ITALIA, SEPTIEMBRE DEL 2023
Esa mañana decidí organizarme un poco el día, es cierto que venía a improvisar, pero también era cierto que necesitaba algo de orden.
Cuando salí de la ducha, mientras desayunaba decidí que en la agenda del móvil organizar un poco como iba a ser el día. Me gustaba vender helados, no es el trabajo soñado, pero es entretenido y estos días tendría a Alejandro para que me ayudara.
De momento no había tenido ningún altercado con nadie acerca del idioma, pillaba las palabras básicas del italiano, pero para nada sabía hablarlo ni de lejos. Así que los que sabían inglés nos comunicábamos bien y los que no pues entre señas y las pocas palabras en italiano nos acabábamos entendiendo todos.
Ese día tenía que ir a trabajar por la mañana e ir a comprar algo más de comida a la tienda, cosa que haría por la tarde después de echarme una siesta. Qué poco se valoran las siestas, llevaba mucho tiempo sin dormir una porque apenas tenía tiempo.
Sí, ese era mi organización del día. Trabajar, comer, siesta e ir a comprar... ¿Qué más quería? Debía ir en busca de alguna libreta para empezar a estudiar algo de italiano porque tenía intención de que si iba todo bien quedarme más de dos meses. Me gustaba la tranquilidad de este sitio.
Cuando vi el reloj, me colgué la mochila y de camino a la heladería me trencé el pelo de nuevo.
―Buenos días ―dije a Alejandro mientras me ataba el delantal.
―¿Siempre eres tan puntual?
―No me gusta llegar tarde y menos al trabajo, ¿tú llegas tarde al trabajo?
―No, la verdad, pero me he fijado en que siempre haces todo con puntualidad. ¿De qué trabajabas?
―No me creerías.
―No, te veo un alma libre que no sabe qué quiere en la vida.
―Empresariales, números, empresa, papeleo...
―Pues no, no te creería si no te viera perdida.
―Pues por eso ―me encogí de hombros―. ¿Qué has estudiado tú?
―Acabé el graduado escolar y ya, hice un ciclo de mecánico, pero bueno, hay cosas mejores.
―¿No te gustó?
―Me gustan los coches, pero ser mecánico es algo distinto. Digamos que no es mi sueño.
―¿Y en qué sueñas?
―No lo hago, soy realista.
―Touché.
―¿Tú tienes sueños?
No pude no reírme ante tal pregunta, Alejandro me miró extrañado mientras preparaba la heladería y me reía.
―Nunca se me permitió eso, Alejandro.
―Pues mi amigo es un soñador empedernido y no le ha ido mal ―se encogió de hombros.
―Un iluso de la vida.
―Todos los ha cumplido, bueno creo hay uno que no pero el resto sí.
―Pues hombre con suerte.
―No lo dudes, a veces está un poco... ¿cómo se dice en español? Chalato ―dijo con seguridad.
―Chalado ―le corregí.
―Eso, es que la jerga me cuesta.
Negué con la cabeza, aun me costaba dominar la caja registradora pero hoy le había pillado más el truco. No era tan complicado así que Alejandro pudo dejarme sola cobrando, simplemente estaba detrás sentado mientras miraba el móvil.
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A TRAVÉS DEL TIEMPO
Novela JuvenilAlicia es una chica a la que le hace justicia el nombre. Siempre luchando contra el tiempo, como si tuviera un conejo blanco que le gritara a todas horas: "No hay tiempo, no hay tiempo Alicia". Encerrada en una jaula de la que debe aprender a salir...