|Dos extraños| Christopher Vélez

Capítulo 67

- Mira, te traje todo lo que me pediste, el helado de vainilla que querías, las galletas, las zanahorias, el pepino, la lechuga y el jitomate - Mencionó mientras dejaba todo sobre la mesa.
- Chris, eres un sol, en serio - Dije mientras tomaba el helado y comenzaba a comer.
- También aproveche y pase a comprar algo que me llamó mucho la atención -.
- ¿Y qué es? - Pregunté curiosa.
- Espero que también te gusten -.

Tomó la bolsa que aún no había vaciado y comenzó a sacar varios conjuntos pequeños de varios colores, dos de cada trajecito.
El antojo del helado se me había pasado de inmediato cuando ví lo que tenía en las manos.

- Ay Chris, que cositas tan pequeñas y bonitas, son tan lindas, gracias, por ésto, por la comida, eres increíble de verdad - Dije abrazándolo después de besar su mejilla.
- Creo que ya es hora de que vayamos a comprar lo necesario para nuestros bebés, las cunas, la ropita, sus biberones, todo lo que un bebé utiliza - Mencionó mirándome a los ojos mientras sostenía con una mano mi mentón.
- Que emoción, me encantaría, solo tenemos lo que Olga compra compulsivamente, nadie sabe aún que son dos y varoncitos - Comenté.

Mi mejor amiga ha pasado sus días comprando mil cosas para los bebés, siempre llega muy emocionada mostrándome todo lo que trae con ella, es tan lindo ver esa felicidad que en verdad comparte conmigo.

- Pues podemos preparar algo bonito para revelarles el sexo de nuestros bebés y también que son dos, ¿Qué te parece? - Propuso.
- ¿En serio podemos hacer eso? - Pregunté emocionada.
- Por supuesto que sí bonita, nuestros hijos tienen que sentir todo ese cariño con el que vamos a recibirlos -.

Se escuchaba tan bonito cuando decía nuestros hijos, como si él y yo fuéramos a formar una familia condenadamente bonita llena de muchísimo amor.

- Estoy disfrutando el proceso, pero la verdad es que me gustaría tenerlos ya en mis brazos - Confesé tocando mi vientre.
- Muy pronto bonita, esos angelitos llegarán pronto para hacernos felices - Aseguró.
- ¿Crees qué podré ser una buena mamá? - Pregunté inquieta.

Desde hace tiempo ese pensamiento no me abandona, ¿Qué tal si al final no puedo ser esa mamá que quiero ser para que mis bebés sean felices y jamás les falte nada, en todos los sentidos? Sé que no podré ser perfecta, pero al menos quiero que sepan que lo daría todo por ellos.

- ¿Por qué lo dudas? ¿Qué te hace sentir de ese modo? ___, eres la mujer más amorosa, no imaginas lo feliz y satisfecho que me hace saber que serás tú a quien mis hijos llamarán mamá, porque pase lo que pase estoy completamente seguro de que vas a amarlos y cuidarlos como a nadie, los vas a proteger de cualquier cosa y persona que intente hacerles daño, y yo estaré ahí también, cuidando de los tres, porque sin importar las circunstancias, sabes perfectamente que son mi prioridad - Comentó.

¿De qué manera puedo pedirle que deje de decir cosas tan lindas como esa? No sé si culpar a las hormonas, pero siento una revolución inmensa dentro de mí, Christopher me hace sentir la necesidad de estar cerca suyo, de que únicamente me sienta mejor cuando es él quien logra hacerme bien, últimamente su olor me encanta tanto, quiero estar abrazandolo y estar pegadita a él, claro que es algo que todavía no sabe, así como tampoco el hecho de que a veces sueño que estamos juntos con esos dos angeles que vienen en camino, pero ¿Cómo decírselo? Sigo siendo tan cobarde.

- ¿Por qué me miras así? - Preguntó con una sonrisa en el rostro llamando mi atención.

Ni siquiera noté que lo estaba viendo fijamente y seguramente con cara de tonta.

- ¿Así cómo? - Respondí haciéndome loca.
- Así como me estabas viendo, con esos ojitos llenos de luz - Dijo con tanta ternura en su voz.

Dios, ¿Por qué me pones estás tentaciones en frente?

- ¿Quieres que te diga la verdad o que te mienta? - Cuestione.
- Mm, no lo sé, tengo dudas - Comentó.
- ¿Por qué? - Inquirí.
- Porque si me mientes tal vez me digas algo que quiero escuchar, si me dices la verdad quizá dirás algo que no quiero oír, o viceversa, pero me gustaría saber la verdad, entonces no sé que elegir - Confesó.
- ¿Y qué es lo que quieres escuchar? - Pregunté nerviosa sin dejárselo saber.
- Si te digo vas a tomarme por un loco, y quizá termine perdiendo lo que hasta ahora he ganado contigo - Dijo dejándome ver un poco afligido su rostro.
- ¿De qué hablas Chris? Lo que más deseo es hablar con la verdad, escuchar lo que tienes por decir - Admití.
- Y yo me muero por poder decírtelo todo, absolutamente todo, ser honesto, liberar ésto que llevo dentro desde hace mucho tiempo - Expreso.

¿Hace tiempo? ¿Qué?

- Pero también estoy consciente de que tengo que cuidarte y no hacerte pasar por malos momentos, lo que menos quiero es que te sientas presionada por mi culpa, te juro que no quiero perderte ___, no soportaría estar lejos de ti - Mencionó mientras acariciaba mi mejilla - Voy a decirte lo que quiero escuchar en algún momento, claro que lo haré, pero necesito que tú estés lista, que quieras de verdad saber lo que tengo para decir -.
- ¿Qué te hace creer que ahora no puedo hacerlo? - Cuestione.

Chris soltó un suspiro.

- Son tantas cosas bonita, temo en verdad que al final termines alejandote, quiero estar cerca de ti, pendiente de lo que te pasa y del proceso tan bello que lleva el crecimiento de tu vientre, sabes perfecto que te quiero con cada parte de mi corazón, no quiero que las cosas entre nosotros cambien para mal -.

¿Ésto debería darme un poco de esperanza o todo lo contrario? Christopher me tiene pensando en tantas cosas, y ahora con ésto me siento perdida, sin saber exactamente a qué debo estar pendiente o preparada, solo sé que no quiero guardar silencio siempre, basta de eso, de tener que callarme y ver cómo los demás son felices mientras yo silencio todo.