Capítulo 15. Aneurisma mental de sueños rotos.

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20 de enero del 2140 a 10 de septiembre del 2140.

El universo es un vasto escenario de historias hermosas de desamores platónicos y leyendas melancólicas, como la del sol enamorado de la luna, quien envió cientos de besos en su búsqueda por conquistarla, solo para ser rechazado por aquella brillante y fría esfera, convirtiendo sus besos en las estrellas que la rodean. En el universo, existen fenómenos impresionantes como las auroras boreales, que iluminan los cielos nocturnos con su belleza hipnotizante, y las tormentas solares que pueden tener un impacto significativo en la tecnología y las comunicaciones de la Tierra. Además, hay planetas extraños y fascinantes, algunos de los cuales orbitan estrellas muertas o están tan cerca de su estrella que su superficie está cubierta de lava derretida. Este frío, oscuro y misterioso lugar está lleno de miles de historias que quizás nunca lleguemos a conocer.

Pero también hay fenómenos como los agujeros negros, que son uno de los más fascinantes y aterradores a la vez. Estos objetos son tan masivos y densos que nada puede escapar de su gravedad, ni siquiera la luz, lo que los convierte en una especie de "tragones" del espacio. A pesar de la naturaleza desconocida y enigmática del universo, la ciencia ha logrado descubrir y comprender muchas de sus maravillas, como los planetas similares a la Tierra en otros sistemas estelares, los quásares y los púlsares.

Es por todo esto que me gustaría que comprendieras el valor que le doy a llamarte "mi universo", mi amada. Es como si tú fueras todo este vasto y asombroso lugar, con todas sus historias y misterios, residiendo en ti.

Desperté con el agudo sonido de un golpe sobre mi puerta y la una voz femenina que vociferaba mi nombre, era mi madre que me traía un uniforme que comenzaría a usar desde el día de hoy.

—Te dejaré esto por aquí, vístete y baja a desayunar, hoy comenzarás tus clases, espero que no hagas nada que me decepcione—, las palabras de mi madre cargaban un gran peso sobre mis hombros.

—Claro, daré lo mejor de mí, no te decepcionaré—. Miré fijo a los ojos a mi madre y comencé a repetir esas palabras dentro de mi cabeza.

—Ve a ducharte y baja al comedor, Andrea está preparando el desayuno—, mi madre me dejó el vestido colgado sobre el vestidor de mi habitación y se dirigió hacia fuera de ella.

Luego me dirigí hacia el baño para comenzar a ducharme, se sentía realmente increíble y no quería salir de debajo de ese agua calentita que golpeaba mi cuerpo en forma de una lluvia constante, cuando de repente siento que alguien toca suavemente la puerta y desde detrás de ella escucho la voz de Andrea.

—Señorita, debería comenzar a vestirse porque si no se le hará tarde y no podrá desayunar —su voz era realmente suave y tranquila, no quería salir de debajo del agua pero Andrea tenia razón, debía apurarme a cambiarme y desayunar con mi madre y aquel inquietante hombre que se había convertido en "mi padre".

—Muchas gracias Andrea, me cambio y ya bajo—. Abrí la puerta suavemente con una toalla que cubría todo mi cuerpo.

—Debería secarse el pelo antes de cambiarse para no enfermarse señorita —me había secado el pelo, no entendía a qué se refería.

—Lo he hecho, me he refregado bien con la toalla, no te preocupes, muchas gracias—. Andrea me devolvió una pequeña sonrisa.

—Si me permite le mostrare como hacerlo señorita —tomó un raro aparato del cuarto del baño el cual lo enchufo y comenzó a tirar aire caliente que se sentía realmente bien sobre mi cabeza.

—Se siente realmente bien, esa cosa es realmente increíble—, le dije a Andrea mientras el comenzaba a sacudir mis rojizos cabellos y usaba aquella cosa del cuarto de baño.

La verdad detras de sus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora