Justo al momento de estar llegando a la parada del autobús comencé a sentir mucho frio. Por alguna razón al ver el sol antes de salir de casa pensé que haria calor, como todos los días anteriores pero esta vez no.
Estaba entre devolverme corriendo a casa para buscar mi poleron o ir así nada más al liceo y esperar que después saliera el sol.
Ya estaba casi decidido a devolverme pero ya iba bastante atrasado al liceo asi que no quedaba de otra más que aguantar el frio y pensar en otra cosa para distraerme.
Finalmente estaba llegando al liceo cuando de pronto noté un nuevo almacen abierto casi a la vuelta del liceo.
Entré para ver qué de bueno había aunque no tenía claro que comprar. De pronto vi a un caballero muy abrigado que salió fumando.
Sospechaba que ahí vendían cigarrillos asi que entré y compré uno para fumar antes de entrar a clases.
Sali rápido mientras me arreglaba el cabello frente a un auto al pasar cuando de pronto me di cuenta que se me había olvidado el encendedor en el poleron que olvide en casa.
De pronto noté que a mi lado mirando hacia otro lado estaba aquel caballero que había visto salir de allí.
Le pedí fuego para prender el cigarrillo. Pero grande fue mi sorpresa cuando volteó y me fije que aquel caballero muy abrigado era mi inspector general.
- ¿Y usted? ¿Que hace aquí y a esta hora?
- Eh... ¿yo? ¡Nada!
(y acercando su mano con el encendedor prendió mi cigarro)
- No sabía que fumaras, eres muy jóven
- Sí, la verdad es que desde que estudio aquí comencé a fumar
- Malo está ¿por qué lo haces?
- La verdad no lo sé, solo me gusta
- Típico muchacho inmaduro... mejor entra al liceo ahora antes que tengas más problemas.
Sin decir algo le hice caso y seguí caminando al liceo.
Al momento de llegar la inspectora se puso a regañarme y a impedir que yo entrara a la sala ya que mi curso estaba en prueba y como castigo debía darla después y solo.
Le iba a reclamar puesto que lo encontraba injusto y que estaba dispuesto a entrar con o sin su consentimiento cuando de pronto sentí una voz detrás de mi que le ordenó dejarme pasar ya que él me había retrasado al ponerse a conversar hace un momento.
Al darme vuelta noté que era el inspector general quién me guiñándome el ojo y me ordenó pasar.
Ese gesto me desconcertó ya que fue algo amable. Algo muy contrario a su aparente forma de ser.
Ya al llegar a la sala me senté en el primer puesto que encontré vacío.
Era una prueba de matemáticas, lo cual significaba un rojo seguro. Sin esfuerzo me cruce de brazos y comencé a dormir.
De pronto un golpe en la cabeza me despertó, era Carlos quien me dijo que tenía un bicho en ella y solo estaba salvando mi vida. Yo solo sonreí y me puse de pie, era Carlos y sus tonterías para llamar la atención.
Justo al salir se acercó aquella chica del pelo rubio y rulos. Me saludó y entró a buscar a Graciela. Yo seguí caminando con Carlos y Vicente.
Carlos quedó muy embobado mirando a aquella chica. Me preguntó su nombre y le dije que era Javiera y que me parecía bastante simpática.
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Un Inexperto Al Amor
JugendliteraturEs la historia de un chico que poco a poco va experimentando cosas en el amor volviéndose de un inexperto a un mujeriego. Pero mas temprano que tarde se da cuenta que todo acto tiene su consecuencia y toda historia su final