Cap 99

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Hoy junto a Javiera iríamos a comer helados, por lo cual debiamos juntarnos en una estacion de metro para ir a aquel lugar, muy cerca de allí y llevar a cabo nuestra tercera cita.

No nos habíamos visto hace ya 1 semana pero si habiamos estado hablando por mensajes todo el día, todos los días, llegando incluso al punto de ya no tener muchos temas de conversación.

Siempre he preferido conversar, conocer y hasta terminar relaciones en persona, ya que por chat nunca puedes percibir totalmente la intención o forma en que te habla una persona, por ello aun me quedaba un par de posibles temas los cuales debían tratarse en persona ya que eran más íntimos y relacionados con las creencias.

Mientras iba en el autobús comencé a responder mensajes atrasados ya que estaba bastante aburrido y no tenía mucho que hacer. Mientras estaba en ello de pronto surgió una solicitud de seguimiento en Instagram con el nombre de "Javiera" su apellido y una llamativa foto de perfil.

Sin darle mucha importancia la acepté y apagué el internet de mi celular, ya estaba llegando y era hora de descender del autobús.

Decidí sentarme en un banco afuera de la estacion de metro para esperar a Javiera ya que algo me decía que se demoraría en llegar.

¿Por qué las chicas son tan impuntuales? Siempre me hago esta pregunta cuando tengo una cita y a pesar que he escuchado la excusa de que "en general se demoran porque se arreglan mucho" creo que no es muy cierto ya que gran parte de las chicas con las que he salido no se maquillan mucho, tampoco se arreglan demasiado, siempre se ven simples y comodas, tal y como a mi me gusta y me hacen sentir también.

Luego de aproximadamente 30 minutos al fin llegó Javiera. Venía muy agitada y sonriente, la saludé, la abracé y luego de hacer alusión a su agitada apariencia nos sentamos un rato ya que aún quedaba por caminar más.

Javiera tiene unas piernas muy largas, tanto como las mías pero más gruesas. Este dato aunque suene poco relevante para mi fue un dato muy agradable ya que por primera vez podía caminar normal y a la rapidez propia, sin tener que disminuir la velocidad o dar pasos mas cortos para alcanzar el mismo ritmo de las personas con piernas normales.

Al fin llegamos al lugar, elegimos una hran copa de helado y finalmente nos sentamos a comer.

- Al fin llegó la hora de descansar

- Sí, al fin ¿muy cansada?

- Sí, he hecho muchas cosas hoy, necesitaba sentarme, comer y estar en buena compañía

- ¿Qué hiciste hoy?

- Tuve clases en la mañana, luego fui a trabajar, ocupé mi hora de colación para ver un regalo para mi sobrina y ahora estoy aquí

- Entiendo, realmente ha sido un día agotador... ¿encontraste ya el regalo para ella?

- Sí, aunque mas que un regalo es solo un detalle, ya que estaba en oferta

- Ah que genial

- Sí, vi ese juego inflable y tuve que comprarlo, la verdad siempre le compro cosas, hoy le compré eso por el precio, ¿me puedes creer que estaba con un 30% de descuento?

- ¿Enserio? Que genial (respondí con una gran sonrisa actuada ya que intuía que empezaría otra vez el problema al que llegaré en unos segundos posteriores)

- Sí, estaba muy barata, solo a $100.000

- ¿$100.000? Que bien...

Y aquí llegabamos al que en ese instante se volvió un problema y un dolor de cabezas cada conversación nuestra.

Javiera estudia y trabaja, tiene un sueldo fijo y es bastante alto, eso es algo perfecto e incluso digno de admirar pero no sé si lo hace con alguna doble intención o quizás lo haga sin querer pero siempre que hablamos menciona la plata, compras y tarjetas.

No tengo problema en que hable de esas cosas ya que por lo visto la apasionaban y de hecho para eso son las conversaciones, para tocar distintos temas pero últimamente cada vez este tema gasta gran parte del tiempo en nuestra conversación. Pienso que Javiera malgasta su dinero en muchos regalos para su sobrina y eso está mal ya que su principal objetivo era ahorrar dinero para seguir estudiando pero a este ritmo lo veía bastante difícil. También este tema me incomodaba bastante en lo personal ya que yo no trabajo ni estudio y el poco dinero que tengo lo he gastado en ella, por su parte nunca ha pronunciado el interes por compartir gastos en las citas, siempre pago yo y ella solo habla de dinero que al menos en mi presencia no gasta.

Una sensación de frustración y desánimo me inundaron durante toda la cita la cual se trato de sus compras, regalos de hasta $100.000 y yo sentado junto a ella con tan solo $2.000 en los bolsillos. No me gusta sentirme incómodo y eso siento junto a ella, más alla de la atracción y las ganas de seguirla conociendo.

Un Inexperto Al AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora