ESPAÑA, SEPTIEMBRE DEL 2012: LA DESPEDIDA
Habían pasado un par de días, estábamos a dos de septiembre y por lo tanto llevaba sin ver a Leo desde que me dejaron en mi casa el treinta y uno por la noche.
Llegué con la bolsa de mis regalos y a mis padres les importó una mierda. Así que me dediqué a guardar la ropa y los zapatos en su sitio, a colocar el peluche en medio de la cama, el libro con el resto y el cuento en una estantería puesto de pie para verlo.
Esa mañana había recibido un mensaje de Leo de que después de comer tenía que hablar conmigo de una cosa. Y tuve miedo.
Había comido fuera con mis padres y llevaba rímel puesto, me aficioné a ponérmelo y me sentía un poco desnuda sin llevarlo. Cuando mis padres aparcaron vi a Leo venir por la calle.
―Subo en un rato ―dije algo cabizbaja.
Mis padres dirigieron la mirada a Leo, aun le faltaba un tramo, pero creo que ataron cabos en cuanto vieron mi cara. Una cara que demostraba varias emociones al mismo tiempo.
―Seguro lo superas, de amor nadie se ha muerto ―renegaba mi madre.
―Valeria... ―Le recriminaba mi padre―. Podrías tener un poco más de tacto, quizá lo que le dijimos podría...
―No. La condición fue que había de cortar con todo y que ella esté donde le toca, su lugar no es con cualquier persona. Nadie está a su altura ―decía mi madre entrando en el portal.
―Siento no poder hacer mucho ―dijo mi padre poniendo una mano en mi hombro―. Estoy seguro que cuando te veas preparada volarás Alicia y nosotros no podremos impedírtelo.
―¿Qué quieres decir?
―Que ahora no puedes decidir por ti misma, eres menor. Luego serás mayor de edad y tendrás que ir a la universidad cuando acabes bachillerato, ¿crees que no sé qué en cualquier momento te irás a hacer lo que te guste?
―¿Y por qué dejas que mamá haga todo eso? ―Dije a punto de llorar.
―Llevo años intentando divorciarme de tu madre cariño, pero puede fastidiar la empresa. Es lo que nos alimenta y nos da un techo, no solo lujos. He de actuar con cautela, no solo tú sobrevives en un mundo de gente con dinero ―dijo con media sonrisa―. Tu madre nació en una buena cuna, yo tuve que trabajar día y noche para lograrlo. Nunca te reprocharé si huyes Alicia, nunca.
Y dicho eso entró al portal, dejándome sentada en las escaleritas de fuera. Leo se sentó a mi lado, se le notaba decaído.
―Pequeña... ―Dijo dándome un beso, un suave beso.
―Leo ―dije yo sonriendo.
―Creo que debemos hablar, ¿no? ―Comentó nervioso.
―¿Qué tenías que decirme? ―Logré pronunciar.
―Mi madre y yo nos vamos de España.
Abrí los ojos como platos, ¿se iban de España? Creo que escuché mal.
―¿A dónde?
―No sé el destino aún, mi madre logró divorciarse de mi padre y quiere empezar de cero. Miraremos sitios igual Francia, quizá Alemania o Italia ―se encogió de hombros―. Estoy seguro que me vendrá bien irme.
―¿Por qué?
―Porque no podría vivir en el mismo país en el que estás tú Alicia, no podría estar aquí sin tenerte y no te voy a tener nunca más ―dijo agachando la cabeza―. Me escuece por dentro esto, me duele tener que separarme de ti.
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A TRAVÉS DEL TIEMPO
Teen FictionAlicia es una chica a la que le hace justicia el nombre. Siempre luchando contra el tiempo, como si tuviera un conejo blanco que le gritara a todas horas: "No hay tiempo, no hay tiempo Alicia". Encerrada en una jaula de la que debe aprender a salir...