Cap 1: Millaray

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¿Cómo partir esta primera historia? Quizás deba presentarme antes... me llamo Ysrael, tengo 22 años, pero esta historia comienza cuando tenia tan solo 16, cuando me incorporaba recien a mi nuevo liceo en mi 1° año de enseñanza media.

Por alguna razón ser "el nuevo" te hace llevar sobre tí bastantes miradas, prejuicios e impresiones. Es como si por algunos días solo fueras tú y esas miradas curiosas y juiciosas

Además de ir con el propósito de estudiar también iba con ganas de experimentar diversas cosas, especialmente en el amor. Nunca había pololeado, aún no daba mi primer beso y eso aumentaba mi inseguridad y complejos.

Siempre fui "el gordito", el "Mejor amigo" y el mayor piropo recibido era "¡que simpático eres!" No lo desprecio pero... quería algo más.

Ahora las cosas eran diferentes estaba más alto, bastante delgado y la vanidad ahora era mi amiga. Me sentía el chico más atractivo, no podía salir sin peinar mi cabello, rociar perfume por toda mi ropa y se volvía mi ritual de entrada, salida y rutina de todos los días.

Tenia ese deseo de vivir algo lindo, sentir mariposas, andar en las nubes, pensar en alguien por largo rato, sentir eso que llaman "amor" porque todo es perfecto cuando uno está enamorado... o al menos eso me dijeron. (No puedo creer cuan equivocado estaba).

En mi segundo día de clases, mientras estaba sentado en el patio del liceo vi a lo lejos una chica la cual llamó mi atención. Tenía una sonrisa y unos ojos muy lindos que hacían difícil el dejar de observarla con detención y serenidad. Poco a poco a lo lejos esos ojos comenzaron a alinearse con los míos y su sonrisa con la mía. Y por primera vez sentí que el mundo por un segundo se detenía, la verdad no sé que sentía en ese minuto específicamente pero sí sabía que no quería dejar de sentirlo.

Después de aquel instante no la volví a ver durante el día, pero la imagen de su rostro me seguía absorbiendo.

Al siguiente día nos volvimos a mirar otra vez, desde lejos y luego al día siguiente y al siguiente... hasta que de pronto por casualidad nos encontramos en la escalera del liceo. Ella bajaba y yo subía. Nunca la había tenido tan cerca de mi y es que ahora podía apreciar detalladamente el brillo en sus ojos, el leve temblor de sus labios y el rojizo resplandor de su rostro. Sin dirigirnos una palabra seguimos nuestro camino pero tuve que detenerme un momento y voltear a verla, era mi oportunidad, pero grande fue mi sorpresa cuando me di cuenta que ella correspondió aquella mirada volteándose también.

Los días pasaban y aún no tenía el valor de acercarme a ella y hacer algo más que solo mirarla y sonrojarme y eso me frustraba. No sabía que decir ni qué hacer en frente de ella. A veces en mi habitacion de noche fantaseaba pensando una y mil maneras de como acercarme a ella pero faltaba lo esencial para llevar a cabo aquella estratégia y era valor. A veces incluso ideaba una forma perfecta para hacerlo pero luego pensaba en que no podría, siendo yo nunca podría llevar a cabo aquel perfecto plan.

Un día decidí ir con amigos que hice en el liceo a un parque que quedaba cerca de allí. Buscamos un arbol con gran sombra para sentarnos y compartir un momento agradable y así bromear y reír y olvidarme de mi fastidiosa y fracasada vida.

Ya sentados y mientras reíamos miré hacia la entrada de aquel parque. De pronto vi que venían tres chicas con el uniforme de nuestro liceo y grata fue mi sorpresa al notar que la de al medio era aquella chica que me robaba el sueño.

Miré con gran ansias hasta que descubrí en que parte del parque se sentarían y una vez ya sentadas yo debía idear la forma de acercarme o hacer algo para llamar su atención y que supiera que yo también estaba allí.

Rápidamente tomé un balón de fútbol que estaba junto a nosotros y le dije a Carlos que jugáramos a los tiros largos al arco. Mi idea era que él lanzara el balón hacia ellas y al ir a buscarlo ella me viera y así pasar luego a la fase 2 de mi plan.

Por alguna extraña razón todos los tiros llegaban a mi y derechos, y digo extraño porque Carlos siempre que jugábamos fútbol se perdía muchos goles tirando el balón a cualquier lado menos al arco

Al fin después de varios intentos el balón cayó cerca de ellas y ya solo debía ir por el.

Caminé lo más erguido y lento posible para verme más alto y seguro pero en mi cabeza pensaba en una y mil posibles cosas malas que me podían pasar de camino a buscar el balón por ejemplo: tropezar y caer. Suena algo loco y muy poco probable pero si tan solo supieran... era tan torpe que era una probabilidad muy posible.

Finalmente llegué al frente de ellas miré a aquella chica le sonreí y volví donde mis amigos.

Durante milésimas de segundos nuestras miradas chocaron, me sentí muy nervioso y ansioso pero satisfecho ya que ahora venía la fase 2 de mi plan realizada.

Al volver donde mis amigos estos comenzaron a reír y a molestarme ya que se habían dado cuenta de todo lo que hice. ¿Acaso fue tan notorio? Me pregunté mientras reía con mis amigos mientras fijamente miraba mi objetivo, aquella hermosa chica.

A pesar de la distancia podíamos fijamente mirarnos y sonreír sin que nada interrumpiera, solo éramos los dos y no había nada más.

De pronto sus amigas empezaron a reír fuerte y a moverla de un lado al otro mientras nos apuntaban. Y si! Se dieron cuenta también de todo.

De pronto y mientras ellas nos miraban se pusieron de pie y comenzaron a caminar hacia nosotros. En ese momento comence a transpirar y a temblar levemente ya que sabía que aquella acción era para algo relacionado a nosotros.

Ya bastante cerca de nosotros y mientras sonreían se sentaron.

De pronto una de sus amigas gritó: hey! Mi amiga te encuentra lindo! Pude notar que la dirección de su mirada estaba puesta en mi y al momento de responder Carlos se adelantó y gritó: ¡Gracias! Pero ella le respondió: tú no, tu amigo de al lado, tú eres feo!
Todos al instante comenzamos a reír por aquello haciendole burla a Carlos pero el en vez de reír se enojó y es que ¿quién lo manda a contestar sin estar seguro de que para el era el mensaje?. Además Carlos era bajo, Muy gordo y moreno y he escuchado que esto es muy opuesto al gusto promedio de las chicas.

Yo solo sonreí y me sonrojé porque ¿adivinen quién estaba sentado exactamente al lado de Carlos?

Exacto!

Un Inexperto Al AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora