Estoy hecha de vidrio, de un cristal rajado al cual nadie quiere tocar por miedo a cortarse. Cada fragmento de mí se vuelve más filoso, pero yo no quiero ser así. Quisiera que alguien me repare, que se tome el tiempo de lijar cada pedacito de mí y vuelva a reconstruirme. Es que me tiraron tantas veces al suelo que quedé llena de marcas. Creo que nadie vio la etiqueta de "frágil", aunque esta se veía en grande. Aun así, fui golpeada una y otra vez contra la pared, como si fuera culpable de sus errores, de sus broncas y dolores. Yo solo era algo que se debía cuidar y terminé partida en mil pedazos. Ahora nadie me mira porque me alejé de todo. Terminé allí atrás en la vitrina, oculta de todo aquello que me hizo mal, intentando escapar de aquellos maleantes que servían su bebida fría en un recipiente lleno de calidad, el cual ahora se encuentra completamente vacío y lleno de grietas, esperando alguien que lo pueda reparar.
Me desperté exaltada por una de mis tantas pesadillas durante la noche, Elí se encontraba acostado a mi lado mire el reloj y marcaba las siete, ya estaría por abrir el mercado asi que suavemente susurre en el oído de elidha que despertara, que si no se nos haría tarde, que no sabia lo que encontraríamos allí una vez abiertas aquellas puertas. Nos levantamos, desayunamos algo rápido y nos aseamos, los abuelos no se encontraban en la casa, habían salido nuevamente lo cual por algún motivo me preocupaba, pero no prestaba la suficiente atención.
—es hora de ir hacia el mercado. —dijo Eli entusiasmado por la aventura, se notaba que al igual que yo él quería saber qué era lo que se ocultaba tras aquélla gran puerta.
—claro, apurémonos. —respondí.
nos dirigimos hacia el mercado y luego de buscar un rato logramos conseguirlo, teníamos el veneno del escorpión en nuestras manos, el vendedor no quiso venderlo al ser dos adolescentes sospechosos, así que tuvimos que darle un poco mas de dinero para que así logre soltarlo, me parecía realmente caro aunque para Elí fue todo lo contrario, una vez con todo miramos que no nos falte nada y nos dirigimos hacia el restaurante, estaba realmente ansiosa por descubrir que era lo que hallaríamos así que rápidamente colocamos el veneno sobre el recipiente y logramos escuchar como un clic o que algo se abría a nosotros.
Me desperté exaltada por una de mis tantas pesadillas durante la noche. Eli se encontraba acostado a mi lado. Miré el reloj y marcaba las siete. Ya estaba por abrir el mercado, así que suavemente susurré en el oído de Eli que despertara, que si no se nos haría tarde, que no sabía lo que encontraríamos allí una vez abiertas aquellas puertas.Nos levantamos, desayunamos algo rápido y nos aseamos. Los abuelos no se encontraban en la casa, habían salido nuevamente, lo cual por algún motivo me preocupaba, pero no prestaba la suficiente atención.
—Es hora de ir hacia el mercado. —dijo Eli, entusiasmado por la aventura. Se notaba que al igual que yo, él quería saber qué era lo que se ocultaba tras aquella gran puerta.
—Claro, apurémonos. —respondí.
Nos dirigimos hacia el mercado y luego de buscar un rato logramos conseguirlo. Teníamos el veneno del escorpión en nuestras manos. El vendedor no quiso venderlo al ser dos adolescentes sospechosos, así que tuvimos que darle un poco más de dinero para que así logre soltarlo. Me parecía realmente caro, aunque para Eli fue todo lo contrario. Una vez con todo, verificamos que no nos faltara nada y nos dirigimos hacia el restaurante. Estaba realmente ansiosa por descubrir qué era lo que hallaríamos, así que rápidamente colocamos el veneno sobre el recipiente y logramos escuchar un clic, como si algo se abriera ante nosotros.
—Intentemos mover la puerta. —le dije completamente emocionada.Al intentar hacerlo, ésta estaba completamente ligera, no debíamos aplicar nada de fuerza, era como si la sopláramos y se movería igual. Al lograr ingresar por ella, pudimos ver un enorme pasillo con dibujos en cada una de sus paredes. Eran bastante extraños, tanto así que ninguno de los dos lograba comprenderlos. Solo podía leer alguno de los tantos escritos que acompañaban a estos, que hablaban de dioses e historias de ciudades antiguas. Me parecía realmente interesante. Hablaban sobre un lugar llamado Grecia y un Olimpo donde regían distintos dioses. Así que tomé el cuaderno y comencé a anotar las cosas que me parecían más importantes e interesantes sobre aquella pared. Luego seguimos el camino para llegar a una habitación repleta de libros. Con Elidha nos quedamos mirando sorprendidos. Era una cantidad enorme de ellos. Elidha tomó uno que le pareció interesante. Hablaba de cómo había empezado todo, en donde el mundo se regía en diferentes sectores y había varios de ellos que se embriagaban de poder, queriendo robar tierras y recursos de otros. Entonces, los grandes y poderosos entraron en conflicto entre ellos, armando una guerra con daños irreparables, en donde muchas personas murieron a causa de ella. Muchos lugares quedaron inutilizados por la radiación esparcida en el aire y se crearon estas enormes cúpulas para que los sobrevivientes lograran mantenerse vivos, esperando un día poder volver a utilizar al cien por ciento los recursos que el planeta tenía. Los libros guardaban una cantidad enorme de información sobre la vida antigua, cómo estaba conformada y los lugares que eran parte de ella, la hermosa naturaleza, distintos tipos de animales, los cuales gran parte fueron extintos por culpa de estos hechos deshumanos. Realmente había mucha información, así que le lancé un bolígrafo a Elidha para que pudiera ayudarme a recopilar la información más importante. También nos quedamos durante horas escribiendo y copiando los artículos de aquellos libros.
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La verdad detras de sus ojos
Подростковая литератураEspero que les guste y disfruten de esta historia, la cual escribí para tres personas importantes en mi vida. Mi primer amor, quien me hizo comprender que más allá de la distancia, se podía amar de la manera más hermosa posible. A ella, van dedicada...