestido, llevaba el ramo en sus manos y estaba dispuesta a lanzarlo hacía atrás donde había un montón de mujeres esperando a ver si cae en sus manos.

―¡Lo tiro ya! ―Exclamaba Alicia―. En 3, 2, 1...

Alicia tiró el ramo y cuando se giró para mirar donde había caído estaba en las manos de Julia. El destino sí que era caprichoso. Teo estaba con los padres de Alicia durmiendo en el carrito mientras a Julia se le encendían las mejillas y creo que en todo este tiempo que la conozco jamás la había visto de esa forma. Rodrigo reía mientras se acercaba con otro cubata en la mano, el cual estaba lleno hasta hace bien poco.

―Te tocará a ti en nada ―me burlé.

―Ya lo tenía pensado, pero vaya, el destino es así de increíble ―reía él.

Alicia llevaba una cerveza en la mano, aunque sin alcohol, no le había dado tiempo ir al ginecólogo puesto que se enteró hoy pero aun así mejor ser precavidos en esto.

―A ti también te tocará en nada ―decía Rodrigo dándome un codazo.

―Pues me tiene cagado ―suspiré.

―Oh créeme eso lo entiendo ―reía.

―No puedo creerme que esté aquí en una boda, en la mía en concreto ―dije dándole un sorbo al cubata.

―Es surrealista, pero ha sucedido, por fin se ha logrado.

―¿Era el único que no creía mucho en esto del destino del que todos hablabais?

―Alicia tampoco estaba muy por la labor, a ver, al principio era una broma por así decirlo, pero las señales estaban claras ―se encogió de hombros―. Y mira, ahora estáis casados y esperáis un bebé.

―Hemos recorrido mucho camino hasta llegar aquí.

―Muy largo y doloroso pero lo bueno llega Leo y os lo merecéis.

―No quiero que vuelva a sufrir ―murmuré.

―Y es comprensible, solo que ahora creo que te vas a preocupar más por el bebé. Te veo el típico padre sobreprotector ―se burló.

―No querré les pase nada a los dos, ahora mismo son mi vida ―dije con media sonrisa―. Tenemos un cuarto vacío que ahora ya podemos acomodarlo todo.

―Te veo ilusionado.

―Tío me he casado con mi primer amor de adolescencia y voy a ser padre con ella ―me reí.

―Pues... ¡ponga un par de copas de champán! ―Reclamaba Rodrigo a la chica de la barra.

La chica le hizo caso y nos puso un par de copas, brindamos por todo lo sucedido hasta que apareció Valeria, la madre de Alicia que se acercó a nosotros.

―¿Por qué brindáis? ―Inquirió ella―. Ponme una.

Le pusieron una copa que cogió y brindamos los tres, aun se me hacía extraño toda esta situación con ella a pesar de que pasó bastante tiempo en Italia. El pasado no se puede cambiar y sé que Alicia se estaba esforzando por mejorar la relación con ella. Yo debía hacer lo mismo.

―¿Puedo hablar un momento a solas? ―Le decía a Rodrigo.

Este asintió, despidiéndose haciendo un gesto con la cabeza y desapareció entre el gentío.

A TRAVÉS DEL TIEMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora