A pesar que estaba algo desanimado por lo que había pasado con Millaray sentía que debía arreglar varias cosas. Lo principal era disculparme con mis amigos y recuperar la amistad de Graciela.
Última mirada al espejo mientras salía de casa, tomé mi mochila, guardé algunos cigarrillos en ella y salí rumbo al liceo.
Al llegar vi en la puerta a Vicente y a Carlos quienes estaban esperando a Gezy que estaba en la oficina hablando con un profesor.
Aproveche la instancia y acercándome a Carlos le pedí si podíamos hablar.
Reconocí que estaba siendo un mal amigo, que lo trataba mal, no lo escuchaba. le pedí perdón y le prometí que lo ayudaría con Acsa. Él sin pensarlo me abrazo y me dijo que no importaba, que entendía, pero sí me cobraría la palabra.
Vicente también se me acercó pero no dijo nada solo sonrió y cambió el tema. En realidad a Vicente no le había hecho nada así que no le dije nada tampoco y sonreí también.
Ya solo faltaba Graciela y Gezy, pero en realidad no podía disculparme con él por algo que no había hecho y ni si quiera sabía.
De pronto vi pasar a Graciela hacia la sala así que no lo pensé y corrí hacia ella.
¡Graciela! Le grité mientras me acercaba. Ella se detuvo y me miró algo desconcertada.
- Graciela, quiero hablar contigo
- Preferiría que no porque Millaray está en el segundo piso mirándonos y te puedes meter en problemas (respondió muy indiferente mientras seguía caminando)
- ¡Terminé con Millaray!
- ¿Que? (En ese momento se dio vuelta y me miró fijamente)
Pensé en decirle todo detallado de como y cuando pasó pero se me ocurrió de pronto adornar un poco la historia y arreglarla para que no se pudiera resistir a mi perdón.
- No pude seguir ignorándote, ni pude dejar nuestra amistad así como así, me encanta como eres y lo buena amiga que eres conmigo. Por eso terminé con ella. "Por ti"
Solo bastó la frase "Por ti" para que Graciela se acercara y me abrazara.
Algo me decía que se me había pasado un poco la mano con la frase y que podía traer consecuencias pero lo importante era que sirvió para obtener el perdón de Graciela.
Mientras nos abrazamos miré hacia el 2° piso donde Millaray me miraba muy furiosa y al instante salió de ahí y entró a su sala.
Justo en ese momento salió Gezy de la oficina y juntándonos afuera de ella nos fuimos todos juntos hacia nuestra sala.
Después de unas largas y aburridas clases de religión al fin sonaba el timbre para salir a recreo. Justo al salir de la sala con Carlos y Vicente vi a lo lejos a Millaray junto a sus amigas riendo y hablando fuerte a un costado de la escalera. Habían 2 opciones para bajar al patio. Pasar por al lado de Millaray lo más disimulado y tranquilo o deslizarse como bombero por el mástil junto al muro del 2° piso. A pesar que era loco sabía que la segunda opción no era las más conveniente así que solo quedaba armarse de valor y pasar por al lado de Millaray.
Para tranquilizarme un poco comencé a molestar a Carlos que tenía algo en la cara para reír y así hacerme el indiferente con su presencia. Fue una buena idea hasta que de pronto frente a frente vi a las chicas y Millaray.
Todas ellas tenían el ceño fruncido, mientras me miraban con desprecio y por su parte Millaray con una sonrisa burlesca. Sospeché que algo estaba planeando y no era bueno. fue como esas corazonadas que te vienen de pronto y muy pocas veces fallan
Al momento de bajar Carlos y Vicente fueron a tomar desayuno pero yo no tenía hambre así que los esperé en el patio sentado en una banca.
De pronto y sin darme tiempo para pensar en aquella risa burlesca de Millaray se sentó Gezy. No dijo nada a primera, ni un saludo pero luego de unos segundos al fin dijo algo.
- Supe que terminaste con Millaray
- ¿Graciela te contó verdad?
- Sí... ¿Estás bien?
- Sí, bueno no bien bien pero al menos no ando llorando por ahí
- Tranquilo hermano, ya conocerás a alguien más, hay muchas chicas en el liceo
- Sí, eso creo y... gracias por preocuparte
- No es nada... para eso están los amigos
En ese momento sentí que había vuelto aquel Gezy del principio, mi amigo así que para romper un poco el hielo le propuse ir al kiosco del liceo a comprar algo, Yo invitaba.
Al fin todo era diferente, al fin todo había vuelto a la normalidad. Esto había que celebrarlo y como tradición debía ser en el parque después de clases.
El día fue bastante productivo porque además de recuperar a mis amigos me saqué 2 buenas notas y era algo para resaltar ya que hasta el momento las notas que me llegaban no superaban el 3,8 y hoy tuve un 4,8 y un 5.2
Al fin estábamos en el parque Vicente, Carlos, Graciela, Gezy y yo. Estábamos acostados en el pasto hablando cuando de pronto a Gezy se le ocurrió la idea de jugar a la "Gallinita ciega" pero con patadas en el trasero. Obviamente estábamos todos de acuerdo menos Graciela ya que no quería ser golpeada pero nosotros ideamos un plan para que ella nunca perdiera y así no ser golpeada.
El plan consistía en que al momento de hacer "piedra, papel o tijera" todos hiciéramos lo mismo, menos una persona y esta sería la sacrificada. No sabíamos a quien sacrificar hasta que todos al mismo tiempo miramos a Carlos. Este estaba mirando el celular así que no se dio cuenta de nuestro plan.
Finalmente ya teníamos al primer perdedor y quién se tenía que vendar los ojos. Carlos fue el primero así que entre todos comenzamos a pegarle patadas.
Lo más gracioso fue que perdió 5 veces seguidas. Con Gezy éramos los que más fuerte le pegábamos pero así era el juego.
De pronto a Gezy se le ocurrió pegarle a Carlos una patada doble. Gezy dio un gran salto para pegarle la "patada doble" y fue tan fuerte que Carlos cayó de cara al suelo mientras comenzaba a quejarse.
Nadie le dio importancia y seguimos riendo ya que Carlos a veces era dramático y le gustaba llamar la atención. Pensamos que se trataba de una broma hasta que se sacó la venda de los ojos y nos dimos cuenta que estaba llorando. Rápidamente se puso de pie y tomando su mochila mientras sollozaba caminó hacia la salida.
El juego llegó a su fin y creo que se nos pasó la mano.
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Un Inexperto Al Amor
Teen FictionEs la historia de un chico que poco a poco va experimentando cosas en el amor volviéndose de un inexperto a un mujeriego. Pero mas temprano que tarde se da cuenta que todo acto tiene su consecuencia y toda historia su final