Termina de hablar y corre en otra dirección. Se pierde entre el humo y las calles de fuera de la valla.
Yo soy su prioridad. Ellos me quieren a mí.
No me percato de que hay alguien más conmigo hasta que un movimiento me obliga a mirar.
La sombra de antes quita una tapadera del suelo y me indica que lo siga.
Como puedo me levanto, mi pierna arde, y mi brazo duele como... como...
"Como el infierno".
"¿Qué es el infierno?".
"¡No lo sé! Solo es una expresión"
No quiero peguntarle a lo que se refiere con una expresión, ya que siento que se molestara conmigo.
Entro en el agujero del suelo que dejo la figura anterior.
Mis pies solo tocan aire por unos segundos y luego mi tobillo, el de la pierna quemada, se dobla cuando toco el fondo del lugar. Huele horrible. Este sitio apesta, incluso mas que el Campamento.
Tomo una gran bocanada de aire, aprovechando el viento limpio que entra por el agujero, que ahora está en el techo.
Abajo hay agua, estoy segura de que está sucia.
No me doy cuenta de que tengo compañía hasta que alguien coloca la tapadera de nuevo en su lugar, obligando al aire limpio a quedar afuera.
Abro mucho los ojos para poder verlo, pero sigue teniendo esa mascara sobre su rostro.
Creo que la persona resopla algo parecido a una carcajada. Luego se lleva una mano hacia su cabeza, como si fuera a rascarla, pero lo piensa mejor y solo asiente hacia mí.
La persona corre en dirección al oscuro túnel cuando se escuchan más disparos en la superficie.
Comienzo a seguirlo, con cuidado de que el agua sucia no salpique sobre mi quemadura, ya que algo me dice que si eso pasa sería realmente malo.
Cojeo hacia donde la figura desapareció. Es curioso, pero puedo ver una luz al final del túnel.
La voz de mi cabeza ríe ante esta frase.
"Es como si estuviéramos muriendo..." ronronea.
Frunzo el ceño ante esto, sin comprender su comparación.
Lo único que me indica que no estoy sola son los chapoteos que provocan los zapatos contra el agua de la... de la...
"Alcantarilla"
Como sea.
La pierna me escose, y mi brazo me duele demasiado.
¿Qué habrá pasado con las niñas que sí lograron escapar? La pregunta me atormenta incluso más que las heridas. Deseo con todo mí ser que ellas estén bien, que hayan encontrado algún modo de escapar de la Mayor y que ahora se encuentren a salvo.
Los pasos que van por delante de mí se detienen.
¿A dónde fue la figura?
Puedo vislumbrar al frente una silueta, una sombra. Me doy cuenta de que se detuvo poco antes de llegar a la luz.
Hay ocho túneles frente a nosotros. Debemos elegir un camino. La persona de la máscara se había detenido para esperarme. O al menos eso quiero pensar.
La figura se lleva la mano a la cabeza y se quita la máscara. Y lo reconozco, el cabello platinado, los ojos grises como la luna y una sonrisa radiante.
Quiero pedirle que me diga que ocurrió, porque está pasando todo esto, quiero saber quién es él y porque me guio hasta este lugar, y sobre todo, quiero saber quién soy yo. Pero algo dentro de mí me dice que él no tiene la respuesta.
Abro la boca para hablar, pero me detengo cuando recuerdo que no sé cómo hacerlo. Las palabras no pueden formar nada coherente en mis labios, a pesar de que mi cerebro rebosa con ellas.
Solo estoy balbuceando frente a él, parezco una estúpida.
El chico borra su sonrisa.
−Lo lamento− dice.
Siento que colocan algo contra mi nariz, es frio y hediondo, y pronto solo hay oscuridad.
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Mente Maestra la saga
Science FictionNo tengo nombre. No tengo un pasado. No tengo recuerdos. Ellos me buscan. Otros me cazan y otros dicen que quieren protegerme. No sé en quien confiar. ¿En aquel que dice quererme? ¿Aquel que dice haber cruzado el mundo entero por...