Los disparos comenzaron a su alrededor ¿Qué demonios estaba haciendo? ¿Por qué no podía pensar con claridad? Era ella, después de todo ese tiempo, era ella la chica que veía en sueños, era Azul.
Sander quería hablar, pero los cazadores comenzaron a disparar, él se movía, rompiendo la formación para estar más cerca de Azul, solo que había tanto ruido y muchas personas...
El equipo comenzó a responder, muchos de los cazadores resultaban heridos, otros caían siendo fulminados por un ataque mental, con la sangre escurriendo por los orificios de sus caras, y algunos flotaban como si no pesaran nada.
— ¡La torre!― escuchó gritar a Dylan.
Sander sacudió la cabeza.
Estaban ahí por otra razón. Tenían que derribar esa torre, desactivar todos los sistemas. Respiró profundo y cerró los ojos por unos segundos. En las palmas de sus manos comenzó a brotar la energía que había reunido en el cielo y con ella disparaba a los cazadores, estos ya se estaban moviendo por todo el lugar, tratando de hacer que su equipo retrocediera, él sabía que no lo harían, que preferían estar muertos antes que fallar en su misión. Siguió disparando, y miró hacía Azul, cada vez estaba más cerca de ella. No parecía querer moverse, ella se quedó atrás de esos sujetos raros, como si temiera por algo.
El tres extendió la mano hacia ella y Azul avanzó dos pasos, cuando Sander sintió un fuerte golpe, ni siquiera lo vio venir, demasiado distraído con ella.
Era uno de los sujetos que la acompañaba, de facciones afiladas y rostro sin expresión. Algunas partes de su cuerpo eran robóticas. Y llevaba un atuendo similar al de los cazadores.
Sander se estabilizó y lanzó energía hacía él para hacerlo retroceder, el sujeto evadía sus ataques con suma facilidad. Únicamente conocía a una persona capaz de hacer eso, fue cuando invadieron los túneles y estaba esa mujer que regresó todos y cada uno de sus ataques.
Sabía que no era una batalla que pudiera ganar con su habilidad, así que haciendo acopio de todas sus fuerzas comenzó a usar la velocidad. Era extraño, ya que parecía que la energía que absorbió lo hacía ir más lento, como si tuviera una especie de sobre carga. Miró hacia atrás después de recibir otro golpe fuerte en la cara. Su equipo se atrincheraba contra la torre, cadáveres de cazadores por doquier, dos de los suyos ya estaban caídos. Vio como salía sangre de la nariz del mentalista y como Dylan ya tenía marcadas las venas en su frente. No durarían mucho sin los evolucionados.
— ¡Saca a Marco de la torre!― gritó Sander.
Dylan le regaló una mirada de enfado, sin embargo, algo en su determinación lo hizo dar la orden. Sander observó cómo Marco salía del lugar, apuntando su arma a los cazadores que quedaban. El otro de los sujetos no se había movido del lado de Azul, eso hizo preguntarse al tres, si en el momento en el que este decidiera intervenir, todo estaría perdido.
Sintió otro fuerte golpe. Estaba permitiendo que le dieran una paliza, los golpes de Lanhart eran más dolorosos que los del tipo mitad robot que ahora lo pateaba. Gritó a su equipo que se alejara del edificio y giró sobre sí mismo para atrapar la pierna de su contrincante, haciéndolo trastabillar, soltó una carga de energía fuerte que hizo al chico caer al suelo en medio de convulsiones mientras Sander se levantaba, y limpiaba un rastro de sangre de su cara.
Miró al cielo, podía ver la lluvia resbalar por los detectores, y arriba de ellos, el cielo brillaba con los relámpagos, con la misma tormenta de la que hasta hace poco habían escapado. Bajó la mirada y se dio cuenta de que el otro sujeto mantenía a Azul a raya, y ella temía moverse. Percibió algo más que miedo en sus ojos.
Sintió un tirón en la pierna cuando su contrincante se recuperó y golpeó su rodilla. Sander sabía que tenía un hueso roto ahora. Verificó que sus compañeros hicieran lo que pidió, sobre su advertencia, y para su sorpresa, ahora todos se retiraban de la torre. Marco y Dom cubrían a Juliette, quien atendía a uno de los heridos en el suelo. Dylan seguía disparando y haciendo uso de su habilidad para mantener al enemigo lejado. El tres se dio cuenta de que si el otro sujeto no intervenía, entonces serían capaces de ganar esa pelea.
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Mente Maestra la saga
Science FictionNo tengo nombre. No tengo un pasado. No tengo recuerdos. Ellos me buscan. Otros me cazan y otros dicen que quieren protegerme. No sé en quien confiar. ¿En aquel que dice quererme? ¿Aquel que dice haber cruzado el mundo entero por...