ITALIA, DICIEMBRE DEL 2023, NAVIDAD
El día tan esperado por todos. La noche del veinticuatro de diciembre, en la que nos reunimos todos para cenar juntos y pasarlo bien. Estaba bastante nerviosa y es algo que no podía ocultarlo ya que hacía muchas navidades atrás que no lo celebrara con Leo, por descontado sucedía en un país distinto al mío, con otra gente maravillosa.
Mirando el tiempo atrás, a fin de cuentas, ha sido aquí donde más a gusto me he sentido como si estuviera en casa. Tenía que perdonarme a mí misma por mi pasado, aunque eso era un dilema que me llevaría tiempo solucionarlo.
Estaban todos en la cocina haciendo mítica cena española con canapés, gambas, olivas... Habíamos decidido que sería la mitad de cada lado, era algo que hacíamos siempre en las comidas y cenas así que en Navidad también cosa que me gustaba bastante porque todo era delicioso, a decir verdad.
Se haría en casa de Leo porque es de las más grandes, la larga mesa que tiene ya nos hemos hecho a ella para caber todos en amor y compañía. Eso era algo que a Rodrigo en concreto le llenaba de ilusión, aún recuerdo cómo empezó aquella amistad en clase.
Rodrigo y Leo eran el uno para el otro en cuanto a amistad se refiere, nunca me hicieron sentirme rara entre ellos y siempre fui incluida en todo lo que podían. Me ayudó mucho aquello, Rodrigo era y es el calmado de todos en cierto aspecto. El que nos frenaba a los dos. Más bien el que frenaba a Leo si nos podemos específicos.
Sé que llevaban hablando años pero que los últimos años habían perdido un poco el contacto, por ello que se puedan reencontrar fue una sorpresa para mí y Rodrigo. Principalmente porque yo no sabía nada de su amistad y nosotros no sabíamos que de entre todos los pueblos de Italia justo Leo vive al que hui yo.
Así que cuando la marea se calmó Rodrigo no paraba de decir que tenía ganas de venir y ver a Leo, me pasé días picándole con que su amiga también vivía aquí, aunque ambos sabíamos que lo que decíamos era todo en broma. Cuando vimos a Rodrigo bajarse del tren y abrazar fuertemente a Leo, mi mente se llenó de recuerdos y emociones. No les daba cosa darse un abrazo en vez de darse la mano como hacían a veces, Rodrigo siempre explicaba que es una chorrada que a las mujeres se nos dé dos besos y entre ellos la mano, de ahí que se abracen. Cosa que me parece de lo más normal.
Me senté en mi cama (la cual ocupada mi padre estos días) y observé mi armario detenidamente desde aquí. Realmente qué se pone una para una cena navideña, no tenía ropa adecuada para ello, aunque no tuve que pensar mucho porque vi a Julia entrar por la puerta y ya sabía lo que significaba eso.
―Me encanta cuando tienes estos dilemas y aparezco yo para solucionártelos ―se burlaba Julia.
―Podría ponerme unos tejanos, camisa y quizá coger una americana ―sopesé la idea―. Sencillo.
―Ni muerta te voy a dejar que te pongas eso cuando vas a pasar las navidades con Leo.
―Julia, es solo Leo.
―No, es Leo ―apuntó ella.
―De verdad que no es necesario... ―Intenté convencerla, aunque no sabía muy bien para qué si todos sabíamos el resultado de esto.
―Tengo todo listo, vestuario, peinado y maquillaje ―decía enumerando cada cosa―. Yo estoy arreglada ―decía dando una vueltecita―. Así puedo encargarme de mi mejor amiga la cual pensaba ir en tejanos a reconquistar a Leo.
―¡Julia! ―Exclamaba Rodrigo en la puerta.
―¿Qué? ―Decía ella, toda inocente.
―No tienes pérdida ―negaba él con una sonrisa.
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A TRAVÉS DEL TIEMPO
Novela JuvenilAlicia es una chica a la que le hace justicia el nombre. Siempre luchando contra el tiempo, como si tuviera un conejo blanco que le gritara a todas horas: "No hay tiempo, no hay tiempo Alicia". Encerrada en una jaula de la que debe aprender a salir...