Cap 59

33 2 0
                                    

Hoy es 27 de diciembre, es mi cumpleaños, hoy cumplo 18 años y aún no logro ser feliz.

Tengo lo que siempre quise, soy vocalista de una banda, recibo felicitaciones por montones por mi voz, reconocimiento en las calles por chicas las cuales han asistido a eventos con la banda en diferentes colegios de la comuna, he llegado a estar con 5 chicas en tan solo 1 semana, chica que me gusta la obtengo, nunca me han rechazado ni terminado, soy yo quién las desechas y a veces por detalles. Me miro al espejo y me encuentro muy guapo, Reconocen mi buen estilo, halagan mi forma de vestir, he cumplido algunas fantasías sexuales, a veces en citas incluso estudio cada gesto de una chica a tal punto que casi puedo adivinar lo que piensan y hasta sus proximos movimientos de seducción, tiengo muchos seguidores en mis redes sociales, soy bastante envidiado en mis circulos cercanos por mi exito.

En la iglesia me nombraron hace poco Vocalista oficial del coro, lo cual nunca imagine ni esperé pero la verdad se siente muy bien ya que suelo ser el centro de atención.

Realmente lo tengo todo... al menos eso parece ¿no? Solo lo parece ya que no tengo a Hilary. A pesar de todo no hay noche en que no me acuerde de ella, pero al menos ahora ya no se desprenden lagrimas, ni rabia ni ningun mal sentimiento hacia ella sino muy por el contrario, ahora solo río al recordarla y le pido a Dios que sea feliz, aunque no sea conmigo, aunque no la pueda ver.

La relacion con mis padres cada vez está peor, supieron que fumo, saben que ando con muchas chicas y a veces sin cuidarme, saben más de lo que pienso incluso es por eso que ahora me ignoran. Incluso hoy, en mi propio cumpleaños, en el día que se supone que sería el mas importante ya que cumplo 18, incluso hoy me siguen ignorando, a veces prefiero que se crean mi papel de "chico fuerte sin emociones" antes que sepan que incluso hoy siento ganas de llorar ya que soy muy sensible y cada vez me siento mal con todo. Pero ante cualquier cosa importa más el como te vean ante del como te sientes, mientras me vea bien por fuera para mi no hay problema cuanto sufra por dentro, ya estoy acostumbrado.

Al fin pasó el autobús, esta vez era de otro color, ya que hacía otro recorrido.

Hoy tenía reunión de jovenes en mi iglesia, cualquiera pensaría que un día tan especial como hoy se debe pasar en casa, con amigos, con la familia pero... prefería pasarlo incluso solo en la calle con un cigarro en la mano antes de pasarlo muy triste en casa.

Al fin había llegado a la iglesia, al ver luz dentro ya la puerta abierta entré y comencé a saludar a los demás. Tan solo 3 personas de ahí se acordaron de mi cumpleaños, la verdad tampoco esperaba mucho.

A pesar que habían bastantes personas allí en la iglesia en realidad no consideraba a nadie como amigo.

Los chicos de ahí poco a poco me han dejado de lado, y lo poco que hablan siempre es para criticar, algunos saben que fumo y se han distanciado de mi.

A mitad de la reunión me comence a sentir tan incomodo que pensé en ponerme de pie  y marcharme a alguna plaza, fumar y luego ir a casa pero siempre algo me detenía.

Ya al final de la reunión uno de los jefes del grupo de jovenes comenzó a regalar unos frascos que en ellos contenían mermelada casera junto con un "pan de vida"( trozos de papel que contiene algun versiculo, esctracto de la biblia).

Justo al llegar mi turno me entregó el frazco y el pan de vida y junto a eso me deseó feliz cumpleaños , seguido de unas palabras que en aquel momento me sirvieron y hasta ahora recuerdo.

" Aunque no lo parezca, hay uno que está feliz por tu cumpleaños, y esta al lado tuyo, solo que no lo puedes ver"

Esas simples palabras me dejaron muy satisfecho y tranquilo e incluso al llegar a casa e ir a mi habitación sentí de hablar con Dios. Hace vastante tiempo no lo hacía pero por alguna razón sentí que era mi oportunidad para cambiar mi vida, era la oportunidad oportuna para pedir un deseo de cumpleaños.

No quería fama, ni más ego, ni dinero... solo le pedí ser feliz.

Para cerrar la petición comí una cucharada de mermelada y la guardé en un cajón al lado de mi cama.

Comía una cucharada de mermelada cada vez que me sentía triste y lo más hermoso es que cuando se acabó la mermelada tambien se acabó la pena y pude finalmente soltar lo que me hacía daño.

Dios siempre llegaba en el momento oportuno.

Un Inexperto Al AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora