La lluvia caía sobre la acera seca, al mismo tiempo que ocultaba las lágrimas de cada uno de nosotros al saber que está sería la última vez que veríamos al tío Darlo.
Todo se mantenía en silencio mientras el ruido de las gotas golpeando sobre el féretro cada vez se hacía más fuerte y la voz del padre comenzaba a dictar sus oraciones.
— Esta Santa Misa la celebramos por el alma del difunto Darlo Woods, miembro de la capilla ciudadana de Gurak, a quien, de todo corazón, expreso mi compasión humana y cristiana, como también a todos los miembros de su familia. Ante la muerte humana, la propia y la de nuestros seres queridos, cada uno de nosotros se queda con el corazón conmovido, la mente obnubilada y la mirada triste. Dios tiene derecho de llamar a quien desee de este mundo, a la casa eterna, cuando quiera, del lugar y de la forma que él quiera. No se consulta con nadie sobre nuestra muerte, ni exonera a nadie de la muerte, solo sucede. Ante el llamado de Dios, callan todas las objeciones y las fábulas humanas. Queda solamente la respuesta de quien ha sido llamado ante él y el vacío que deja en familiares y allegados.Una vez terminadas las oraciones, el padre se acercó a la abuela e intentó consolarla en un mar de caudales de lágrimas que brotaban de sus gastados y apagados ojos, el abuelo cabizbajo dictó unas palabras ante el cajón de su hijo más pequeño.
— Uno siempre piensa que sus hijos son los encargados de enterrarlos, nunca cree que va a llegar el momento de ser el que tiene que situarse en el lugar de ser el apoderado de preparar el entierro de uno, solo quedan en el aire muchas preguntas que no tienen respuesta, que solo podrán ser respondidas ante los ojos de Dios.
>>Aún recuerdo cuando Darlo era un niño, siempre era
Inquieto, corriendo de un lado para el otro, tratando de imitar a su hermano mayor, siempre intentando hacer reír a los demás y estando a disposición de ellos, hoy el cielo recibe un ángel y la tierra despide una increíble persona. Pero la vida se escapa, se va minuto a minuto, la vida no es algo que tenga un valor comercial, algo que se pueda volver a comprar, la vida se marcha, se aleja, se gasta, se pierde si no la disfrutas, te das cuenta tarde que perdiste tu tiempo, lo más valioso de la ella en cosas materiales; yo solo pensaba tengo que trabajar para poder darle una mejor vida a mis familiares, sin darme cuenta que lo que perdía era el tiempo de vida, los momentos que no viví, que me perdí solo por intentar tener dinero para comprar cosas materiales, creyendo que era lo mejor para nosotros sin darme cuenta que todo el tiempo que invertí en conseguir ese dinero, era tiempo de vida, momentos y cosas que no disfrute, nadie me devuelve esos momentos perdidos, situaciones que podría haber disfrutado junto a él, dicen que la memoria tiende a recordar más el dolor que la felicidad, quizá no nos damos cuenta que dejamos pasar los momentos felices en busca de una satisfacción material.
El viejo no pudo terminar sus palabras, solo cerró los ojos y reposo su cuerpo débil sobre el féretro que contenía el cuerpo de su hijo, nadie podía creerlo, yo era muy joven para entender que no iba a volver a ver al tío, para discernir lo que estaba sucediendo, tenía mil preguntas, las cuales no podía soltar por el hecho del momento en el que estábamos, sería falta de respeto, lo que sí sabía era que no era el momento de preguntas. Guardarlas para mí era lo mejor, solo veía rostros tristes y dolidos en busca de respuestas al igual que yo. Sentí un dolor inmenso al ver el cajón siendo bajado por unas sogas, el lugar estaba muy oscuro para el tío Darlo, necesitaría luz. Miles de cosas rondaban por mi cabeza, interrogantes las cuales pensaba pero no pronunciaba palabra alguna, ante el hecho de generar más problemas de los que sabía que habían, no era el momento para hacerlo, comprendía eso pero quería alguna respuesta. Mientras la tierra llenaba el hueco en dónde fue depositado el cajón sentí una mano sobre mi hombro
— ¿Estás bien?—.
En esos ojos siempre me tranquilizaba, el olor de su pelo carmesí, caí roto ante ella, sentía que si era ella estaría bien demostrarme derrotado ante el llanto, sentía que en ese mar de lágrimas en el cual me estaba ahogando al no soltarlo, se drenaba lentamente ante el entrelazamiento de nuestros cuerpos en un cálido abrazo.
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La verdad detras de sus ojos
Ficção AdolescenteEspero que les guste y disfruten de esta historia, la cual escribí para tres personas importantes en mi vida. Mi primer amor, quien me hizo comprender que más allá de la distancia, se podía amar de la manera más hermosa posible. A ella, van dedicada...