Capítulo 15

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- Me deprimí, iba todos los días a donde estaban sus cenizas tan solo para llorar, para hablarle y suplicarle que regresara, le imploraba con mi vida entera que no me abandonara así porque él me daba fuerza y me había enseñado a creer en el amor, le suplique tantas veces, durante dos meses enteros día y noche estuve ahí -.

El coraje, la amargura, el dolor habían vuelto.

- ¿Recuerdas que dije que habíamos visto una casa para comprar luego de la boda? - Christopher asintió - Esa casa estaba en otra ciudad, le daríamos la noticia a nuestras familias después, cuando los papeles de nuestras universidades estuvieran listos -.

Él escuchaba atento.

- Visitaba los sitios que nos encantaba recorrer juntos, y esa casa había sido un encanto para nosotros así que decidí ir por última vez, mi intención era tal vez llorar un poco más su partida, mis padres me habían advertido que tantos meses llorandole y destruyendo mi vida con pastillas para poder dormir no resolverían nada, estaban buscando ayuda psicológica así que tal vez esa iba a ser la última vez que yo vería esa casa -.

El trago más amargo estaba por venir.

- Cuando llegué a la ciudad caminé lentamente hacia la casa, que ahora se veía distinta, como si estuviera habitada, mi curiosidad creció y me seguí acercando, pero antes de poder llegar por completo a la entrada, una familia salió de ahí, una mujer, un hombre y dos pequeños como de cinco años -.

Christopher me miró intrigado.

- Mis ojos no me mentían, ellos no me engañaban, sabían lo que habían visto y mi cerebro les hizo caso pues mandó la señal a mi cuerpo y me acerque a la familia, y estando frente a ellos confirme que estaba en lo cierto, Alexander estaba viviendo en esa casa, de Alexander era aquella familia - Dije finalmente.

La cara de sorpresa que Christopher tenía en el rostro era la misma que yo había puesto.

- ¿Pero cómo? - Cuestionó.

Flahsback

- Alexander - Dije con lágrimas en los ojos.
- ___ - Susurró con miedo tras verme parada frente a él.
- ¿Estás - Me quede callada algunos segundos - Estás vivo de verdad? - Lo miré incrédula.
- Yo, bueno - Intento decir.
- Vete de aquí loca, él es Adrián, no Alexander - Mencionó la chica que iba junto a él con nerviosismo.

Sin embargo no le preste atención, él me llamó ___, ningún Adrián se había cruzado jamás por mi vida, pero para confirmarlo miré su mano derecha, y ahí estaba ese lunar tan característico de él.

- ¿Por qué? ¿Por qué mentirme así? Le he llorado día y noche a una urna vacía, le he suplicado a una urna vacía volverte a ver, al menos poder despedirme de ti, he llorado cada segundo de mi vida - Le reproche dejando salir todo el llanto que aún tenía dentro.
- ___, perdóname, no sabía cómo decirte que tenía dos hijos, no sabía cómo decirte que mi decisión final había sido reconstruir mi vida con la madre de mis hijos, no sabía cómo romper nuestro compromiso - Dijo acercándose a mí con la intención de tocarme, sin embargo yo me alejé.
- Eres un maldito, un jodido hijo de puta, ¿Perdóname? ¿Cómo perdonas meses y meses de lamentos? ¿Cómo perdonas esos tormentos por no haber tenido una última despedida con la persona que amas? ¿Cómo perdonas lágrimas hasta quedarse dormido? - Le reclame.

Por primera vez en mi vida me sentía realmente desecha, completamente destruida.
Saqué el anillo de mi dedo, que prometí delante de una urna vacía no quitarme jamás, y se lo lance en la cara.

- Vete al diablo Alexander, jodiste mi vida de la peor manera, me diste el golpe más bajo fingiendo tu muerte, haciéndome pasar por el dolor más grande tan solo por no poder decirme que ya tenías una familia, una mujer tan desgraciada como tú que decidió vivir con tu mentira, no sabes cuánto te odio, te odio más que a nada en este mundo y te juro que jugar con la muerte jamás tendrá perdón, me destruiste por completo -.

Fin flahsback

- Había cambiado su identidad, desapareció Alexander para convertirse en Adrián, mientras él era feliz yo vivía un infierno por creerlo muerto, y te juro que habría dolido menos que me confesara la verdad que haber pasado por tanto dolor - Dije.

Esa era la única razón y mi más grande verdad, desde entonces creer en el amor me era tan difícil, mi corazón había quedado destrozado en cientos de pedacitos, pedacitos que quedaron resguardados dentro de una cajita de cristal.

- Nadie sabe de ésto porque la vida cobró muy caro a Alexander lo que hizo con personas inocentes, sus padres murieron en un accidente luego de saber lo que hizo, volvían de un viaje y al igual que yo, habían quedado desechos por haber creído que perdieron a su hijo, se llevaron aquello a la tumba, Alexander y su familia desaparecieron, no sé nada de él desde aquella vez, y por supuesto que jamás se atrevieron a contar algo, nadie, a excepción de mis padres conoce la verdad, mis amigos, las personas que estaban invitadas a la fiesta, nadie sabe que ese tipo está o estaba vivo, desconozco que sea de él, me atendieron psicológicamente y de algún modo sane, pero el miedo que tengo de enamorarme no se va, son marcas que te quedan de por vida tal vez, eres la primer persona y la única que puede saber ésto, por eso Clara sabe que mi historial personal y académico están limpios, este es un secreto que te he confiado solo a ti a Christopher, y la razón del porque te lo dije es porque este rollo de ser la novia falsa de un famoso se ha hecho público, y porque ante los ojos de mis padres eres el primer novio que tengo después de aquello que pasó, saben que tengo, o hasta que llegaste tú tenía miedo, y claro que lo sigo teniendo porque lo nuestro no es real, y aunque no te hablarán directamente de ésto, te tendrán bajo la mira por haber hecho que mi corazón volviera a nacer contigo - Le confesé al fin.

|Dos extraños| Christopher Vélez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora