— ¡Raphaeeeeeel!
—Diana, cálmate. Necesito hablar con mamá.
—Pero tengo mucho que contarte ¡Adivina donde estamos! Bianca dijo que...
—Honestamente no me interesa. Mira, solo puedo hacer esta llamada antes de irme y realmente, no tienes idea de cuánto, necesito hablar con mamá.
El general Lanhart permitió a todos los que partían a la misión la siguiente semana, hablaran por teléfono con sus familiares. Incluso le ofreció a Raphael la opción de ir a Texas a visitar a su familia, pero él, dada la situación con su padre, solo los llamó por teléfono, tenía más de diez minutos tratando de que su hermana menor, Diana, le pasara el aparato a su madre.
—No está, olvidó el celular aquí—dijo Diana al fin. Raphael la recordaba bien, solían hacer travesuras de pequeños, ella era solo dos años menor que él. Y donde él siempre sobresalía en inteligencia, Diana lo hacía en carácter. Siempre lo defendía de las burlas en las escuelas a las que asistían juntos—. Aunque puedo pasarte a papá.
Raphael suspiró.
—Mejor háblame de Bianca ¿Qué pasa con ella?― preguntó con resignación.
La verdad era que Bianca, su hermana mayor, lo tenía sin cuidado, ya que estaba casada y con su propia familia, hablaría de cualquier cosa con tal de no charlar y terminar peleando con su padre.
—La semana pasada nos dieron una noticia ¡Espero que estés sentado! Invitaron a mamá y papá a su viaje anual, también dijo que necesitaban una niñera. Así que... ¡Estamos en Brasil! ¿Puedes creerlo? Ellos estarán en los eventos y yo cuidaré de los niños ¿Te parece justo? ¿Estás enojado porque no te invitaron?
Uno de los más grandes eventos deportivos, tenía lugar en Brasil, personas de todo el mundo acudían para ver a sus equipos favoritos participar y darles el apoyo, además de derrochar su dinero en el turismo de dicho país.
Raphael sonrió a pesar de sí mismo, no le gustaban mucho los deportes y mucho menos los eventos de dicha magnitud, pero podía imaginarse a Diana haciendo pucheros.
—Espero que los niños se comporten bien contigo. Diles que si no te ayudan, volveré y les patearé el trasero.
—No te tienen miedo ¿Ya sabes pelear? ¿A cuántos has matado? ¿Comes bien? ¿Has salvado muchas vidas?
—Más o menos. No he matado a nadie, gracias al cielo. Sí, siempre tengo hambre. No, ni siquiera he salido del complejo.
—Pero...
Él sonrió, algún día invitaría a Diana para pasar un fin de semana con él, después de la misión, claro. A ella le encantaría ese lugar, con el muelle, y el lago, y el mar. Diana no conocía el mar y Raphael quería que ella supiera cuán grande era.
—Tengo amigos.
—Wow—exclamó del otro lado de la línea.
—Sí, lo sé.
— ¿Te golpean? Recuerda que si te golpean no son tus amigos—su tono de voz había cambiado de quejumbrosa a amenazante.
Raphael soltó una carcajada.
—No, y ya no tengo diez años, deja de decirme esas cosas. Son dos chicas, Nefertari y Charlotte. También esta Magnus, es mi mejor amigo ¿sabes que lo hice disfrazarse de mujer para un baile?
Escuchó las risas de su hermana del otro lado del teléfono.
—Debió haber sido divertido. Y alguna de esas chicas ¿es tu novia?
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Mente Maestra la saga
Ciencia FicciónNo tengo nombre. No tengo un pasado. No tengo recuerdos. Ellos me buscan. Otros me cazan y otros dicen que quieren protegerme. No sé en quien confiar. ¿En aquel que dice quererme? ¿Aquel que dice haber cruzado el mundo entero por...