Tenía un gran sabor amargo, no por un cigarro, no por mi matutino café sino que el sentimiento de haber perdido 2 opciones de conocer a una chica me tenía bastante desanimado y enojado conmigo mismo.
Hoy era un día perfecto para quedarme en casa haciendo nada, escuchando música algo triste y mirar por la ventana el cielo o hacer algo al respecto e intentar despejarme.
Antiguamente para hacerlo siempre recurría al alcohol y a cigarrillos, hace un tiempo cambié eso por la iglesia y hoy volvía a cambiar, tenía un plan b el cual pondría en practica.
Propuse a Sebastian ir a su casa, para conversar, jugar a las cartas y tomar una energética, como es de costumbre. Sebastian estaba algo aburrido también asi que de inmediato aceptó y coordinamos la hora.
A veces pienso que mis amigos llegaron en el tiempo justo y correcto. No llegaron a mis 16 o 17 ya que aún debía trabajar en mi personalidad egocéntrica, competitiva y arrogante.
Otras veces pienso que quizás Carlos, Vicente y Gezy eran para ser mis grandes amigos pero por mi culpa nada fue así y hoy son unos simples conocidos.
Ya en la noche luego de haber descansado prácticamente todo el día tomé mi mochila, guardé mi billetera, las cartas y salí de casa.
Nos juntamos con Sebastián en una botillería, compramos energéticas y caminamos hacia su casa mientras el hacía alusión a mi cara seria la cual pocas veces pongo frente a el.
-¿Te pasa algo, amigo?
- No, nada
- ¿Seguro? Estás muy serio
- Así soy...
- Bueno, es verdad
- ...
- Pero sé que te pasa algo
-...
- ¿Me vas a decir que te pasa?
- Si, digo no, es que no es nada... bueno si, mejor hablemos al llegar a tu casa.
A pesar que Sebastián es un gran amigo y bastante discreto a la hora de escuchar sabía muy bien que no podría ayudarme con esto. En nuestra amistad soy yo quién le enseña a Sebastián sobre chicas, analizar situaciones e incluso idear estrategias para coquetear con alguna chica.
Estábamos al fin en su patio, sentados en dos sillas bastante cómodas, en medio una mesa improvisada para jugar cartas, en una orilla nuestras energéticas y en otra silla un poco más lejos teníamos un parlante en el cual reproducimos música según nuestras conversaciones, esta vez era oportuno poner canciones tristes, de esas que ayudan a soltar lagrimas e incluso a sacar las penas de raíz a punta de conversación.
Antes de jugar decidí contarle lo que me sucedía, le conté todo, incluso lo que ya le había contado a cerca de Constanza.
Finalmente terminé de contarle y en un profundo silencio sentí como si una mochila bien pesada se había desprendido de mi.
Esperé por un momento una palabra de Sebastián la cual me dejara más tranquilo, que me diera claridad, algo que calmara mi desánimo, pero solo recibí un "que mal Ysra".
Luego de esa frase tan vacía comencé a reír, Sebastián también y toda la conversación dramática se volvió un relato vano, pero con final feliz ya que en vez de lagrimas salieron carcajadas.
Jugamos cartas mientras seguía hablando a cerca de aquello pero esta vez mencionando sucesos imaginarios, posibles situaciones y la pregunta que terminó llevándose toda risa entre nosotros "¿Qué hubiera pasado si hubiera elegido a Constanza y yo le hubiera pedido el número?".
Sebastian ganaba la partida de cartas por 5° vez consecutiva y ya era hora acostarse, ambos teníamos sueño y me quedaría en su casa ya que era muy tarde para andar en la calle.
En el profundo silencio de la noche y mientras hablábamos con los ojos cerrados de sueño de pronto sebastián hizo una pregunta bastante obvia pero era una que yo no me había preguntado aún ¿y si la buscas por facebook?.
De pronto me pusé de pie de golpe, prendí la luz y tomé mi celular el cual estaba cargando en el velador.
- ¿Qué pasó?
- Tuviste una gran idea, eso pasó
- ¿Lo de buscarla en Facebook?
- Sí, no se me había ocurrido y lo.peor es que es algo super obvio
- Yo te ayudo desde mi celular también, dame su nombre.
Estábamos buscando muchos perfiles los cuales casi todos tenía el nombre de Constanza, una pequeña parte también coincidía en el apellido pero la mayoría estaban privados sin mostrar su foto de perfil.
Luego de un gran rato Sebastián propuso buscarla por el registro civil en línea, alli seguramente encontraríamos algun dato extra, dirección o quizás su nombre completo.
Ya habían pasado varias horas, el sueño había desaparecido y solo habian ganas por encontrarla. Finalmente logramos obtener su segundo apellido, su edad, su rut y hasta su dirección. Se que esto parece algo psicópata, pero era lo necesario, sentía que aún podía hacer algo al respecto, sabía que podía tener una segunda oportunidad y no estropearla.
Ya con sus datos personales en mi celular seguí buscándola en facebook, pero esta vez solo encontré 1 perfil, una linda chica blanca en la foto de perfil con unos grandes ojos marrones, al fin la encontré, le mande una solicitud de amistad y al fin pudimos conciliar el sueño aquella noche.

ESTÁS LEYENDO
Un Inexperto Al Amor
Genç KurguEs la historia de un chico que poco a poco va experimentando cosas en el amor volviéndose de un inexperto a un mujeriego. Pero mas temprano que tarde se da cuenta que todo acto tiene su consecuencia y toda historia su final