Capítulo 2. Sempiterno.

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Me encontraba en el Hall de la casa del viejo cuando de repente siento un cálido y sólido abrazo, podía sentir que mis huesos se estrujaban aunque sabía de quién provenía solo que esta vez se sentía dolido y penoso, al voltearme una vez siendo desligado de sus brazos me giro para divisar una gran cabellera rubia con una profunda mirada color violeta, unos penetrantes ojos, que yacían apagados y gastados.

— ¿Cómo te encuentras? Pregunté a mi abuela al ver su cara de preocupación y tristeza.

Ahora que estoy viéndote, me pone feliz, has vuelto a crecer, te estás convirtiendo en todo un adolescente—. Disimulaba ella mientras dejaba entrever una leve y forzosa sonrisa. No, sigo siendo el enano del que Miah se burla.

— Miah ¿la nieta de la enfermera Kinna? Me sorprendió al saber que la abuela sabía de ella.

— Sí, esa estúpida y molesta niña zanahoria estaba realmente molesto con ella.

— Es una niña muy inteligente ¿de dónde era que ella la conocía? ¿Qué te he dicho de tratar a las niñas de esa manera?, debes respetarlas se escuchaba la voz del viejo proveniente de metros detrás mío.

— Petro no seas tan duro con el niño objetaba mi abuela ante los regaños del abuelo.

— Tiene que ser respetuoso Erín, así como su abuelo, todo un caballero Respondió mientras se acercaba hacia nosotros.

— Es que abuelo esa niña es odiosa, se la pasa haciéndome burlas, molestándome con mi estatura, llamándome caraculo realmente me molestaba su manera de ser.

— Quizás le gustas, yo de niña molestaba mucho a tu abuelo, solo lo hacía para llamar su atención alegaba la abuela con una sonrisa real, no de manera forzada como antes.

— ¡Qué asco! Nooo realmente de solo pensarlo no soportaba las náuseas.

Jajaja ya lo entenderás más adelante, muchas veces esa es nuestra arma de seducción para que nos presten atención—. Me respondía mientras miraba al viejo y se reía.

— ¿Qué fue lo que pasó con el tío? le dije para intentar desviar la conversación sin darme cuenta que esa era la verdadera charla de la que me quería apartar.

— Estoy segura que estará bien, lo estoy esperando con su comida preferida—. la sonrisa de la abuela volvió a formarse de manera forzada, eso hizo que realmente me sintiera mal al hacer esa estúpida pregunta.

Su mirada se notaba exhausta y afligida y en voz casi inaudible manifestó—.

— Estoy realmente muy cansada, no sé si pueda continuar así, siento que todo esto me está por superar. Nunca había visto a la abuela de esa manera, jamás la oí decir que no podía seguir, realmente estaba sorprendido.

— Ilucy no te preocupes, iré a pedir información en una de las casetas para saber sobre él, verás que al igual que siempre lo encontraremos pronto, él volverá a casa junto a nosotros al igual que a la abuela se le percibía realmente preocupado al viejo. Salió de la habitación con dirección hacia la puerta de salida mientras la abuela con una disimulada mueca de sonrisa comenzaba a cocinar.

Me senté en un sofá a mirar los álbumes de fotos que tenía el viejo, pasaba páginas de fotos en dónde mis abuelos eran jóvenes, el viejo era una persona bajita pero corpulenta, de cabello negro y ojos color marrón una persona sonriente, pero lo que más me sorprendió es ver a la abuela de joven, como demonios hizo el viejo para estar con ella. Según dichos de mi abuela ella era la que lo molestaba y quería estar con él, una hermosa chica de cabello rubio, unos magníficos y radiantes ojos violetas, una contextura física formidable como la de las chicas que salen en las propagandas en la city, no lograba comprender realmente cómo hizo el viejo para estar con ella. Luego de ver las fotos, cerré el álbum y me dirigí hacia la cocina cuando alguien golpeó la puerta de entrada con fervor.

La verdad detras de sus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora