−Ayer los chicos salieron a la ciudad. Significa que hoy comeremos carne− me dice Sander.
Asiento.
Nunca he comido carne, así que no comprendo su emoción, no sé cómo sabe, pero la curiosidad está ahí.
Llegamos a un área muy grande, el techo es como ovalado, como una gran... una gran...
"¿Cúpula?" sugiere.
Sí, eso.
Todo alrededor es roca. Las luces del lugar son las lamparillas que cuelgan del techo, y hay mesas con sillas que están ocupadas por personas.
Me doy cuenta de que Sander y Olivia son los mayores de este sitio, no hay nadie que parezca más grande que ellos.
También me percato de que todos, no importa si son hombres o mujeres, llevan el cabello corto. Me pregunto por qué será.
Sander me guía hacia una mesa donde hay niñas sentadas y deja que tome asiento junto a una de ellas.
−Chicas− exclama, llamando la atención de la mesa completa− Ella es Azul, es nueva aquí, viene del ultimo Campamento ¿La trataran bien?
Algunas ponen los ojos en blanco, otras ríen, algunas se ruborizan al captar la sonrisa de Sander y otras contestan que sí.
Sander se va a buscar comida y me deja ahí.
−Hola− susurra la chica a mi lado− Así que Azul ¿Eh? Bueno, soy Regina.
Le asiento en respuesta.
Una de las chicas que está del otro lado de la mesa no deja de verme ni un momento. Sus ojos me recorren de arriba abajo.
Sander llega con comida y me la da, en el plato hay lo que parece una cosa jugosa y blanda... también una pasta blanca y hojas de lechuga.
−Es puré de papas y carne− me dice Regina.
Asiento de nuevo, quiero decir gracias, pero no puedo.
−Olvide mencionarlo. Azul no habla− dice Sander un poco avergonzado.
−Últimamente olvidas muchas cosas− le dice Regina.
−No he dormido mucho− se defiende y se va.
No puedo soportar más y me como todo lo que hay en el plato. El sabor es delicioso, nunca había probado nada igual, siento que mi estómago reventara en cualquier momento.
Suspiro satisfecha y me dejo caer sobre el respaldo de la silla.
Quiero volver a mi cuarto y dormir, ya que la comida me provoco mucho sueño. Cierro los ojos solo un momento y siento que mi cabeza cae hacia adelante.
Regina se ríe de mí.
Bajo la mirada al plato vacío y me ruborizo.
−Lo siento− me dice− Es que fue gracioso.
Niego con la cabeza. No importa.
Quiero saber qué edad tiene. Si mis cálculos no me engañaban... parecía de la edad de Sam.
Un grupo de chicos entra en el lugar. Todos se ven sucios y quemados por el sol. Uno de ellos es muy alto, moreno y sus ojos son grandes y verdes.
− ¡Liam!− grita Sander desde el otro lado de la habitación.
El chico moreno alza la vista, medio sonríe y atiende a Sander, que se acerca a él casi corriendo y tropezando.
− ¿Todo bien?− pregunta Sander.
Liam niega con la cabeza. El chico de cabello rubio frunce el ceño y le pide al moreno que lo siga. Ambos se pierden en la salida de la gran cúpula, mientras que el resto de los siete se forman para recibir comida.
La chica de mi mesa no deja de mirarme. Me está haciendo sentir incomoda.
Me pongo de pie para ir a mi cuarto y ella hace lo mismo. Me sigue solo unos pasos hasta que me detengo, y luego ella hace lo mismo.
"Enfréntala, cobarde" me dice la voz.
¿Yo? ¿Enfrentarla? ¿Cómo?
La chica pone una mano sobre mi hombro para que me detenga. Lo hago y giro rápido para hacerle frente.
−Yo te conozco− dice en voz muy alta, tanto que algunos prestan atención− Tú estabas en mi Campamento. Ellos te buscan a ti, barrieron toda la ciudad para encontrarte y tú estabas muy cómoda aquí, durmiendo. Los tres días después del escape fueron un infierno. La Mayor te está cazando personalmente y quiero saber por qué.
No sé cómo reaccionar. Todos nos miran ahora. No sé por qué me buscan a mí, no tengo idea de lo que hice antes de perder la memoria, no se la persona que fui ni porque soy tan importante ahora.
Y de pronto reconozco a la chica. Fue la que apagó el fuego de mi cuerpo cuando salte la valla. Ella me había ayudado.
−Tú no eres Azul− espeta− Tu maldito número es 930430, voy a tener grabado ese maldito numero en mi mente hasta que muera.
Siento el cosquilleo subir por mi columna, ya iban más de dos ataques en un solo día.
Hay un ligero dolor en mi estómago y muchas nauseas.
− ¿Qué está pasando aquí?− pregunta Olivia.
Ella se interpone entre la chica que me agrede y yo.
−Nada− responde la muchacha, está muy enojada.
Liv me mira. No hace el intento de tocarme, eso es bueno. Ella sabe lo que pasara.
Y luego me inclino y siento el vómito salir de mi boca.
Todos comienzan a hacer ruidos de asco y a prestar atención a otros lugares. Olivia hace una mueca de asco, pero me retira el cabello de la cara y luego lo ata con algo para que no se salga de su lugar.
−Regina− la llama Liv− Lleva a Azul a su cuarto. Amanda y yo tenemos que hablar.
Termina de decir eso y le dirige una mirada enfadada a Amanda, la chica que me había agredido.
Regina me hace señas de que la siga y yo lo hago. Salimos de la gran cúpula y nos adentramos en uno de los pasillos.
− ¿Sabes?− me dice cuando nadie puede escucharnos− No sé qué le pasa a Amanda, también es nueva, pero ha estado muy enojada con todos.
Me encojo de hombros. En realidad no me importa.
− ¿Qué puedes hacer tu?− me pregunta.
Frunzo el ceño. ¿A qué se refiere?
−Mira, por ejemplo yo puedo manipular objetos como yo quiera, las cosas se mueven sin que las toque. Y Sander puede...
− ¡Reg!− la interrumpe alguien. Me doy cuenta de que es Liam.
− ¡Hola!− dice ella.
Liam me recorre de arriba hacia abajo con su mirada.
−Según Sander la chica nueva no sabe nada. No hables con ella de esas cosas− la reprende.
Regina baja la vista al suelo sin responder.
De nuevo hablan de mí como si no estuviera frente a ellos. Esto me molesta mucho.
Le frunzo el ceño al chico y termino el camino hacia mi pequeño cuarto yo sola.
¿A qué se refiere Regina? ¿Qué pasa con el mundo realmente? ¿Por qué la Mayor me busca?
Necesito respuestas. Necesito más que eso. Quiero toda la información, y a mi parecer, ni Sander ni Olivia me la darían.
Tengo que buscar respuestas por mí misma.
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Mente Maestra la saga
Ciencia FicciónNo tengo nombre. No tengo un pasado. No tengo recuerdos. Ellos me buscan. Otros me cazan y otros dicen que quieren protegerme. No sé en quien confiar. ¿En aquel que dice quererme? ¿Aquel que dice haber cruzado el mundo entero por...