Capítulo 44

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Sus ojos y los míos se perdieron de nuevo entre ellos, y sin poder evitarlo sus labios me besaron nuevamente.

- ¿Sigues adentro ___? -.

La voz de Olga nos hizo separarnos y mirarnos asustados.

- Sí, ya voy, espera - Dije para que no se acercara más.
- ¿Estás segura? - Preguntó Zabdiel.
- Mi relación con Christopher aún tiene un largo curso, y aunque se termine será algo que siempre va a marcarme, no quiero más problemas, al menos no para ti también - Confesé.
- Lamento tanto que sea mi amigo a quién tengo que ver con la mujer que no sale de mi corazón - Admitió.
- Y yo lamento tanto que sea mi amiga con quién debo verte para sacarte del mío -.

Dejé un último beso en los labios de Zabdiel y con cuidado salí del baño para dejarlo a él adentro y que Olga no lo vea.

- ¿Te sentiste mal? - Preguntó una vez que me estaba lavando las manos.
- El estómago me dice que debo dejar de beber, pero mi mente me dice que disfrute, ¿A quién crees que le haré caso? - Mencioné divertida.
- A tu mente amiga, así que andando que la noche es larga -.

Claro que lo sería, pero no solo la noche, los benditos días que me esperan para hacerme caer en la realidad y recordarme que mi encuentro con Zabdiel solo sirvió para dos cosas, probar esos labios que me estaban volviendo loca, y confirmar que nada puede suceder entre nosotros.

- ¿No se encontraron con Zabdiel? - Preguntó Chris en cuanto volvimos a la mesa.

Antes de responder lo tomé por el cuello y lo acerqué a mí para poder besarlo, besarlo profundamente.

- Ay Dios mío - Escuché a Olga exclamar cuando se dio cuenta.

Claro que tomé por sorpresa a Chris, pero él no se negó.

- ¿Estás bien? - Preguntó mirándome a los ojos sin soltarme de la cintura una vez que nos alejamos.
- Estoy bien - Dije con una pequeña sonrisa para después volver a unir mis labios con los suyos.

Malditos impulsos los míos, sin embargo tengo claro que refugiarme de esta manera con Chris es porque me hace sentir segura, y aunque no puedo contarle lo que pasó, al menos sé que basta de estar cerca suyo para que no me ganen las lágrimas aquí y ahora.

- Ven aquí bonita -.

Sus brazos me rodearon y me envolvieron en su pecho, bendita la calma que puede darme, justo lo que necesito en estos momentos donde me gustaría estar en la cama llorando.

- ¿Quieres que nos vayamos? - Preguntó.
- Descuida, le prometí una noche fabulosa a Olga, estoy bien - Aseguré.
- Entonces sonríe, mírame y sonríe, así es como quiero verte -.

Yo levanté la mirada y no pude evitar esbozar una sonrisa, besé cortamente sus labios y asentí, tengo que mostrar que todo está bien.
Zabdiel llegó pero evité mirarlo a los ojos, tengo que aprender a vivir con el hecho de que voy a tener que ocultarle lo que pasó a Olga, de ninguna manera puede saber que me besé con Zab estando ella en el mismo lugar que nosotros, y peor aún, ilusionada con él.

- Lamento tanto lo que ha pasado - Me atreví a decirle.
- ¿A qué te refieres? - Preguntó confundida.
- A qué no he podido estar contigo como me gustaría, han pasado meses sin vernos - Dije.

Y también por querer a Zabdiel, por no querer verte imaginando lo feliz que estás con él.

- Tranquila amiga, no te preocupes, entiendo perfecto, ahora estás aquí conmigo y eso es lo que importa, no sabes cómo lo estoy disfrutando, te extrañe mucho mucho -.
- Yo también a ti pulga, demasiado, como no imaginas -.

Algún día espero yo misma poder perdonarme por tanta hipocresía, en lo que tanto odio me estaba convirtiendo y eso me pesa demasiado.

(...)

Chris y yo nos despedimos de todos, claro que Zabdiel y yo actuando como si absolutamente nada hubiera pasado.
Subimos a su auto y él de inmediato comenzó a dirigirse hacia nuestros departamentos.

- ¿Te la pasaste bien? - Preguntó de repente.
- Sí, mucho, debo admitir que agradezco que hayas insistido en sacarme de mi nido - Comenté divertida.

Al menos ahora tengo claro que no soy la única que guardaba sentimientos, ahora sé que estamos ya en el mismo rumbo y estamos dispuestos a olvidar lo que sentimos para no afectar nada ni a nadie, no debería, pero creo que me siento relativamente mejor con una ilusión muerta que albergandola creyendo que tal vez existía la posibilidad de que algo iba a darse, cuando la realidad acaba de golpearme en ese baño.

- No me gusta saber que estás así de afligida, no hay razón, eres muy talentosa, ya lo has demostrado, solo necesitabas un incentivo -.
- Tú siempre piensas en todo Chris, creo que te debo una vida ya -.
- En realidad yo te debo como dos vidas, pero yo puedo conformarme con el pago que tus labios pueden darme, un beso -.
- ¿Estás seguro que solo un beso? - Pregunté mirando su perfil ya que va manejando.
- Bueno, pueden ser todos lo que tú quieras -.
- Eso se escucha mucho mejor - Dije con una sonrisa que él me devolvió - Por cierto, tengo que decirte algo -.
- ¿Qué pasa? - Inquirió.
- Es que ya lo había olvidado, pero en una semana mis papás vendrán a visitarme, bueno, visitarnos, porque también les gustaría verte -.
- ¿En serio? Que buena noticia, los estaremos esperando entonces, ya decía yo que había pasado mucho tiempo sin ver a mis suegros -.
- Bueno, tu oportunidad de lucirte está de regreso novio mío -.
- Y lo voy a hacer, de ninguna manera voy a permitir que se lleven una mala impresión de mí - Aseguró.
- Chris, ya te ganaste a mis papás, ¿En serio deseas más? -.
- Tú haces una buena dupla con mi mamá, no pienso quedarme atrás, a veces los suegros defienden más al yerno -.
- Estás completamente loco - Dije riendo - Pero está bien, no me molestaría verte siendo defendido por tus suegros -.
- Y no dudes que voy a contarles el poco amor que me demuestras, mi momento ya llegó - Aseguró advirtiéndome con el dedo.
- No te preocupes, cuando lleguemos te daré todo el amor que te hace falta de mi parte, y más - Afirmé.
- Mm, ya nos vamos entendiendo -.

|Dos extraños| Christopher Vélez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora